Según confesó un testigo protegido en Washington, la embajada y la Interpol fueron infiltradas por el cartel de Sinaloa de los hermanos Beltrán Leyva. Los espías monitoreaban a quince agentes de la DEA y seguían sus investigaciones.
No sólo México es vulnerable a los carteles del narcotráfico. La embajada de Estados Unidos y la Interpol fueron infiltradas por el cartel de Sinaloa de los hermanos Beltrán Leyva, según confesó un testigo protegido en Washington, quien puso al descubierto que la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) había sido penetrada por el crimen organizado hasta lo más alto de sus mandos operativos y de inteligencia desde hace cuatro años. Con lo que no contaba el gobierno estadounidense era que este mismo agente filtraba información sobre las actividades e identidad de al menos 15 agentes de la DEA en México, así como de investigaciones en curso.
Washington compartió las declaraciones del testigo protegido con el gobierno mexicano, y la Procuraduría General de la República inició una investigación a principios de agosto pasado que hasta el momento ha revelado que fueron expuestos nombres de militares, agentes y fiscales antimafia, y la identidad y acciones de agentes de la DEA en México, por agentes y funcionarios de la Siedo que trabajaban para los hermanos Beltrán, y posiblemente para otras organizaciones del crimen organizado.
Por lo pronto, el director general adjunto de Inteligencia en la Coordinación Técnica de esa dependencia, Fernando Rivera Hernández, encargado de los operativos de la subprocuraduría, está detenido desde el 4 de agosto, acusado de recibir casi medio millón de dólares en efectivo del cartel de los Beltrán Leyva. Y el viernes pasado, un juez federal ordenó el arresto con fines de extradición a Estados Unidos del coordinador general técnico de la Siedo, Miguel Colorado González. Otros 35 funcionarios de la Siedo han sido separados de sus cargos.
Ayer, muy temprano, la subprocuradora Marisela Morales Ibáñez reconoció que mandos de la oficina habían recibido pagos del narcotráfico a cambio de información clasificada, mientras el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, confirmó los datos de la filtración periodística y anunció la reestructuración de la Siedo. De paso, revelaron que la embajada de Estados Unidos y la Interpol también habían sido infiltradas.
Según el diario El Universal, el testigo protegido en Washington trabajó como encargado de la oficina de Interpol en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, donde el cartel de Sinaloa le pagaba por mantener al personal dentro de la oficina cuando así se lo indicaban. Identificado solamente con el sobrenombre de «Felipe», el informante trabajó posteriormente en la embajada de Estados Unidos en México, supuestamente como «investigador criminal», encargado de recabar información de todos los niveles del gobierno mexicano, desde donde expuso a los hombres de los Beltrán en la Siedo, pero también dio información al crimen organizado sobre los agentes de la DEA, por lo que recibía pagos mensuales de 30.000 dólares.
Mientras crece el escándalo por esta información, por tercer día consecutivo, ayer aparecieron colgadas narcomantas en 11 ciudades de cuatro estados, dirigidas al presidente Felipe Calderón, en las que le exigen a su gobierno dejar de proteger a los carteles del Chapo Guzmán, del Mayo Zambada y a la Familia de Michoacán. Los mensajes fueron atribuidos al cartel del Golfo y apuntan hacia otros puntos de corrupción en el combate al crimen organizado en México.
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