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Entrevista a Guadalupe Muñoz, hermana de un militar desaparecido en Ciudad Juárez

«México no cumplió con el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos»

Fuentes: Clarín de Chile/Rebelión

En entrevista telefónica desde México, María Guadalupe Muñoz denuncia la desaparición de su hermano: «El Teniente de Infantería Miguel Orlando Muñoz Guzmán desapareció el 8 de mayo 1993 en Ciudad Juárez. La versión ‘oficial’ del Ejército es que mi hermano ‘desertó’, y para acreditar su ‘verdad’, los militares adulteraron documentos, fabricaron un oficio donde mi […]


En entrevista telefónica desde México, María Guadalupe Muñoz denuncia la desaparición de su hermano: «El Teniente de Infantería Miguel Orlando Muñoz Guzmán desapareció el 8 de mayo 1993 en Ciudad Juárez. La versión ‘oficial’ del Ejército es que mi hermano ‘desertó’, y para acreditar su ‘verdad’, los militares adulteraron documentos, fabricaron un oficio donde mi hermano supuestamente desistía de hacer su solicitud de ingreso a la Escuela Superior de Guerra; nosotros sabemos que no desertó»; la familia Muñoz responsabiliza a un alto mando militar: «El General Luis Montiel López, entonces Comandante de la V Zona Militar, había amenazado a mi hermano en Chihuahua; Luis Montiel López brindaba protección y recibía fuertes cantidades de dinero a cambio de dejar operar a los cárteles en la frontera norte y después lo ascendieron al puerto de Veracruz, punto clave en el trasiego de drogas. Y ese mismo General, Luis Montiel López estuvo en la terna para asumir la Secretaria de la Defensa Nacional, durante el sexenio de Vicente Fox». El caso de la desaparición forzada de Miguel Orlando Muñoz llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

MC.- Guadalupe, ¿cuándo desapareció su hermano Miguel Orlando Muñoz?

GM.- Mi hermano, el Teniente de Infantería Miguel Orlando Muñoz Guzmán desapareció el 8 de mayo 1993 en Ciudad Juárez (Chihuahua), él estaba adscrito al 26 Batallón de Infantería, lleva 18 años desaparecido; lamentablemente no hemos tenido respuesta de las autoridades, no han investigado el caso. La versión «oficial» del Ejército es que mi hermano «desertó», y para acreditar su «verdad», los militares adulteraron documentos, fabricaron un oficio donde mi hermano supuestamente desistía de hacer su solicitud de ingreso a la Escuela Superior de Guerra; nosotros sabemos que no desertó, ya lo habían admitido en la Escuela Superior de Guerra, mi hermano nos lo confirmó telefónicamente el 8 de mayo.

MC.- ¿Dónde presentaron las primeras denuncias para investigar la desaparición forzada de su hermano?

GM.- Solicitamos una investigación ante la Procuraduría de Justicia Militar, la fiscalía castrense ejercitó acción penal contra el Coronel Jorge Carrasco Reyes por haber certificado una copia simple -sin tener el original a la vista- de una supuesta solicitud del Teniente Miguel Orlando Muñoz Guzmán, al Comandante del 26 Batallón de Infantería, en la que habría pedido la devolución de los documentos presentados a la Comandancia del 26º Batallón para ingresar a la Escuela Superior de Guerra. El original que había sido supuestamente entregado a las autoridades militares de dicho batallón no pudo hallarse, por lo cual, se dijo que los peritos de la PGJM no pudieron determinar si la firma del Teniente Muñoz Guzmán era falsa. El Estado mexicano señaló ante la CIDH que la acción contra el Coronel Carrasco no demuestra su responsabilidad en la falsificación de la solicitud en sí. Pero no se realizó investigación alguna sobre quién o quiénes falsificaron la firma de Miguel Orlando. Lo anterior según la CIDH, es: «un claro indicio de que la fabricación de evidencia dentro del Ejército se hizo con el fin de deslindarse de la desaparición forzada de Miguel Orlando Muñoz, aparentando una deserción»; quedando la supuesta «firma» sujeta a ratificación y rectificación hasta encontrarse el documento original; en teoría, el oficio lo tenía el Comandante del Batallón y él lo debió de entregar para el peritaje, pero sólo presentó una fotocopia simple para hacer el peritaje y cuando la Procuraduría Militar pidió el original, se «extravió», el Teniente Coronel Jorge Carrasco -entonces subcomandante del Batallón- certificó que había tenido a la vista el original, cuando quedó al descubierto le levantaron una causa penal por falsificación de hechos, también a otros oficiales les abrieron proceso legal por «levantamiento de hechos falsos».

