En entrevista con La Jornada Morelos, el abogado y economista Edgardo Buscaglia analiza la crisis humanitaria del país, y propone la creación de una red latinoamericana de familiares de desaparecidos: «Esta semana vamos a presentar una red de la sociedad civil de Latinoamérica en México que se llamará Retoña, la sociedad mexicana tiene que mirarse […]
En entrevista con La Jornada Morelos, el abogado y economista Edgardo Buscaglia analiza la crisis humanitaria del país, y propone la creación de una red latinoamericana de familiares de desaparecidos: «Esta semana vamos a presentar una red de la sociedad civil de Latinoamérica en México que se llamará Retoña, la sociedad mexicana tiene que mirarse ante el espejo y reaccionar ante los gobiernos que están involucrado en crímenes de lesa humanidad, nuestro rol no es únicamente el de apoyar a las víctimas, también queremos despertar la consciencia social». Al preguntarle sobre la situación en el Estado de Morelos, el doctor Buscablia aseguró: «En los procesos preelectorales normalmente los grupos criminales se expanden silenciosamente, es muy fácil capturar una lista electoral en Morelos, sólo tienen que capturar a dos o tres caciques de cada partido y colocar a los candidatos mafiosos sin que nadie se dé cuenta. La sociedad civil debe monitorear los fondos de las campañas, en México no se ha mejorado la fiscalización del dinero en las campañas electorales, mientras más silencioso es el crimen organizado es más peligroso».
LJM.- Edgardo, a partir de 1995 estás vinculado a México, el 7 de junio reeditarán de forma masiva tu primer libro: «Vacíos de poder en México». ¿Por qué te interesó estudiar la problemática social y judicial de México?, ¿cómo comenzó tu historia con nuestro país?
EB.- Mi historia con México comenzó cuando estaba en la Universidad de Stanford trabajando como investigador, México siempre me apasionó por razones personales y profesionales, en esa época me enteré que el presidente Zedillo estaba iniciando un proceso de muy lenta de apertura institucional, era interesante ver en qué consistiría la apertura, hubo una Reforma Constitucional en 1994 que reflejó un poco esa parcial apertura política, en general para el ámbito judicial: mecanismos más transparentes y menos discrecionales para elegir a los ministros de la Corte Suprema, la Reforma Constitucional introducía un Consejo de la Judicatura -se suponen ellos que deben aplicar los castigos y reconocimientos a los jueces-, comencé a ver señales de que el país estaba avanzando en el sentido correcto; después entré a los detalles, vine a estudiar cómo se iba a implementar la Reforma en 1995, yo me dedico a evaluar la Ley en acción, hay muchos intelectuales mexicanos de primer nivel que evalúan la Ley desde un punto de vista jurisprudencial.
LJM.- ¿Algunos académicos mexicanos se interesaron únicamente en los detalles técnicos?
EB.- Sí, yo me concentro en los problemas de la implementación, me decepcioné porque vi el Consejo de la Judicatura y de entrada había un conflicto de interés garrafal: el presidente de la Corte Suprema sería el presidente del Consejo de la Judicatura, fui a entrevistarme con el ministro presidente de la Corte Suprema y le comenté que las mejores prácticas internacionales indicaban que un presidente de la Corte no puede ser presidente del Consejo porque representaría un conflicto de interés y limitaría la gobernabilidad del Poder Judicial, sería un desperdicio dado el progreso que implicaba crear un Consejo estilo europeo, pero el ministro presidente se enojó conmigo y me dijo: «doctor Buscaglia, ¿de dónde es oriundo?, usted viene a México para explicarnos cosas que no necesitamos, todo acá ya está hecho, no necesitamos que nos venga a decir nada de afuera», el presidente de la Corte reflejó el espíritu de dinosaurio del PRI que prevalecía en 1995 y que todavía prevalece, pero ahora está un poco más escondido porque ningún político del PRI se anima a decir: «que no nos vengan a decir cosas de afuera» porque el sistema mexicano está exportando el crimen a todo el planeta y el país está en el descontrol total, pero en 1995 había una actitud más arrogante, mucho más chovinista o «nacionalista» en el mal sentido de la palabra.
