1. La orden de los organismos internacionales (con especial énfasis de la OCDE) es privatizar el petróleo en México, y eso es lo que se propone hacer su lacayo Peña Nieto. En esta semana Peña Nieto presentó la reforma energética que pactó con la OCDE. Que PEMEX no se privatiza («no se venderá ni un […]
1. La orden de los organismos internacionales (con especial énfasis de la OCDE) es privatizar el petróleo en México, y eso es lo que se propone hacer su lacayo Peña Nieto.
En esta semana Peña Nieto presentó la reforma energética que pactó con la OCDE. Que PEMEX no se privatiza («no se venderá ni un tornillo«), nos repiten hasta el cansancio, queriendo convertir la mentira en vedad. Los mandatos de la OCDE son claros: PEMEX se queda con los pozos ya existentes hasta terminar de secarlos; las grandes compañías trasnacionales (como Repsol, Shell, Exxon Mobil, Schlumberger, Halliburton) se quedan con los nuevos pozos (bajo contratos de concesiones de 20 y hasta por más de 30 años) para explotarlos a su antojo (principalmente en aguas profundas) y vender el crudo embolsándose las jugosas ganancias (la extracción de un barril de petróleo mexicano cuesta en promedio 6.5 dólares y se vende en 100 dólares). Al secarse los pozos actuales, PEMEX se queda como administradora de contratos y todo el negocio se queda en manos de los grandes capitales privados (nacionales y extranjeros), ellos se llevan la mayor parte de las ganancias.
La reforma de Peña Nieto dice textualmente:
«a) Eliminar la prohibición de que el Estado celebre contratos para la explotación de hidrocarburos»
«Por ello, se propone eliminar del artículo 27 constitucional la restricción incorporada en 1960, que le impide al Estado la utilización de contratos en sus actividades de explotación de hidrocarburos»
«b) Sustraer de las áreas estratégicas del Estado a la petroquímica básica y dar certeza a nivel constitucional para que las actividades de la industria petrolera, tales como el procesamiento de gas natural y la refinación del petróleo, así como el transporte, almacenamiento, distribución y comercialización de dichos productos y sus derivados, puedan ser realizadas tanto por organismos del Estado, como por los sectores social y privado, a través de permisos que otorgue el Ejecutivo Federal.»
Esto sienta las bases para lo planteado por la OCDE. Esto es privatizar, le llamen como le llamen y por más que se le llene la boca de sangre al lacayo de la OCDE repitiendo que su reforma se apega a lo planteado por Lázaro Cárdenas, que debe estar retorciéndose en su tumba.
2. No es ninguna casualidad. En una situación en que se van agotando las reservas petroleras en el mundo, Estados Unidos y trasnacionales petroleras quieren quedarse con nuestras reservas. De acuerdo con el PIW ranking que publica Energy Intelligence (que incluye a las 100 mejores empresas petroleras a nivel mundial), PEMEX ocupa el cuarto lugar en la producción de petróleo a nivel mundial (el primero lo ocupa Saudi Aramco, de Arabia Saudita; el 2o NIOC de Irán y el tercero PDVSA de Venezuela). De las 10 primeras petroleras en la lista, 7 son paraestatales que no están pensando en privatizar el crudo. Es una aberración que México lo haga. No es ninguna casualidad las guerras en el Medio Oriente (una de las regiones más ricas en petróleo).
3. Quieren privatizar PEMEX no porque no genere recursos, sino precisamente porque es una empresa que genera recursos en abundancia y las trasnacionales se los quieren embolsar.
Por solo citar un ejemplo, en 2007, PEMEX tuvo una ganancia neta de 31 mil 73 millones de dólares, con esta cifra se colocaría como la tercera petrolera a nivel mundial, sólo por debajo de Exxon Mobil (40 mil 610 millones) y muy cerca de Shell (31 mil 331 millones), lejos están Petrochina (19 mil millones), Chevron (18 mil millones) y PetroBras (12 mil millones). Los ingresos que tuvo PEMEX en 2012 fueron un billón 646 mil 900 millones de pesos (126.6 millones de dólares). De 2006 a 2012, PEMEX se ha mantenido dentro de las primeras 100 empresas mundiales de la lista de Fortune Global 500 (2006- lugar 40, 2007-34, 2008-42, 2009-31, 2010-64, 2011-49 y 2012-34), por debajo de Shell y Exxon Mobil, compitiendo con Petrobras y por arriba de PDVSA; y dentro de las 10 primeras empresas de México en la lista de Expansión.
4. PEMEX entrega sus recursos al gobierno federal y éstos son parte sustancial del gasto público.
En los doce años de panismo PEMEX entrego al erario público cerca de 600 mil millones de dólares. En el 2012, sólo por concepto de impuestos y derechos, PEMEX entregó al gobierno 902 mil 900 millones de pesos (69 mil 400 millones de dólares), equivalente al 54.8% de sus ingresos por ventas totales y al 99.5% de su rendimiento de operación. Alrededor de la tercera parte del gasto público del gobierno federal proviene de PEMEX: de cada 3 pesos que gasta el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales, alrededor de uno proviene de los ingresos derivados del petróleo. ¿En que se gastan las ganancias de PEMEX? Una partecita en la prebendas de la dirigencia sindical, lo cual es aberrante, pero es una justificación para la reforma. Otra parte se dedica a pagar a sus contratistas, a las empresas que le trabajan a PEMEX. Otra sostiene gastos del Estado: grandes sueldos de los gobernantes, pago de la deuda y otros desfalcos, pero también, educación, salud, vivienda, desarrollo del campo, distribución de electricidad, transferencias a estados y municipios, entre otros.
