Los mineros de Huanuni, la radical vanguardia del proletariado boliviano, alzó otra vez la bandera revolucionaria de la nacionalización de las minas y se lanzó al bloqueo de caminos para fortalecer de inmediato a la empresa estatal con más empleos e inversiones. Dos centeneras de mineros, con el apoyo de casi un millar de campesinos, […]
Los mineros de Huanuni, la radical vanguardia del proletariado boliviano, alzó otra vez la bandera revolucionaria de la nacionalización de las minas y se lanzó al bloqueo de caminos para fortalecer de inmediato a la empresa estatal con más empleos e inversiones.
Dos centeneras de mineros, con el apoyo de casi un millar de campesinos, bloquean desde ayer el cruce de las carreteras de Oruro con Cochabamba y Potosí, cortando el tránsito vehicular en gran parte del occidente bolivianos y los accesos a estos tres distritos y a La Paz.
Los bloqueadores plantearon un pliego petitorio compuesto por cinco puntos. El primero exige que la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol) formalice la contratación de 1.500 nuevos trabajadores para Huanuni, que ya han comenzado a ser reclutados por los sindicatos en las minas y el campo. Solicitan, además, que el Estado, a través de Comibol, desembolse 43 millones de dólares, suma que se requiere para que el centro estatal de Huanuni comience a funcionar con mayor potencia para aprovechar el buen momento de valorización de los minerales. Los dirigentes del sector sostienen que Comibol cuenta con ese monto. Piden también la reposición de las regalías mineras del 10 por ciento en favor de la empobrecida provincia Pantaleón Dalence, del departamento de Oruro, para que la explotación minera beneficie a los pueblos de la zona, casi todos ellos indígenas.
Y como corolario, exigen la reversión al dominio del Estado de todas la empresas mineras que han sido entregadas a las transnacionales por los gobiernos neoliberales, que gobernaron y destrozaron a Bolivia en las últimas dos décadas. Todo un cambio radical en la actual estructura de la minería boliviana, dominada en más del 95% por el sector privado, que exporta anualmente más de 500 millones de dólares y que deja para el Estado apenas 11 millones en impuestos y regalías. Estas demandas rompen, además, con la actual política minera del gobierno indigenista de Evo Morales, que ha ratificado en la última semana su intención de garantizar las inversiones privadas, nacionales y extranjeras, y su decisión de no aumentar tributos.
RESPUESTA GUBERNAMENTAL
El alcance y la forma que asumieron estas demandas han descolocado al Gobierno, que primero reaccionó minimizando la protesta, luego tratando de desacreditar a sus ejecutores (a los que acusa de «provocadores» y «trotskystas») y ahora intentando neutralizarlos a través de una comisión de diálogo que incluye a sectores mineros opuestos a la medida, como son las cooperativas privadas que también quieren apropiarse de Huanuni.
La ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, anunció que este jueves se efectuará una «gran reunión del sector minero» para tratar los recurrentes problemas y que están relacionados principalmente con pugnas entre cooperativistas y mineros asalariados, además de la demanda de sectores campesinos de participar en las ganancias que brinda esta actividad.
El dirigente de Huanuni, Jorge Villca, dijo que el asesor presidencial en temas mineros, Eusebio Gironda, se comunicó con los representantes para exigirle que depongan su actitud, pues ninguna autoridad gubernamental, señaló, acudiría al sitio para negociar con ellos.
La reacción de los trabajadores fue no levantar el bloqueo y exigir la presencia del presidente Evo Morales y del vicepresidente Álvaro García Linera para dialogar.
PUNTOS DE BLOQUEO
Los dos puntos de bloqueo están levantados en proximidades de Caihuasi; uno situado a un par de kilómetros del peaje de esa población y el segundo a unos siete kilómetros del lugar, en proximidades de Lequepalca. Entre ambos sitios fue colocada una gran cantidad de piedras, lo que imposibilitó la circulación vehicular.
Los mineros sindicalizados de Huanuni firmaron un acuerdo con los afiliados a la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) para ejecutar la medida de presión.
LOS MINEROS QUIEREN MANEJAR LA EMPRESA
La fuerza de la acción minero – campesina está en el pacto de ambos sectores para generar empleo desde abajo y controlar, de facto, el rumbo de la mina más grande y rentable de estaño de Bolivia. El acuerdo establece que un total de 1.500 trabajadores podrán ingresar a trabajar a Huanuni, abriendo oportunidades de empleo para los hijos de campesinos de las comunidades aledañas al centro minero, así como para los desocupados de esta población civil distante a 50 kilómetros al sudeste de Oruro.
El pacto fue firmado entre dirigentes del Sindicato Mixto de Trabajadores de Huanuni, así como autoridades originarias y campesinos de la provincia Pantaleón Dalence, como una forma de garantía para precautelar la propiedad estatal sobre los yacimientos estañíferos del cerro Posokoni, que es apetecido por las cooperativas privadas.
CONFLICTO SECTORIAL
La lucha por el control de las minas bolivianas comenzó a tornarse en realidad desde la pasada semana, cuando centenares de cooperativistas ocuparon por la fuerza el centro estatal minero de Colquiri y tomaron por asalto los almacenes de la mina Viloco, mientras miles de sus compañeros bloqueaban las principales carreteras del occidente boliviano logrando paralizar el alza de impuestos para la minería privada y frenando el potenciamiento de la Comibol. Estas acciones provocaron la reacción de los mineros y campesinos de Huanuni.
Las razones de fondo de este conflicto están en las aspiraciones de miles de trabajadores y pequeños empresarios mineros por cooperativizar los yacimientos mineralógicos del occidente boliviano, frente a quienes pretenden el fortalecimiento de la estatal minera de la Comibol y la nacionalización de las minas, controladas en su mayor parte por empresas transnacionales. El epicentro de esta batalla está en Huanuni, que aguarda en tensa calma los despliegues de fuerzas de cooperativistas y mineros asalariados
LUCHA REVOLUCIONARIA
La acción de los mineros de Huanuni constituye, además, la concreción práctica de la decisión asumida en la asamblea general del 4 de julio, donde proclamaron la necesidad de nacionalizar sin indemnización todas minas manejadas por las transnacionales y los consorcios privados, de consolidar a la empresa estatal de la Comibol como la única encargada de explotar los recursos mineralógicos para beneficiar al pueblo y de manejar la empresa a través del control obrero colectivo.
La intención es «consolidar y fortalecer a Comibol como la única empresa estatal minera que se encargue de la explotación de todos los recursos mineralógicos del país para que los excedentes de sus utilidades sirvan realmente para beneficiar a los explotados bolivianos» (ver «El manifiesto revolucionario de Huanuni», en www.econoticiasbolivia.com).
«Todas las ciudades del país, centros de trabajo, universidades, comunidades indígenas, etc., deben convertirse en trincheras de lucha para defender la minería estatizada y la Comibol; para obligar al gobierno, con la movilización popular, a ejecutar los objetivos arriba señalados».
«Los bolivianos tienen que comprender que su destino depende de cómo hoy se defiende sus recursos naturales de la acción depredadora del Imperialismo, de la empresa privada nacional y de los nuevos ricos que surgen a la sombra de la recuperación de los precios de los minerales. El petróleo, los minerales, los recursos forestales, el agua, etc. significan el porvenir de los bolivianos», señala el manifiesto de los mineros revolucionarios de Huanuni.