Una inmensa mayoría de agremiados al Sindicato Mexicano de Electricistas se dispone a votar entusiastamente por AMLO. No sólo ven en él la esperanza de un cambio en las condiciones de miseria y violencia que azota a nuestro país, también ven en él la esperanza de recuperar lo que les fue arrebatado: Trabajo, Salario y […]
Una inmensa mayoría de agremiados al Sindicato Mexicano de Electricistas se dispone a votar entusiastamente por AMLO. No sólo ven en él la esperanza de un cambio en las condiciones de miseria y violencia que azota a nuestro país, también ven en él la esperanza de recuperar lo que les fue arrebatado: Trabajo, Salario y un Contrato Colectivo de Trabajo digno.
Pero no basta con votar
Se cumplen casi 9 años desde aquel 11 de octubre de 2009, fecha en que Felipe Calderón liquidó la empresa pública Luz y Fuerza, y de un día para otro, echó a la calle a 44 mil electricistas. El presente y el futuro de estos trabajadores les fue de pronto súbitamente arrebatado. Sus familias fueron presas del pánico. El golpe fue demoledor. La mayoría no estaba prevenida económicamente, no contaba con la solidez de clase que se requiere para enfrentar una decisión de Estado, ni tenía la firmeza ideológica para quedarse a defender al sindicato. La mayoría, huyó del campo de batalla. Antes que luchar, desertó.
La empresa desapareció, el Contrato Colectivo de Trabajo quedó reducido, en su aplicación, sólo a los jubilados, entrando en un proceso irreversible de extinción; y el Sindicato sufrió un golpe brutal, cuyos daños aún no terminan de impactar.
El golpe brutal vino del gobierno. Pero desde el interior, tres manos se alzaron para clavarle por la espalda tres dagas que lo desangraron y aún desangran al sindicato.
1.- EL OPERADOR DE LOZANO Y CALDERÓN
La primera daga la empuña Alejandro Muñoz, operador y testaferro de Javier Lozano (el actual vocero de «Pepe Meade») entonces Secretario de Trabajo. Javier Lozano es, a su vez, en 2009, operador y testaferro de Calderón.
Digamos que Calderón es el rey, Lozano el alfil y Muñoz el peón. O mejor aún: Calderón el dueño del perro, Lozano quien lo pasea, y Muñoz el perro.
En 2009, Alejandro Muñoz quiso ser Secretario General. Por órdenes de Calderón encabezó una planilla. Esa planilla la cobijó Lozano. Muñoz perdió la elección. Desconoció su derrota, y se fue a quejar con sus padrinos, quienes ni tardos ni perezosos intervienen en la vida sindical del SME, y violentando su autonomía desconocen el resultado.
Lo demás es de sobra conocido: dividir al SME y desconocer su autonomía fue el preludio; el decreto liquidador, su resultado.
Días después de que el gobierno desconociera la autonomía sindical, miembros del ejército, con disfraz de federales, tomaron todos los centros de trabajo de Luz y Fuerza.
El sindicato estaba partido en dos.
Enseguida, Alejandro Muñoz llama a la deserción pues, «contra el gobierno nadie puede» y además «a los primeros 10 mil liquidados se les recontratará en CFE» y se provoca el efecto estampida. 2 de cada 3 electricistas iniciaron el éxodo, y se fueron siguiendo a la mentira.
2.- EL SALINISTA JORGE SÁNCHEZ
El segundo puñal lo clava Jorge Sánchez. Ex secretario General del SME. Viejo salinista. Cínico, mentiroso y corrupto como todo buen priísta.
Contando aún con presencia entre miles de jubilados, y ostentándose como un gran influyente dentro del gobierno de Peña Nieto, a partir de su compadrazgo con Salinas, él asegura tener las «palancas» suficientes para obtener del gobierno no sólo el trabajo en la zona que atendía el SME, sino más dinero de las liquidaciones (500 mil para cada trabajador liquidado y 300 mil para cada jubilado) con previa aportación ($$$) para el pago de abogados, trámites y mordidas de todo tipo.
Con esta otra estafa maestra, Jorge Sánchez ha incrementado su riqueza, no deja de sacarles dinero a este sector de electricistas y a la vez, los mantiene cautivos a partir de falsas expectativas e imposibles conquistas.
3.- EL PEOR DE LOS TRAIDORES
Pero sin duda, la puñalada trapera de oro, se la lleva Martín Esparza Flores, pues manipuló y traicionó un movimiento real y legítimo.
Aprovechando la decisión de 16,599 trabajadores, de no huir, sino presentarse en el campo de batalla y luchar contra el Estado para revertir el decreto liquidador, Esparza y su equipo de gansters deciden ponerse al frente de esta lucha y proyectan combatividad y firmeza en pro de la victoria.