MC.- ¿Hubo sanciones después de las pesquisas?, ¿qué dictaminó la Procuraduría Militar ante la falsificación de la firma y el robo de los efectos personales de su hermano?

GM.- Se demostró que la sustracción y ocultamiento del portafolio propiedad del Teniente Muñoz Guzmán tiene relación con su desaparición. Dentro del procedimiento ante la CIDH, las autoridades mexicanas constataron la responsabilidad de oficiales del 26º Batallón en la falsificación de documentos, cometida para aparentar que nunca se había visto un portafolio de propiedad del Teniente Muñoz Guzmán en dichas instalaciones militares. Se inició una causa penal contra el Capitán Víctor Gallegos Bernardino, el Teniente Filiberto Ortiz Ibáñez y el Capitán José de Jesús Morales García, y el Juzgado Cuarto Militar dictó orden de aprehensión porque se acreditó la probable responsabilidad de los militares imputados en la falsificación de documentos en general.

Se determinó que el Capitán 1º de Infantería Víctor Gallegos Bernardino y el Teniente Filiberto Ortiz Ibáñez elaboraron un «acta de inexistencia» del portafolios a pesar de saber que estaban asentando hechos falsos, y que se les dictó orden de aprehensión por haber incurrido en tal conducta. Debo destacar que no se realizó investigación alguna, respecto a que los oficiales se vieron obligados, a declarar hechos falsos, por parte del Comandante Pedro Gutiérrez López. Tampoco investigaron los testimoniales que aseguraban que el Comandante del 26 Batallón de Infantería tenía el portafolio en su poder y había tratado de forzarlo para ver su contenido, este portafolio tenía una clave para poder abrirse.

Sin embargo, hasta la fecha no se les ha sancionado conforme a la ley, ni se ha llevado a cabo la ampliación de las correspondientes denuncias, a fin de que dichas personas proporcionen datos de los responsables de la desaparición forzada de Miguel Orlando Muñoz, así como de los motivos de dicha desaparición, dado que las irregularidades denotan el involucramiento de autoridades militares en la desaparición forzada de Miguel Orlando. En conclusión, ellos declararon que un portafolio de mi hermano nunca existió, el portafolio lo reclamamos como familia, junto a sus pertenencias, pero nos negaron el acceso a su diario y bitácora donde asentaba sus vivencias personales y militares, respectivamente. El compañero de cuarto de mi hermano confesó que lo presionaron para negar la existencia del portafolio y la bitácora, so pena de quedar acuartelado sin goce de vacaciones.

MC.- ¿En qué consiste el reporte oficial, de la «deserción», fechado el 8 de mayo?

GM.- El Comandante del Batallón y Oficial de Guardia es el Teniente de Infantería Edwin Tonatiuh Ruiz Delgado, quien también le mencionó a mi padre -Miguel Muñoz García-, en mayo de 1993, cuando se trasladó a Ciudad Juárez para reclamar las pertenencias y averiguar sobre los hechos: «sobre el caso de Orlando, es malo saber mucho. En algunos años lo volverán a ver». Le dijo que mi hermano salió de las instalaciones militares el 8 de mayo a las 20 horas, vestido de civil con pantalón vaquero y camisa informal; hay dos versiones, porque algunos oficiales y soldados atestiguaron ver a mi hermano hasta la media noche del 8 de mayo. Cuando detectamos las irregularidades, el Fiscal adscrito a la V Agencia Investigadora nos dijo que íbamos por buen camino y que pronto caerían los responsables, sin embargo a los 6 meses, cuando hablé con el Fiscal para saber el avance de las investigaciones, me dijo: «tengo que cerrar el caso por orden del Águila Real» -el Fiscal no me aclaró la identidad del apodo militar-, cuando por fin tuvimos acceso al archivo de la fiscalía nos dimos cuenta que: » Al portar ropa civil al momento de su desaparición, resulta competencia del fuero común y no militar investigar sobre dicha desaparición» Efectuándose un desglose de la averiguación previa, a la Procuraduría de Justicia del Estado de Chihuahua, a fin de que en el ámbito de su competencia, realizara las investigaciones para el debido esclarecimiento de los hechos; ese fue el absurdo pretexto de la Procuraduría Militar para archivar el caso, desatendiendo la vinculación de la falsificación de la firma, el asentamiento de hechos falsos, la pérdida del portafolio y las evidencias contundentes de que el Comandante del Batallón estaba involucrado en la desaparición de mi hermano.

