El panóptico (del griego, observar a todos) es un modelo de cárcel planteado por el pensador inglés Jeremy Bentham en 1791. La idea -muy a grandes rasgos- es organizar a los prisioneros en un edificio circular en cuyo interior hay un patio, y en el patio una torre desde donde vigilan los guardias. Todas las […]
El panóptico (del griego, observar a todos) es un modelo de cárcel planteado por el pensador inglés Jeremy Bentham en 1791. La idea -muy a grandes rasgos- es organizar a los prisioneros en un edificio circular en cuyo interior hay un patio, y en el patio una torre desde donde vigilan los guardias. Todas las celdas son perfectamente visibles desde la torre, pero gracias a que ésta tiene persianas, los presos no saben con certeza si en un cierto momento se los está vigilando.
Ese concepto, que en cualquier momento te puedan estar observando sin que lo sepas, inspiró el nombre del experimento Panopticlick, conducido por el científico australiano Peter Eckersley de la EFF (Electronic Frontier Foundation) que aspiraba a demostrar que sin que los navegantes lo sepan, van dejando una estela que los hace perfectamente identificables en internet.
En el experimento se montó un sitio de prueba y se identificó a 470.000 voluntarios por características como la resolución de pantalla, el idioma, los colores, el sistema operativo, el navegador, la versión de éste, la versión de Java, las tipografías instaladas en el sistema y bueno, muchas otras características que en conjunto formaban «la huella digital» de esos navegantes. Resulta que un 84% de ellos tenía una huella única, y si se restringe la muestra a los browsers que soportan Java y/o Flash, la unicidad engloba al 94% de los voluntarios.
Como el ser humano tiende a creer lo que quiere creer, una vez me planteé la posibilidad de este tipo de identificación y me autoconvencí de su impracticabilidad diciendo: uso Windows XP con Firefox 2, seguramente la mitad del planeta tiene esa combinación! Pero claro, uno no sabe cuán rica es la matriz de información que el browser informa a los sitios.
El problema de fondo es que aunque uses un browser que soporte navegación privada, y desactives el uso de cookies, y uses un proxy para ocultar tu IP, en realidad un sitio es perfectamente capaz de saber si el visitante X que hizo un comentario el lunes es la misma persona (o al menos el mismo PC) que el visitante que acaba de favoritear un artículo el martes. No sabes cómo se llama ni dónde vive, pero no importa, porque lo que necesitas es establecer los patrones de conducta de tus lectores para hacer inteligencia de negocios. Según la EFF, el mismo hecho de tener habilitada la «navegación privada» añade un bit de seguridad al hash único, por lo tanto te vuelves un grado más fácil de identificar que la gente que no la tiene habilitada.
A lo mejor la mayoría de los sitios, blogs, foros y hasta redes sociales no usan esa técnica de «browser fingerprinting», porque su negocio es que la gente se registre y se identifique voluntariamente, pero de todos modos ya hay compañías en internet vendiendo herramientas especializadas para hacer márketing con esta identificación involuntaria.
Si quieren saber cuánta información está enviando su browser a cada sitio que visitan, hagan la prueba. Visiten http://panopticlick.eff.org/ y presionen el botón «Test Me». Los resultados pueden sorprenderles. Por otro lado, acá les dejamos el PDF del estudio, que Eckersley presentará en un simposio sobre privacidad, en julio.
Links: Web Browsers Leave ‘Fingerprints’ Behind as You Surf the Net (EFF.org) How your Web browser rats you out online (Ars Technica) Tracking Web users without using cookies (CNET)
Fuente: http://www.fayerwayer.com/2010/05/no-hacen-falta-cookies-para-rastrearte-online/