5. Con la privatización, cada centavo que PEMEX deje de entregar al Estado lo tendrá que reponer la población; cada peso que se embolsen los grandes capitales privados (nacionales y extranjeros), lo tendremos que poner los mexicanos de nuestros bolsillos. Y se trata de miles de millones de pesos.
En el momento que el Estado tenga menos ingresos se verá en la necesidad de reducir las migajas que reparte y/o acelerar la reforma fiscal, que implica generalizar el IVA a los alimentos y medicinas. Así cada vez que quieras saciar el hambre y curar la enfermedad sé consciente que IVA tendrás que pagar. Lo que viene es un mayor saqueo de recursos naturales y humanos: aumentos de precios, aumento de impuestos, mayor costo por educación, salud, vivienda; y los salarios se mantendrán prácticamente congelados.
6. Que la privatización es para el beneficio del país y de todos los mexicanos. Otra mentira. Nos han mentido siempre, sus promesas nunca se cumplen.
En su momento Carlos Salinas en cadena nacional dijo «… pronto veremos al campo mexicano emerger mejorado y renovado…» siempre y cuando se aprobara una reforma constitucional que en los hechos privatizaba el ejido. Hoy tenemos un campo totalmente despedazado, y un país que exporta campesinos para importar alimentos.
A pocos días de dejar la presidencia Felipe Calderón promulgo una reforma laboral prometiendo «… ampliar los derechos de los trabajadores y promover empleos dignos y bien remunerados…». Seis meses después las grandes empresas, esas que cotizan en la bolsa y que tanto exigían y luego aplaudieron la reforma, despidieron un total de 68 mil 479 trabajadores.
Cuando privatizaron TELMEX se nos dijo lo mismo: para el beneficio de los mexicanos. Carlos Slim ha levantado un verdadero impero a partir de que se le regaló la empresa y ¿cuál ha sido el beneficio para la población? contar con las tarifas telefónicas más altas del mundo, y engordar los bolsillos del más grande de los ricos del planeta.
Ahora Peña Nieto escribe que la Reforma Energética que presentara en estos días «impulsara el desarrollo del país» y declara que «PEMEX no se vende ni se privatiza, al contrario, PEMEX necesita fortalecerse y modernizarse… por el bien de México.» Lo mismo de siempre, y ocurrirá también lo mismo. Ya vimos ésta película. Privatizaron bancos, televisoras, ferrocarriles y cientos de empresas públicas más, con el pretexto de que mejorarían tarifas, habría más eficiencia, mejores servicios, mayor desarrollo, etc. Nada ha sido cierto, son unos cínicos y unos mentirosos.
Los hidrocarburos se utilizan para la producción de multitud de mercancías (no sólo gasolinas): ropa, calzado, muebles, ceras, parafinas, llantas, lubricantes, PVC, botellas, plásticos, pinturas, barnices, medicinas, fertilizantes, detergentes, polietileno, thinner, y materias primas que utilizan multitud de fábricas. Con la privatización, los precios de los hidrocarburos quedarán sujetos a las leyes del mercado, donde cada empresa privada/extranjera ve por su propio beneficio, aún a costa de sangrar a toda una población, que verá aumentar los precios de todos estos productos, y con el aumento de la gasolina, de todo lo demás. ¿Qué va a suceder?
7. La privatización casi seguro será aprobada.
Los de arriba y de muy arriba (desde fuera del país) ya lo decidieron, los partidos se están poniendo de acuerdo para aprobar la reforma privatizadora del petróleo. La reforma que aprobarán los diputados, será la privatización de los hidrocarburos, reformando la constitución y/o las leyes secundarias correspondientes. Ya está todo armado.
8. Palo dado, el pueblo organizado lo quita. Los decretos, las decisiones tomadas, se pueden tirar. Sí se puede.
Los estudiantes del CGH durante la huelga de 1999-2000, lograron tumbar el reglamento general de pagos, deteniendo la privatización de la UNAM; gracias a su lucha la universidad hoy sigue siendo pública y gratuita. También lo demostraron los campesinos de Atenco, que liquidaron un decreto presidencial que les quitaba sus tierras para regalárselas a los dueños del dinero.
Sí se puede, el ejemplo ahí está. Asumir una decisión firme, de lucha; lograr una unidad de amplios sectores de la población con argumentos y convenciendo cada vez a más; impulsar y organizar acciones de masas que le hagan frente a esta nueva embestida. Cuidarnos de las acciones contundentes emprendidas por unos cuantos y que sólo aíslan el movimiento. Ir más allá de los amparos que han sido un recurso, pero sin la movilización y la lucha son insuficientes.
Los días y semanas venideras serán muy importantes, debemos generar confianza en el pueblo, entre los estudiantes, trabajadores y con toda la población. Promover la discusión en cada salón de clases entre los estudiantes; convocar asambleas que conduzcan el movimiento, que discutan qué hacer, cómo sumarnos a la lucha, cómo convocar al pueblo a defender nuestros recursos energéticos.
Ya basta de saqueo. A luchar para impedir la Reforma Energética, y si la aprueban a luchar todos por echar abajo este saqueo inaceptable. Todos alerta, la resistencia apenas comienza.
Compañeros universitarios, nuestro país y nuestro pueblo nos necesita. ¡No a la privatización del Petróleo, no a la rapiña trasnacional!
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