MC.- ¿Cómo reaccionó el Ejército ante la insistencia de la presentación con vida del Teniente Miguel Orlando Muñoz?

GM.- Recibimos llamadas anónimas, amenazándonos en el sentido de que si continuábamos mencionando al Ejército como responsable de la desaparición de mi hermano pagaríamos las consecuencias. A partir de la primera pesquisa de la desaparición de mi hermano, recibimos muchas llamadas telefónicas, en una de ellas, nos dijeron: «la madrugada del 9 de mayo su hermano fue sustraído de las instalaciones del Batallón Militar y fue trasladado al Campo Militar Número 1 en la Ciudad de México», otras veces nos amenazaron de muerte.

MC.- ¿Su hermano sufrió agresiones verbales o físicas por parte del Ejército antes de la desaparición forzada?

GM.- Sí por parte del General Luis Montiel López, entonces Comandante de la V Zona Militar, había amenazado a mi hermano en Nuevo Casas Grandes (Chihuahua). Al salir del Colegio Militar, mi hermano duró 4 años en Nuevo Laredo (Tamaulipas) hasta 1992, después lo trasladaron al 26 Batallón de Infantería de Ciudad Juárez (Chihuahua) de noviembre de 1992 a mayo de 1993; en Nuevo Casas Grandes hay mucha protección para los narcotraficantes. Se sabe que Miguel Orlando, siendo Comandante de partida en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, a mediados del mes de noviembre de 1992 recibió la visita del Comandante de la V Zona militar correspondiente al Estado de Chihuahua, el General de División Luis Montiel López; y que en dicha visita, declaró el Capitán José de Jesús Morales García, que escuchó cuando el General de División Luis Montiel López, le dijo a Miguel Orlando «que si se metía en chingaderas lo iba a fregar». El General Luis Montiel, volvió a tener una entrevista con Miguel Orlando a mediados de abril de 1993, en esta ocasión en la Comandancia del 26 Batallón de Infantería en Ciudad Juárez, según lo declarado por el Comandante del Batallón, Teniente Coronel Pedro Gutiérrez López, quien manifestó desconocer lo que charlaron el General y Miguel Orlando, 2 semanas después desapareció mi hermano. Es importante anotar que un capitán al que señalábamos como responsable de la desaparición, escuchó decir a Luis Montiel: «Miguel Orlando, si continúas cuestionando mis chingaderas, te voy a chingar, lo pagarás caro»; otra declaración dice que, en abril de 1993, Luis Montiel fue a visitar a mi hermano para hablar a solas y ni el superior del Batallón de Ciudad Juárez se enteró para qué fue a buscarlo, 15 días después mi hermano desapareció. Luis Montiel López fue cabecilla los paramilitares de la Brigada Blanca , junto al General Acosta Chaparro-, está involucrado en desapariciones forzadas y por todos es sabido que las Brigadas Blancas tienen nexos con el narcotráfico, Luis Montiel López brindaba protección y recibía fuertes cantidades de dinero a cambio de dejar operar a los cárteles en la frontera norte y después lo ascendieron al puerto de Veracruz, punto clave en el trasiego de drogas. El General Luis Montiel López estuvo en la terna para asumir la Secretaria de la Defensa Nacional, durante el sexenio de Vicente Fox.

MC.- Una vez agotadas las instancias nacionales, presentaron la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ¿qué resolvió la CIDH?