LJM.- Era habitual la aplicación del «Artículo 33» que permitía expulsar a cualquier extranjero que tuviera una opinión política contraria al PRI…
EB.- Desde mi primera visita a México se predeterminó el espíritu contestatario, pero respetuoso, simplemente cuestioné: «la Reforma Constitucional había nacido muerta». Soy una persona especialista en sistemas judiciales, como hablo tanto de delincuencia organizada la gente se olvida que yo me dedico al análisis económico de los sistemas judiciales en todos sus eslabones: policías, jueces, fiscales y sistema penitenciario -el eslabón perdido del que nadie habla-, llegué a México para evaluar si el sistema judicial en verdad iba a evolucionar hacia una democracia, los jueces deben estar sujetos a premios y castigos legislativos, y bajo vigilancia social; imagínate hablarle así a un ministro de la Corte en 1995, para estos tipos lo que yo decía era ciencia ficción, no entendían de qué hablaba. Han pasado 20 años y aquí estamos, sufriendo las consecuencias de las Reformas mal hechas y simuladas, seguimos con las simulaciones de un Sistema Nacional Anticorrupción que avala la corrupción, lamentablemente el Estado mexicano sigue intentando simular Reformas sin llegar al fondo de la cuestión: la democratización de México, el pueblo sigue intentando vivir el sueño de la Revolución mexicana pero vive una pesadilla desde 1910, no han logrado materializar los principios de la Revolución. Nosotros queríamos ver si las Reformas avanzarían hacia una verdadera democratización y la respuesta es no, la Reforma de 1994 fue mi bautizo de fuego en México.
LJM.- ¿Acostumbras reunirte con periodistas para intercambiar información, puntos de vista y para actualizar el contexto del país?, ¿a quiénes buscas en tus expediciones mexicanas?
EB.- Para aceptar la entrevista de un periodista tengo que tener una referencia, ya sea porque lo leí, o algún amigo me aconsejó conocer a un nuevo periodista, no me lanzo abiertamente al periodismo mexicano porque lamentablemente el periodismo mexicano está muy contaminado por cooptaciones desde el Estado o por las empresas privadas que capturan porciones del periodismo mexicano y los utilizan con fines de corrupción, por lo tanto no puedo abrirme indiscriminadamente no puedo abrirme porque el periodismo es un campo minado, hay ángeles y demonios, te hablaré de los ángeles: Carmen Aristegui, Ricardo Ravelo, José Reveles, Anabel Hernández y Lydia Cacho; soy muy selectivo, no me importa tanto el perfil ideológico de la persona, tiene que haber una capacidad de investigación, una honestidad en el enfoque periodístico para que yo no me sienta incómodo. Lamentablemente -como en todos los ámbitos sociales en México- cuando la corrupción política avanza descontrolada eso también invade a la sociedad, en un sentido amplio hay investigadores y profesores capturados por diferentes grupos de poder, entregando reportes a modo disfrazados de académicos, eso sucede en las universidades, no sólo en el ámbito periodístico.
LJM.- Los medios internacionales te buscan, hemos visto tus análisis en CNN, en la BBC y en documentales de National Geographic, pero en la televisión mexicana al parecer no existes…
EB.- Ellos mismos se ponen el saco, el 6 de abril vez declaré: «el periodismo mexicano en general da asco, debido a la filtración de la corrupción y a los conflictos de interés», al día siguiente Milenio Diario publicó un artículo titulado: «Este periódico da asco» (07/05/2015), yo no mencioné a Milenio en ningún momento, hay un problema cuando los grupos empresariales y políticos capturan determinados ámbitos periodísticos y los utilizan como trampolín para adquirir más poder, yo no me puedo prestar a eso.
LJM.- Todavía recuerdo tu ensayo: «El Estado y la corrupción organizada», publicado en la víspera de la toma de posesión de Peña Nieto, le aconsejabas al presidente electo: «controles judiciales y patrimoniales para que operen sobre la misma élite político empresarial sindical mexicana». ¿Haces un corte de caja en cada viaje a México?, ¿Peña Nieto hace oídos sordos a tus diagnósticos?
