El Fondo Monetario Internacional (FMI) comunicó al presidente Néstor Kirchner, su decisión de postergar hasta el 2005, vencimientos de la deuda por 1.000 millones de dólares contraídos por este país con ese organismo. Fuentes del Poder Ejecutivo informaron que tras recibir la aceptación del FMI a la solicitud de Argentina, el mandatario ratificó la disposición […]
El Fondo Monetario Internacional (FMI) comunicó al presidente Néstor Kirchner, su decisión de postergar hasta el 2005, vencimientos de la deuda por 1.000 millones de dólares contraídos por este país con ese organismo.
Fuentes del Poder Ejecutivo informaron que tras recibir la aceptación del FMI a la solicitud de Argentina, el mandatario ratificó la disposición de pagar, antes de enero próximo, 1.400 millones de dólares cuyos vencimientos para el gobierno son impostergables.
A pesar de la aceptación del pedido de Buenos Aires, el director gerente del Fondo, Rodrigo Rato, insistió que Argentina debe volver a la ‘normalidad’, y consideró imprescindible un acuerdo amplio con sus acreedores. Según Rato, la administración Kirchner y el FMI coinciden en que la política presupuestaria requiere ‘de un margen que reduzca el peso de la deuda’ y permita cancelar los compromisos con los bonistas.
Durante una reunión en esta capital en agosto, Rato y Kirchner acordaron reanudar el diálogo por el acuerdo stand by a tres años vigente con el FMI, una vez que se logre la reestructuración del débito en mora con los tenedores privados de bonos.
Las autoridades argentinas propusieron, en una primera instancia, una quita del 75 por ciento y el canje por un menú de títulos con diferentes vencimientos y rendimientos, pero las organizaciones de bonistas (acreedores), apoyadas por los siete países más ricos del mundo (G7), rechazaron la oferta.
En setiembre de 2003, en Dubai, se ofreció a los acreedores reconocer 20.500 millones de dólares de la deuda en cesación de pago, luego se elevó esa cifra a 43.200 millones de dólares. Pero habría algo más, un plus por el bono de crecimiento, si esa mejora supera el 3 por ciento.
En Dubai, el Gobierno dijo que ese ofrecimiento era lo único posible para lograr la ‘sustentabilidad’ de dicha deuda y de la marcha del país. Luego se sostuvo que con los 43.200 millones de dólares que se reconocerían, la deuda seguiría siendo ‘sustentable’.
Luego de su encuentro del 31 de agosto con el director gerente del Fondo, el mandatario sostuvo que la entidad multilateral no debe ‘ni soñar’ con un aumento del ahorro público para mejorar la propuesta argentina a los acreedores.
Con esa posición, el presidente ‘negó terminante’ los reclamos del titular del FMI dirigidos a optimizar la oferta a los prestamistas de la deuda en cesación de pagos, mediante un incremento del superávit fiscal primario de 2005, en el orden de cuatro o cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PBI).
Ante esos pedidos, Kirchner aseguró que el superávit fiscal y el acuerdo con los bonistas privados se mantendrá dentro de las pautas establecidas, es decir el tres por ciento del PBI.
Aunque no incrementó las partidas para abonar la deuda tanto como quería el FMI, el Gobierno argentino hizo un esfuerzo final al presentar el proyecto de Presupuesto para el año próximo.
La propuesta presentada ante el Congreso por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, señala que el superávit primario será equivalente a 3,2 por ciento del PBI, y no así el tantas veces reiterado tres por ciento. A este porcentaje debe agregarse que las provincias pagarán su parte, el superávit fiscal total para los acreedores será del orden del 4 por ciento del Producto Bruto. Hablamos de 6.000 millones de dólares o más.
Entre tantas idas y venidas, el Gobierno practica ‘la política del tero’, tradicional pájaro criollo que pone los huevos en un lado y pega el grito en otro. Firmeza, grita el presidente Kirchner para con lo organismos internacionales y luego paga puntualmente los vencimientos de la ‘deuda’. Deuda inmoral, que ante una presentación judicial de Alejandro Olmos, luego de dieciocho años, cuando este había fallecido, el Juez Jorge Ballesteros en Buenos Aires dictó sentencia considerando prescripta la acción penal, pero con la particularidad de reputar veraces numerosas denuncias, elevando las actuaciones al Congreso de la Nación, en cuya Cámara de Diputados aún se encuentra.
La misma deuda que fue declarada nula y odiosa, hoy el Gobierno que preside Néstor Kirchner la reconoce y la paga, no así la deuda interna que seguirá durmiendo el sueño de los justos. ‘En política se miente, en política se mistifica, se oculta la verdad, y aún se simula el error, cuando se tienen privilegios que defender o apetitos que puedan satisfacerse merced a la ignorancia y el engaño de los otros’ decía el doctor Juan B. Justo ya en 1909.