Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez
Las condiciones de trabajo en las fábricas de Taiwan tienen fama de ser ser particularmente oscuras. Un informe reciente elaborado por el Comité Nacional del Trabajo (NLC, National Labor Committee) se ocupa de la fábrica norteamericana KYE, que parece estar quebrantando todas las normas imaginables. Según las estimaciones de los trabajadores, Microsoft es la cliente responsable de la mayor parte de la producción de KYE, equivalente más o menos al 30 por ciento del total. Otras empresas de primer orden que han deslocalizado la producción en KYE son Hewlett Packard, Best Buy, Samsung, Foxconn, Acer, Wi/IFC/Logitech y Asus-Rd. Microsoft, por su parte, afirma estar investigando el entorno laboral dibujado en el informe.
La vida en KYE
El informe señala que los trabajadores de KYE carecen prácticamente de derechos, que no se les respeta ningún derecho y que los códigos de buena conducta como el de Microsoft o HP son papel mojado. En los últimos tres años, han salido clandestinamente de la fábrica de KYE fotografías en las que aparecen adolescentes exhaustos, acompañadas de entrevistas y declaraciones de trabajadores. Fue necesario sacarlas clandestinamente porque la dirección de la fábrica prohíbe, incluso a clientes como Microsoft, que se tomen fotografías de su interior o de las arcaicas y sucias habitaciones-dormitorio de los trabajadores.
KYE recluta a centenares de «alumnos en prácticas» incluso de 16 o 17 años (en 2007 y 2008, se informaba de que había docenas que tenían solo 14 o 15). A la dirección le gustan los estudiantes de secundaria porque es fácil someterlos a la disciplina y el control. Por idéntica razón, KYE prefiere contratar también a mujeres de entre 18 y 25 años, sobre quienes, según el NLC, los vigilantes de seguridad suelen ejercer acoso sexual.
Los estudiantes deben realizar turnos obligatorios de 15 horas (por lo general, desde las 7,45 hasta las 22,55) seis o siete días a la semana. En cada uno de estos dormitorios primitivos descansan catorce trabajadores, que deben comprarse un colchón y ropa de cama si no quieren dormir sobre unos tableros de aglomerado contrachapado de 70 centímetros de anchura. Los trabajadores cobran 65 centavos de dólar a la hora, que en realidad se quedan en 52 tras la deducción por la comida de la fábrica (a la que se califica de espantosa).
No sólo las horas son muchas y la paga, escasa, sino que el ritmo de trabajo es extenuante, pues los trabajadores deben alcanzar los objetivos de producción fijados. El NLC informa de que 20 o 30 trabajadores de una línea de montaje deben terminar 2.000 ratones Microsoft en 12 horas. Cuando cumplen el objetivo de producción, la dirección lo eleva. El objetivo nuevo es difícil de alcanzar debido al agotamiento, pero también porque muchos sufren escoriaciones o cortes en los dedos, ya que es preciso insertar piezas pequeñas muy cerca unas de otras. Además de a fabricar ratones, otros se dedican a montar cámaras web o hardware para Xbox, ambos de Microsoft, que finalmente se venden en Estados Unidos, Europa y Japón.
En verano, cuando las temperaturas alcanzan en la fábrica los 30º C, los trabajadores están empapados en sudor (cuando llegan clientes extranjeros, la dirección enciende el aire acondicionado). Además, la fábrica está abarrotada; en una ocasión se embutió casi a mil trabajadores en una sala de poco más de 900 metros cuadrados. Por si no bastara, en horas de trabajo se prohíbe a los empleados hablar, escuchar música o ir al cuarto de baño. A los trabajadores que cometen errores se les ordena limpiar los retretes. Sólo pueden abandonar las instalaciones de la fábrica en los periodos de tiempo establecidos para hacerlo.
La posición de Microsoft
«Microsoft está comprometida con el trato justo y la seguridad de los trabajadores empleados por nuestros proveedores», declaró a Ars technica un portavoz de Microsoft. «Microsoft ha invertido mucho en un programa de responsabilidad de proveedores y en otro programa de inspección de empresas independientes saludables para garantizar el cumplimiento del Código de Buenas Prácticas del Proveedor de Microsoft. Estamos al tanto del informe del NLC y hemos abierto una investigación. Nos tomamos muy en serio estas denuncias y tomaremos las medidas oportunas en relación con cualquier descubrimiento de mala práctica por parte de un proveedor.»
El Código de Buenas Prácticas del Proveedor de Microsoft (en formato pdf) prohíbe casi todo lo que expone el NLC acerca de la fábrica de KYE. Sin embargo, es posible que Microsoft sencillamente no sea consciente de lo que sucede con exactitud en su interior. El NLC afirma que la dirección de KYE se ha asegurado de que las auditorías corporativas realizadas por empresas tecnológicas fracasen miserablemente:
La dirección instruye a los trabajadores para que «respondan con mucho cuidado a las preguntas de los clientes». Deben decir que nunca trabajan más de 12 horas diarias y que las horas extras nunca superan las 36 mensuales. Se dice a los trabajadores que respondan que están «muy satisfechos» cuando se les pregunta por las condiciones laborales, los dormitorios y las comidas. Para que suene aún más «auténtico», se pide a los trabajadores que mencionen «por iniciativa propia» otras fábricas en las que trabajaron anteriormente y donde las condiciones eran «terribles». Y que ahora que trabajan en KYE se sienten más «optimistas».
Para los alumnos de secundaria representa sus tres meses de vacaciones de verano, aunque algunos deciden quedarse un poco más y trabajar seis u ocho meses, y unos pocos se quedan en la fábrica para ser empleados a tiempo completo. El único detalle positivo es que Microsoft afirma que se está tomando muy en serio este informe. Les mantendremos informados de como se desarrolla esta historia.
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