Al principio no había ningún indicio de traición o algo que se le parezca. Esparza tenía la confianza de la base. Se la había ganado. La historia del SME y su trayectoria como contingente obrero independiente, estaba de su lado. El pueblo, y vastas organizaciones sociales, a ojos cerrados, apoyaban la lucha de este histórico sindicato. Plantarse contra Calderón, dejaba fuera de toda duda la honestidad de su dirigencia. No era visible la traición que se fraguaba.
Pero en el ocaso del gobierno de Calderón, Esparza se va alineando al PRI. Apoyó la campaña de Peña Nieto a la presidencia y, sin embargo, al notar que el PRI NO le daría cobijo con alguna clase de solución al conflicto, ni con una candidatura, se repliega y, al cuarto para las doce, decide sumarse a la candidatura de López Obrador, entre otras cosas, porque le ofrecían una diputación.
El pragmatismo de Andrés Manuel le aconsejó aceptarlo, no sin antes bautizarlo como el «pez róbalo» (especie de pez que tiene la capacidad de nadar en dos aguas: dulce y salada.)
Como se sabe, en 2012 Peña Nieto se impone en la presidencia mediante un fraude trabajado, día tras día, durante todo el sexenio de Felipe Calderón. Millones de pesos fueron gastados en potenciar la imagen del entonces gobernador mexiquense, y para sepultar a López Obrador, en una guerra mediática de miedo. Ganó Peña Nieto, y hasta ahí llegó el obradorismo de Esparza. Se le acabó el «es un honor, estar con Obrador» y desplegó una campaña en su contra por 6 largos años al seno del SME.
En asambleas de todo tipo, se le escuchó decir: «Es un mesías», «es de derecha», «un caudillo» «fingió su enfermedad cuando lo de la reforma energética» «¿a poco él nos va a dar solución», «todos los candidatos son iguales» «vámonos con Marichuy», «con los zapatistas», etc., y de nuevo, pero oculto tras un pasamontañas de indígena chiapaneco, se alineó con el PRI. Simultáneamente inició una feroz persecución en contra de militantes y simpatizantes de MORENA. ¡Hasta apoyó y apoya a Peña Nieto en la construcción del nuevo aeropuerto en contra del pueblo de Atenco!
Así es como Esparza se fue alineando al PRI y termina por entregarle al gobierno de Peña Nieto la resistencia electricista, digna y perseverante en defensa de su Contrato Colectivo de Trabajo, su combatividad de años en pro de la reinserción laboral, la lucha sin descanso por recuperar a Luz y Fuerza, y todo a cambio de recibir una empresa de nombre Fénix, en sociedad con el capital portugués Mota-Engil, y millones de pesos de liquidación, pero sólo para él, sus familiares y sus gangsters sindicales.
EL SALDO
A casi 9 años, este es el saldo que ellos, Esparza y secuaces, cacarean como «triunfo sin precedentes en toda la historia del movimiento obrero»:
De los 16,599 electricistas en resistencia, 541 están trabajando en la empresa Fénix. La mayoría de ellos, amigos y conocidos del Comité Central. Otros 970 fueron engañados con que recibirían una jubilación conforme al Contrato Colectivo, y todo se redujo a percibir una Renta Vitalicia fondeada con los recursos de las liquidaciones de los mismos trabajadores, sin nada de lo que señala el Contrato Colectivo en materia de prestaciones. En promedio esa Renta Vitalicia es de 14 mil pesos mensuales; pero hay 14 personas que reciben 47 mil pesos al mes de Renta Vitalicia, injustificadamente. Ellos son los hermanos e incondicionales de Esparza y gavilla. Y otros cientos más, están como trabajadores cooperativistas, muchos sin salario ni paga alguna, y otros con ingresos magros y condiciones precarias de trabajo. Y eso es todo.
ALREDEDOR DE 14 MIL ELECTRICISTAS ESTÁN CON LAS MANOS VACÍAS. ESTÁN IGUAL QUE HACE CASI 9 AÑOS: SIN INGRESOS Y SIN TRABAJO
Pero en la cumbre de la estructura sindical, otra es la realidad.
Tan sólo el Secretario General, se llevó más de 5 millones de pesos por su liquidación. Está en la nómina de Fénix y, sin trabajar, percibe más de dos mil pesos diariamente. Pero no sólo aparece como «trabajador», también es patrón, pues pertenece al Consejo de Administración de Fénix y percibe por lo menos el doble de lo que le ingresa como «trabajador». Adicionalmente cuenta con otros ingresos, pues resulta que también es socio cooperativista. Y aún hay más. Eso no es todo.
De las cuotas sindicales también percibe dinero, lo mismo que de las rentas de todas las propiedades del SME, tales como salones, deportivos, estacionamientos, etc. Y el mes pasado le tocó reparto de utilidades en tanto «trabajador» de Fénix. ¡Nada mal!
Si sumáramos su liquidación con la de sus tres hermanos y su vástago, la dinastía Esparza, acumuló tan sólo por concepto de liquidación, cerca de 30 millones de pesos.
Su brazo derecho, Eduardo Bobadilla, acumuló él y su parentela, sólo por concepto de liquidación, más de 35 millones de pesos.