GM.- Lamentablemente el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no registró la desaparición forzada, su conclusión -e n el párrafo 101 del Informe 2/06 de la CIDH- fue: «El paradero de Miguel Orlando Muñoz Guzmán se desconoce desde el 8 de mayo de 1993. El Estado Mexicano tiene la carga de probar cuál ha sido su destino, por tratarse de un militar que fue visto por última vez dentro del cuartel militar»; también afirmó: «En definitiva, la CIDH concluye que el Teniente Miguel Orlando Muñoz Guzmán está desaparecido desde la noche del 8 de mayo de 1993, en que fue visto por militares dentro del 26 Batallón de Infantería en Ciudad Juárez, Chihuahua. Las investigaciones iniciadas hasta la fecha han resultado manifiestamente inefectivas, incluso en el ámbito de la justicia militar se han constatado delitos cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas en el marco de estos hechos. Aunque no es posible calificar la desaparición de Miguel Orlando Muñoz Guzmán como desaparición forzada, en la definición que le ha dado el derecho internacional de los derechos humanos, el Estado Mexicano sigue teniendo la carga de iniciar y completar una investigación efectiva y ajustada al debido proceso para demostrar lo sucedido y sancionar a todos los responsables de tales hechos». Entonces si la CIDH llegó a esta conclusión, quedando demostrado que hubo participación de elementos del Estado en la desaparición forzada de mi hermano, si no salió de las instalaciones -según la CIDH- me pregunto: ¿dónde está mi hermano?, en el Informe de la CIDH recomiendan al Estado mexicano a continuar con la investigación y sancionar a los responsables.

MC.- ¿Cuál fue el mayor obstáculo que enfrentaron sus abogados al litigar en el Sistema Interamericano de Justicia?

GM.- Nosotros pedíamos que la Comisión Interamericana designara el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lamentablemente la Comisión Interamericana decide unilateralmente qué casos van a la Corte Interamericana; para nosotros hubiera sido ideal que la Corte Interamericana funcionara como la Corte Europea de Derechos Humanos, donde un individuo y/o víctima puede acudir a presentar su demanda, y es la Corte la que decide si atiende el caso o no, sin el filtro de una Comisión de DDHH previa; la CIDH nos negó el derecho a la Justicia, impidiéndonos el acceso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

MC.- Con el precedente del Caso Rosendo Radilla -desaparecido por militares en 1974-, todas las investigaciones de violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el Ejército pasarán a Tribunales del Fuero Civil, ¿está de acuerdo con la nueva jurisdicción?

GM.- Sí, los militares no pueden ser juez y parte, si ellos son los violadores de los Derechos Humanos no pueden dirimir sus propios crímenes; el caso de mi hermano fue investigado por autoridades civiles, sólo participaron los peritos de la Procuraduría Militar para acreditar la autenticidad de la firma, pero cuando lo militares se dieron cuenta que pisaron intereses de la cúpula, inmediatamente cerraron el caso.

MC.- ¿De qué tamaño son sus expectativas ante las Mesas de Diálogo entre el Movimiento por la Paz y la administración de Felipe Calderón?

GM.- No tengo muchas expectativas, porque las autoridades mexicanas se lavan las manos, en el caso de mi hermano dijeron que había desertado; pero nosotros decimos: «si mi hermano cometió el delito de deserción franca, búsquenlo, arréstenlo y preséntenlo ante una corte marcial». Cuando hay intereses por parte de las autoridades para encubrir una desaparición forzada jamás la investigarán, ni llevarán ante la Justicia a los responsables, entre ellos se cuidan las espaldas.

MC.- Finalmente, ¿ante qué instancias pueden apelar la resolución de la CIDH para reabrir las investigaciones?

GM.- En este caso, el Informe de la CIDH fue emitido el 18 de febrero de 2006, hasta la fecha el Estado mexicano no ha cumplido con las dos recomendaciones de la CIDH: la presentación del Teniente Miguel Orlando Muñoz y una reparación económica -que no nos interesa recibir-, queremos que el Estado cumpla con sus obligaciones, eso le pedimos al presidente Felipe Calderón; sabemos que las recomendaciones de la Comisión Interamericana no son vinculantes, sentimos que nos amarraron las manos al impedir que el caso llegara a la Corte Interamericana; porque las sentencias de la Corte Interamericana sí son de carácter obligatorio y las sanciones por incumplimiento serían graves para el Estado Mexicano. Falta voluntad política por parte de Felipe Calderón, así que buscaremos la forma de reactivar el caso del Informe de la CIDH.

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