Con un título similar, el destacado historiador Pablo Stefanoni, editó un libro (2021) en el que alertaba que frente al callejón sin salida (sin reinvención, aggiornada al régimen de dominación capitalista, etc.), en el que se encontraba la izquierda “progresista”, pues, aparecía un discurso rebelde, antistatu quo, anticorrección política y antiprogresista, que eran desenvueltos por una nueva derecha alternativa que conectaba, así, con el sentir popular.
Y en efecto, eso es lo que estaríamos observando en la victoria de Milei (56% contra 44% de Massa, Milei arrasó en las zonas productivas como Córdova, Mendoza y Santa Fe y en casi todas las provincias). “…Sus eslóganes la casta tiene miedo o viva la libertad, carajo, se mezclaron con una estética rockera que alejó a Milei del acartonamiento de los viejos liberales conservadores…”, redactó Stefanoni (El huracán Milei, 20/11).
Esta sería parte de la explicación para comprender como un outsider de la política, con un estilo excéntrico, con discursos virulentos y radicales (contra el Papa, etc.), que perdió el debate con Massa, luego le haya ganado a la “maquinaria de guerra” peronista y a los publicistas que envió Lula.
Pero no solo eso. El ascenso de Milei también se explicaría porque, así como otros outsiders (Fujimori, etc.), el libertario logró capitalizar la bronca contra el establishment. En otras palabras, Milei es producto de la catástrofe económica desenvuelta por el peronismo (140% de inflación), y una expresión distorsionada de la crisis del régimen político. Y esto a pesar que Milei fue rescatado por Macri y Bulrich, figuras políticas de la propia casta política que Milei dice combatir, pasando así del slogan “que se vayan todos” al de “Kirchnerismo o libertad”. Y es que el publicista del libertario, Santiago Caputo (delfín de Duran Barba), pudo descubrir que mientras Massa aparecía más vinculado a figuras de la casta política (Larreta, etc.), el electorado más se iría a identificar con Milei.
La pregunta que surge ahora es: ¿Y ahora qué? Pues, se abriría una fase compleja para enfrentar una economía endeudada con el FMI. Aunque Milei dijo que va a dolarizar, etc., pues, no tiene aparato político y el apoyo de Macri no le alcanzaría para tener la mayoría de votos en el Parlamento, lo cual lo obligaría a, por un lado, someterse al macrismo, el Círculo Rojo y las demás fuerzas de la casta o por otro, a desenvolver un nuevo régimen de tipo bonapartista (de poder personal), para gobernar a través de referéndums y del apoyo de las FF.AA., lo que conllevaría a choques con un sector de la élite, del Parlamento (incluso intentando cerrarlo) o de las masas laboriosas.
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