Su brazo izquierdo, Montes de Oca, entre él, su «colaboradora» y su chofer, suman más de 10 millones de pesos por concepto de liquidación.
Y así es con el resto de los 26 miembros del Comité Central, sus familiares y compadres. Son aproximadamente 100 personas las que verdaderamente «triunfaron». Obtuvieron liquidaciones millonarias, Rentas Vitalicias de enorme cuantía, salarios mayores a dos mil pesos diarios y, aunque estén en la nómina, realmente no trabajan.
De los más de 16 mil electricistas en resistencia ninguno está en esa condición. Todo lo contrario, se liquidaron sin nada en las manos.
LAS PROMESAS DE ANDRÉS MANUEL
«Vamos a darles trabajo a los electricistas». «Se cometió una injusticia con ellos». «Los han engañado por muchos años», ha dicho el candidato puntero en varios momentos de su campaña rumbo a la presidencia. Y la simpatía que desde siempre ha existido por él en la base electricista, hoy se ha acrecentado.
En su horizonte desolador, con una traición a cuestas y un terrorismo sindical impuesto al seno del SME, las palabras de López Obrador son esperanzadoras.
Al interior de la base electricista se dice que por fin habrá trabajo, que se conocerá la verdad sobre la liquidación de Luz y Fuerza, de las liquidaciones millonarias de la dirigencia y sus familias, de las Rentas Vitalicias de privilegio, de por qué se le entregó al capital portugués las 14 generadoras que conforman Fénix, de toda la corrupción que acompaño el proceso de liquidación, etc.
Sí, efectivamente. Con otra presidencia existe esa posibilidad.
PERO NO BASTA CON VOTAR
Los gangsters sindicales prevén exactamente lo mismo: la posibilidad de quedar al descubierto. Ya olfatearon la derrota del PRI y meteóricamente, Esparza Flores es de nuevo ¡Obradorista! Sí, así como lo leen.
A tan sólo 10 días de la elección presidencial, se declara a favor de AMLO. ¡Milagro! ¡Milagro! ¡10 días antes de la elección, el pez róbalo se transformó en un veloz chapulín y de nadar en dos aguas se pasó de un gran brinco a tierra firme! ¡Milagro! ¡ALELUYA!
¿¡MILAGRO!?
Hay un mensaje cifrado. Hay una petición entre líneas.
«Quiero impunidad». «Quiero la amnistía». «Trátame como a Napito y sus mineros». «Trátame como a Elba Esther y sus huestes». «Si con ellos fumaste la pipa de la paz, conmigo ¿por qué no?».
Compañeros electricistas: no basta con votar.
Puede ganar López Obrador la presidencia, Martín Esparza conservar su dirigencia, y como electricistas seguir en las mismas.
Hay que evitar que el manto de la amnistía cobije a Esparza y gavilla.
Si se quiere trabajo para todos y no sólo para los consentidos de Martín; si se aspira a una JUBILACIÓN digna y verdadera y no que todo quede en 14 Rentas Vitalicias de privilegio para los parientes y amigos de Martín; si se quiere que se investigue el porqué de las liquidaciones millonarias del Comité y comparsas y a cambio de qué se otorgaron; si se quiere saber el porqué del resto de las liquidaciones a la baja de la base smeita; si se desea conocer los términos en que se crea Fénix entre el SME y el capital portugués Mota-Engil y en razón de qué se les concesiona el uso de las 14 generadoras que eran de Luz y Fuerza; y si se quiere democracia sindical y respeto a nuestros derechos; entonces no basta con votar.
Una gran masa de electricistas está dispuesta a impedir que el PRIANRD llegue a la presidencia ¡Qué bueno! Pero si no se contribuye de igual manera a sacar a Martín Esparza y secuaces del SME, entonces no habrán cambiado las deterioradas condiciones de vida que como electricistas se padece con el decreto liquidador y la traición de la lucha.
Se debe aprender de lo vivido en estos casi 9 años de resistencia: no basta con confiar a ciegas en una persona por más que prometa y prometa devolver el empleo, y con esa promesa sentarse a esperar que simplemente suceda.
El cambio en la relación de fuerzas que se puede lograr con el triunfo de López Obrador, se tiene que hacer extensivo para lograr un cambio en la relación de fuerzas dentro del sindicato. Y esa oportunidad se abre desde el 1 de julio.
Nadie hará por el pueblo, lo que a este le corresponde hacer. nadie hará por los electricistas lo que ellos están llamados a hacer.
Consideramos que está en la base smeíta aprovechar esa oportunidad, está en ella el organizarse, discutir y decidir cómo seguir adelante. Por un lado, limpiar la casa de charros y gandallas; y por el otro, recuperar lo que les pertenece: el sindicato, la cooperativa y el trabajo.
Así es. Se debe actuar en consecuencia. Se debe actuar con congruencia.
¡POR UN MÉXICO SIN PRI Y POR UN SME SIN MARTÍN!
Adelante electricistas, que no basta con votar.
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