El presidente Evo Morales acusó este sábado a la agencia antidroga de los Estados Unidos DEA (Drug Enforecement Agency) de apoyar económicamente el golpe cívico prefectural fallido contra su Gobierno y ordenó la suspensión indefinida de sus actividades en Bolivia. Morales hizo el anuncio durante el acto de cumplimiento de la meta anual de erradicación, […]
El presidente Evo Morales acusó este sábado a la agencia antidroga de los Estados Unidos DEA (Drug Enforecement Agency) de apoyar económicamente el golpe cívico prefectural fallido contra su Gobierno y ordenó la suspensión indefinida de sus actividades en Bolivia.
Morales hizo el anuncio durante el acto de cumplimiento de la meta anual de erradicación, que llegó a 5.021 hectáreas de cultivo de hoja de coca, en el municipio de Chimoré, distante a 170 kilómetros de Cochabamba, al que asistieron jefes militares, dignatarios de Estado y diplomáticos de distintos países.
«Es una decisión personal, a partir de hoy se suspende de manera indefinida cualquier actividad de la DEA norteamericana (en Bolivia). Tenemos la obligación de defender la dignidad y la soberanía del pueblo boliviano», sentenció Morales, quien en octubre pasado desautorizó el vuelo de aviones de la agencia antidroga.
De acuerdo a Morales en los últimos meses la DEA realizó actividades fuera de sus competencias, asumiendo una participación política en Bolivia, que significó una conspiración contra el Gobierno nacional.
Incluso, según Morales, existieron agentes de la DEA que realizaron espionaje político y financiaron a grupos delincuenciales para que atenten contra la vida de las autoridades de Gobierno, incluso contra la suya.
Dentro de ello, indicó que la oficina antinarcóticos financió la toma de los aeropuertos en los departamentos de Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija, regiones desde donde en los meses de agosto y septiembre pasado se impulsó un golpe de Estado cívico- prefectural, denunciado ante la comunidad internacional por el Gobierno boliviano.
En estas acciones estaría involucrado el agente regional de la DEA en Santa Cruz y agregado diplomático, Fdevnen Faupette, quien realizó viajes a la ciudad Trinidad y Riberalta, para entregar recursos económicos a los cívicos «comprometidos con el golpe de Estado civil», según el presidente Morales.
Reveló además que a través de siete «casas de seguridad» la oficina antidroga montó instancias para ejercer un control político, y realizar acciones de espionaje con intervención a los telefónicos, que incluso era conocido por miembros de la policía boliviana.
A esto, agregó que la avioneta de la DEA Súper Kin con matricula N-558 KA americano realizó varios vuelos a las regiones del oriente del país sin ningún control, ni dar informes sobre lo que transportaron a esos lugares, lo que consideró (el presidente Morales) una violación a la soberanía boliviana.
Las acusaciones del Mandatario boliviano surgen en medio de la peor crisis diplomática desatada en las relaciones entre La Paz y Washington, luego de que en septiembre Morales expulsara al embajador Philip Goldberg, acusándolo de apoyar los planes conspirativos de prefectos autonómicos de Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija.
Washington respondió expulsando al embajador boliviano ante la Casa Blanca, Gustavo Guzmán.
Morales insistió hoy en que está dispuesto a mejorar las relaciones diplomáticas con todo el mundo y con el nuevo Gobierno de los Estados Unidos, tomando en cuenta que el próximo martes 4 de noviembre, el pueblo estadounidense elegirá a su nuevo presidente.
«Ojalá en Estados Unidos, con el nuevo Gobierno, haya cambio, (estamos) dispuestos a entablar el diálogo», apuntó.