EB.- Me reuní con el equipo de seguridad de Peña Nieto días antes de comenzar esta experiencia fallida, me fui dando cuenta a través de sus reacciones de que no había vocación ni capacidad política para implementar las medidas que yo les llevé y que después publiqué en mi libro Vacíos de poder en México (2013), ellos me consultaron, en la reunión estaban Alfredo Castillo, Ramírez Marín y todo el equipo de seguridad pública a puerta cerradas, mi evaluación que tú mencionas está basada en un contacto directo con los actores más importantes de la política mexicana, los periodistas se dan cuenta que yo tengo acceso a personajes que algunos no tienen acceso. No fue caprichosa mi evaluación en ese momento, vi que no estaban dispuestos a implementar medidas que requerían un capital político, que en teoría Peña Nieto tenía en su primer día de gobierno, me di cuenta que las probabilidades eran muy bajas para contener a los grupos criminales que vienen carcomiendo al país como el cáncer.
LJM.- En el ámbito académico te interesa la implementación, pero ahora te enfocas en la defensa de los derechos humanos, ¿por qué fundaron el Instituto de Acción Ciudadana?, ¿cómo funciona?
EB.- El Instituto de Acción Ciudadana no tiene fines de lucro, no aceptamos donaciones. Convocamos a penalistas -a través de nuestros contactos- para que asesoren y representen a víctimas de violaciones de derechos humanos -vía altruismo judicial-, el Instituto trabaja en un domicilio particular, a partir de ahí queremos formar una redes de la sociedad civil, una ONG dará tratamiento médico a familiares de desaparecidos, otra ONG dará apoyo patrimonial, nosotros damos asesorías jurídicas, el todo es mayor a la suma de sus partes, en algunos casos la sociedad civil debe reemplazar al Estado, el Estado le pertenece a la sociedad, la sociedad civil mexicana se está despertando, vimos brotes con el Movimiento por la Paz de Javier Sicilia y durante la solidaridad con los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Esta semana vamos a presentar una red de la sociedad civil de Latinoamérica en México que se llamará Retoña, la sociedad mexicana tiene que mirarse ante el espejo y reaccionar ante los gobiernos que están involucrado en crímenes de lesa humanidad, nuestro rol no es únicamente el de apoyar a las víctimas, también queremos despertar la consciencia social.
LJM.- ¿Qué aprenderá la sociedad civil mexicana ante las experiencias latinoamericanas?, ¿cómo dar el siguiente paso y no quedarnos únicamente escuchando las experiencias de violaciones a los derechos humanos?
EB.- La sociedad civil mexicana está muy bien informada, México es otro país al que conocí en 1995, para pasar del conocimiento a la acción hay un largo trecho, se requiere una crisis para que exista una reacción colectiva y nos movilicemos, de lo contrario estamos sujetos a la inercia, lo toleramos porque somos hijos de la inercia, el ser humano tiende a la inercia. México todavía no conoce una crisis, no han tocado fondo, estamos tratando de despertar las consciencias antes que se multipliquen las fosas clandestinas o que tengamos otros 25,000 desaparecidos, ese rol cumplimos los que no somos mexicanos, el crimen organizado y los crímenes de Estado no son un problema exclusivamente de México, es un problema universal que tenés que enfrentarlo con los instrumentos jurídicos que ha generado el derecho internacional humanitario, la élite mexicana se resiste a que México sea considerado como un país en conflicto humanitario, eso significaría un costo a la élite, estarían más observados a nivel internacional en su corrupción y conflictos de interés. Sin la presión internacional de los gobiernos -como sucedió en Colombia ante cada masacre de campesinos, los embajadores europeos se presentaban en bloque ante el presidente Ernesto Samper-, hasta que esto no suceda en México no veremos el principio del fin.
LJM.- Tú aportas un granito de arena, ¿con qué frecuencia te pregunta la prensa internacional sobre la realidad mexicana?, ¿y cuál es la reacción del gobierno de Peña Nieto?
EB.- Nos invitan a universidades europeas sobre lo que vemos en México, aportamos un granito de arena para que se conozca la realidad. Los sucesivos gobiernos mexicanos gastan millones de dólares a sus campañas de imagen en el extranjero, las embajadas de México en Europa se dedican a cercenar la libertad de expresión de sus ciudadanos cuando van a ser entrevistados por la televisión alemana, por ejemplo la embajada de México habla a Dolce Welle (DW) para que no entrevisten a ciertos ciudadanos mexicanos, eso hace el gobierno de México, me ha tocado estar en los estudios televisivos de Dolce Welle cuando censuraron a dos mexicanos por órdenes de la embajada.
