Uno se mide según el tamaño de su enemigo, lo que indica que el proyecto OpenOffice ha llegado a la mayoría de edad. OpenOffice es un conjunto de programas sujeto a la GPL, es decir, licencia que asegura que su código es abierto y de libre distribución. OpenOffice es el equivalente, dentro del software libre, al […]
Uno se mide según el tamaño de su enemigo, lo que indica que el proyecto OpenOffice ha llegado a la mayoría de edad. OpenOffice es un conjunto de programas sujeto a la GPL, es decir, licencia que asegura que su código es abierto y de libre distribución. OpenOffice es el equivalente, dentro del software libre, al famoso Office de Microsoft (el que contiene los populares Word, Excel y Power Point, entre otros), con la ventaja que es gratuito, es compatible con los documentos creados con los anteriores programas y funciona bajo múltiples sistemas operativos: Windows, Linux y Solaris
Microsoft preocupada por el auge del software libre, ya enseñó a los gobiernos amigos el código de Windows. Ahora vuelve a hacer lo mismo respecto a su paquete de programas Office 2003, precisamente para tratar de minimizar una de sus desventajas respecto al OpenOffice: el código abierto. Que los gobiernos y grandes empresas usuarias de productos Microsoft puedan examinar las fuentes de programación supone que se garantizan la inexistencia de puertas traseras que permitan la obtención de información por parte de terceros no autorizados.
Dentro del Programa de Seguridad para Gobiernos (Government Security Program o GSP), la multinacional estadounidense va a mostrar su código a los 30 países que han firmado acuerdos mediante GSP, entre ellos Australia, China, Noruega, Rusia, España y Reino Unido. Otras administraciones de más de 60 países participan igualmente. Jonathan Murray, director de Microsoft para Europa, Oriente Medio y África, ha declarado que «vemos a los gobiernos que utilizan nuestros programas como socios de confianza. La inclusión de Office 2003 en el GSP muestra nuestro propósito continuo de colaboración con los gobiernos de todo el mundo para proporcionar soluciones que respondan a sus necesidades específicas en tecnologías de la información».
Pero no es este el único frente al que se tiene que enfrentar la comunidad libre de OpenOffice, ya que en un reciente acuerdo entre Sun (que fue quien donó el código de Star Office a la comunidad) y Microsoft, tomaron la determinación de no entablarse mutuamente demandas por violación de patentes en el plazo de diez años. Sin embargo, en el mismo tratado ambas entidades dejan expresamente fuera del acuerdo a OpenOffice, que sí podría ser demandada por el gigante del software, y si fuera el caso, Microsoft indemnizaría por una suma confidencial a Sun, si esta última empresa se viera perjudicada por ese tipo de acciones legales.
Este acuerdo no es un paso previo a la compra, como se han hecho eco algunos medios digitales, pero sí facilita los ataques legales de Microsoft a los usuarios de OpenOffice. Por lo que parece Bill Gates esta más preocupado de llevar ante los juzgados a los usuarios de soft libre que a los que les piratean sus programas.