Las declaraciones de Enrique Peña Nieto que llaman a «superar esta etapa» – en relación a la masacre de Ayotzinapa- descalabran las esperanzas de que el Gobierno busque una salida al tema, que esté a favor de la justicia y de la verdad, y no a favor del Narco estado Mexicano. Que Enrique Peña Nieto […]
Las declaraciones de Enrique Peña Nieto que llaman a «superar esta etapa» – en relación a la masacre de Ayotzinapa- descalabran las esperanzas de que el Gobierno busque una salida al tema, que esté a favor de la justicia y de la verdad, y no a favor del Narco estado Mexicano.
Que Enrique Peña Nieto se haya ido de gira por otros países mientras el pueblo mexicano pasaba por uno de los más terroríficos momentos y que no se haya presentado en Guerrero más que para continuar con su política de propaganda, son gestos del Presidente que marcan su posición frente al caso de Ayotzinapa.
No obstante, el discurso que dio en la inauguración de un puente en el Estado de Guerrero -a través del cual remarcó que la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa constituye un «hito en la historia del país» pero que hay que «dar un paso adelante»- termina por definir su postura.
Con éstas palabras no solo buscó dar por cerrada una lucha que pone a flote las miles de desapariciones que se sucedieron durante los últimos años de su Gobierno, sino que es el preludio de las políticas de criminalización de la protesta que buscará efectivizar en el país.
Ejemplo de ello es un dictamen sobre «movilidad social», aprobado en San Lázaro hace unos días, que busca darle poder a las autoridades de intervenir en las ocasiones de que no se respete el derecho a la «movilidad» de las personas.
Ley antimarchas
Se trata de una reforma constitucional que, luego de ser avalada en la Comisión de Puntos Constitucionales el último 24 de Abril, encontró el momento justo de llevarse a consideración del entero del Senado. Una vez aceptada por éste, deberá ser aprobada por al menos 17 Congresos locales.
La iniciativa impulsada por el PAN, que recibió 292 votos a favor por parte del PRI, PAN, Panal y PVEM, y 100 votos en contra por parte del PT, MC y PRD, consiguió ser aprobada a pesar de las duras críticas que recibió desde sectores de «izquierda».
Mediante una modificación de artículos la medida establece que el Congreso podrá expedir la Ley General que haga efectivo el «pleno ejercicio del derecho a la movilidad».
En relación a ello, Lilia Aguilar -vicecoordinadora del PT-informó que: «movilidad es el poder trasladarse de un Estado a otro, el derecho a vivir en cualquier lugar, como lo establece el derecho internacional, y nada tiene que ver con las marchas y las protestas».
Como se señala desde la oposición, la letra de la ley es muy ambigua y es muy probable que el gobierno pueda utilizar la Constitución para frenar el descontento social.
Incluso legisladores que en un momento se encontraba a favor de la iniciativa, ésta vez dieron su voto en contra.
Ni olvido ni perdón
En vez de eludir sus responsabilidades en relación a la desaparición de los 43 normalistas, y avalar decálogos y reformas que van en contra de los intereses populares, Enrique Peña Nieto podría haber pedido perdón por la matanza, así como lo hicieron sus pares de otros países en diferentes situaciones.
Incluso Mariano Rajoy, Presidente de España, ha pedido perdón por los escándalos de corrupción que lo pusieron en la mira de la opinión pública. Pero esto es demasiado pedir para un mandatario que ha recibido las felicitaciones de Barack Obama, y que avanza en sentido contrario del esclarecimiento de la causa.
Además para Peña Nieto, el hecho de que haya familias que hoy hayan perdido a un hermano, un hijo, un tío o un sobrino durante su propio gobierno parecería no resultar determinante, ya que por lo menos cuenta con el beneplácito de la oligarquía nacional nucleada en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), quienes salieron a vitorearlo cuando dio su decálogo sobre «seguridad».
No todo es color gris
Es necesario destacar que aunque Televisa se haya dedicado a disminuir en sus noticias la cantidad de manifestantes presentes en las marchas,y que el Presidente intente dar por terminado el tema, la voz de los mexicanos que claman por justicia ha llegado a la capitales de muchos países, haciendo imposible evadir a nivel internacional la realidad que se vive en México.
Enrique Peña Ñieto podrá decir que hay que superar ésta etapa, pero es innegable que las multitudinarias y perseverantes acciones que está llevando a cabo la sociedad mexicana indican que hasta que no se dé con el paradero de los estudiantes, no se va a dar por cerrado el asunto.
Enrique Peña Nieto querrá vanagloriarse de sus reformas -que no constituyen más que cascaras vacías- pero no alcanzará para neutralizar la digna rabia del pueblo. Decir que Ayotzinapa es un «hito», y por lo tanto, que pertenece al pasado, es como querer tapar el sol con las manos.
México despertó.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.