LJM.- ¿Qué piensas al llegar en plena demagogia electoral de combate a la corrupción y de «estamos mejor» con el PRI?
EB.- Veo a mucha sociedad civil cómplice de los políticos saliendo en The Economist diciendo: «México es un país reformista, las reformas estructurales nos benefician a todos». Lamentablemente se continúa con la simulación, la clase política vive una orgía patrimonial, en un ambiente descarado y desenfrenado de corrupción, es muy difícil que la élite esté dispuesta a aprobar una Reforma Anticorrupción en serio, los corruptos no se reforman, a los corruptos hay que ponerlos contra la pared y ponerles la soga al cuello; la solución no vendrá del Estado mexicano, tendrá que venir de la sociedad civil organizada y de la presión internacional. Mientras tanto la élite continúa la simulación porque saben que ante cada escándalo debe haber una reacción y así evitan que The Economist escriba otra crítica, es lo único que les duele, que un periódico que determina si el dinero británico llega a México, de esas inversiones extranjeras sacan sus sobornos; la única vez que llamaron a mi casa -un Secretario del gavinete Felipe Calderón- fue cuando The Economist me entrevistó y di a entender que el gobierno de Felipe Calderón protegía al Cártel de Sinaloa, lo único que le importa a la élite son los centros financieros, Peña Nieto creció y respiró en la cultura de la corrupción, no entiende otro lenguaje, una persona que nació en una cloaca no le puedes explicar el significado del aire puro.
LJM.- A nivel local, ¿por qué temas debemos preocuparnos en Morelos?
EB.- En los procesos preelectorales normalmente los grupos criminales se expanden silenciosamente, es muy fácil capturar una lista electoral en Morelos, sólo tienen que capturar a dos o tres caciques de cada partido y colocar a los candidatos mafiosos sin que nadie se dé cuenta. La sociedad civil debe monitorear los fondos de las campañas, en México no se ha mejorado la fiscalización del dinero en las campañas electorales, mientras más silencioso es el crimen organizado es más peligroso.
LJM.- Eres el primer analista en anticipar que el narco tendría la capacidad de explotar los helicópteros del Estado, tu peor escenario son los autos-bomba. ¿Te preocupa acertar en los diagnósticos?
EB.- No me gusta vaticinar actos de violencia específicos, porque parece que uno los está inspirando. Los narcos tienen armas sofisticadas desde hace varios años, por lo tanto el potencial de violencia está determinado por la resistencia de un político a dejarse comprar, si un gobernador se resiste a dejarse comprar por un grupo es posible que los actos de violencia sea iguales o peores que en Jalisco, no quiere decir que el gobernador sea honesto -puede estar vendido a otro grupo criminal-, el mercado de la corrupción y la violencia en México no tiene límites. En 2008 yo decía que la delincuencia organizada se enfrentaba al Estado de igual a igual, ahora tengo que cambiar mi diagnóstico: hoy la delincuencia organizada se enfrenta de superior a igual con el Estado de México, la delincuencia organizada ha superado al Estado en su capacidad de capturar al sistema político y al tejido social.
LJM.- Finalmente, ¿escribirás un prólogo para la próxima reedición de Vacíos de poder en México?, ¿qué tema abordarás en tu nuevo libro?
EB.- Estoy escribiendo otro libro sobre corrupción política y lavado de dinero, está en proceso de edición, ya envié el manuscrito a la editorial. Estudié casos de varios países, mi próximo libro está dirigido a una audiencia mexicana y latinoamericana, espero que salga pronto. Me gustaría reeditar Vacíos de poder en México (2013) actualizando la introducción y la dedicatoria, sin saber que sucedería la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, si lees mi dedicatoria… Me gustaría equivocarme, viviría más feliz si me equivoco, es paradójico.
Fuente: http://www.jornadamorelos.com/site/noticias/sur/mexico-no-ha-tocado-fondo-buscaglia