M.H.: De acuerdo a los datos proporcionados por el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, y que fueron leídos por el Jefe de Gabinete Marcos Peña en el Senado, en el año 2016 se rescataron 666 personas -apenas u tercio de las rescatadas en 2015 y […]
M.H.: De acuerdo a los datos proporcionados por el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, y que fueron leídos por el Jefe de Gabinete Marcos Peña en el Senado, en el año 2016 se rescataron 666 personas -apenas u tercio de las rescatadas en 2015 y 2014-, mientras que en el primer trimestre de 2017 fueron solo 143, lo que también daría una proyección a la baja. Recientemente ha tenido una gran repercusión pública el caso de Nadia, una joven adolescente secuestrada a la salida de un colegio secundario en Lugano.
J.B.: Este es un problema muy complejo que pone en la mira al conjunto de las adolescentes y mujeres jóvenes de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. Yo soy miembro de una red que se une por el espanto, se coordina entre docentes, familiares, la propia mamá de Nadia participa de las reuniones, y por organizaciones sociales que lamentablemente tienen a sus compañeras como protagonistas de estos hechos.
Casos como el de Nadia son moneda corriente, del destino al que están atadas las pibas de zona sur. Hay una responsabilidad total del Estado y del gobierno que durante los 32 días que estuvo desaparecida Nadia, no tuvieron ni una sola comunicación ni de la Jefatura de gobierno ni de ningún tipo de autoridad de la Ciudad con la familia, en medio de esta búsqueda desesperada.
Hoy (18/7) se cumple una semana del día que aparece Nadia, y si bien estamos muy contentos porque Nadia se encuentra aparentemente bien, el riesgo al que está expuesta esta nena y su madre continúa.
Elena, la mamá, fue amenazada sistemáticamente, esas amenazas nos dan la pauta de que no se trata de una nena que se va por voluntad propia, cuando salen personas mayores a amenazar a la madre cuando sale a pedir públicamente su búsqueda. Tampoco el relato de que se va por su cuenta coincide con lo que cuentan sus docentes y los pibes de la escuela de Nadia, que no son los únicos que han hablado de esa red que opera en el «René Favaloro» y en el resto de los colegios de la zona.
Hoy apareció Erica, una nena que estaba desaparecida en Bajo Flores. No tengo tanto contacto con ese caso como tuve con el de Nadia, pero nos da la pauta de que evidentemente el objetivo de estas redes es captar a las pibas en situación de vulnerabilidad y ofrecerles un futuro que no está atado a ninguna perspectiva sana y de desarrollo sino todo lo contrario. Apuntan primero a un coqueteo, a una captación, a algo que aparece más por voluntad de las pibas que por una situación de sometimiento o amenaza, pero después todos los elementos que vemos en las causas es que empiezan a haber amenazas a los familiares y de esa manera las menores de edad quedan atadas a tener que trabajar para estas redes.
Nos acabamos de enterar porque nos hizo llegar la información el abogado que el Juez al que le llega el caso en el momento en que la fiscalía Nº 57 se declara incompetente porque entiende que hay que investigar el delito federal, porque no se trata de una desaparición aislada, sino que es una red la que opera, pasa a la justicia de Comodoro Py, al tribunal a cargo del Juez Canicoba Corral, quien rechaza la causa, porque cuando la lee argumenta que no hay motivos suficientes como para ver y analizar que hay una red de trata operando. El abogado querellante y la madre apelaron esto, incluso otros organismos anunciaron su rechazo, hoy por suerte nos enteramos que la Cámara apeló esta medida del juez Canicoba Corral, con lo cual la investigación sigue en pie.
Eso es muy importante, es un triunfo de la lucha, porque sin hacer público el caso, sin que Elena hubiera tenido el coraje para salir a denunciar lo que estaba pasando, con el acompañamiento de las organizaciones y la propia escuela, esto hubiera quedado enterrado y hubiera sido entendido como «otro caso más en el que la nena se va porque quiere» que es lo que dice en general la justicia y el Estado. Sin embargo, sigue el estado de alerta y de preocupación.
M.H.: Recuerdo un caso el año pasado de una joven en Pompeya, donde ni la policía ni la fiscalía quisieron tomar la causa. Después lo hicieron, pero por la presión de las organizaciones, donde estuvo muy involucrado el gremio Ademys. Finalmente la situación se revirtió, la chica apareció. Pero son temas que van quedando en manos de los particulares damnificados, en este caso la mamá, las organizaciones que acompañan, los maestros. Cuando en realidad esta debería ser una tarea del Estado, de la justicia o de la injusticia, porque en este caso la actitud del juez Canicoba Corral es sumamente cuestionable y ni qué hablar de las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, al tratarse de un delito federal, debería haber prestado atención la Ministra de Seguridad que además es mujer.
Se ve que este caso electoralmente no da puntos, deben haber recibido alguna instrucción al respecto de Durán Barba. Pero hay hechos graves, como el caso de Raúl Martins, persona denunciada por su propia hija, Lorena, como tratante de personas, y también por La Alameda en su momento, estoy hablando en el 2011, un ex agente de la SIDE, que lideraba una red de trata que hacía aportes a la campaña del hoy Presidente Mauricio Macri. Y la famosa foto de Macri y Juliana Awada junto a Gabriel Conde, procesado por regentear en los ’90 en cabaret Shampoo. Estamos hablando entonces de un tema de mucha gravedad porque aparece vinculado nada más ni nada menos a una figura la del Presidente de la Nación.
¿Cómo se previenen estos hechos? ¿Qué se puede hacer para que esto no suceda?
J.B.: Justamente ese es el debate que estamos teniendo nosotras como organizaciones. Acá hay una cuestión fundamental y que va ligada a lo que estás retratando cuando te referis a esta foto que muestra la vinculación que tiene el poder político y quienes nos gobiernan con los propios organizadores del delito. Cuando denunciamos al gobierno y al Estado, no es una denuncia para no poner un nombre y apellido, sino para explicar que acá hay todo un régimen orientado a generar ganancias bajo estas condiciones y bajo la explotación de esta juventud. Cuando uno ve la foto de Macri con Conde, cuando se entera que Juliana Awada tenía un taller textil clandestino, cuando uno ve que la madre de Nadia sale a pedir ayuda por todos los medios y no hay ni un ministro que se le acerque, lo que se demuestra es que todos estos tratantes y estas redes actúan bajo la absoluta complicidad y responsabilidad del Estado.
Cuando uno va a hacer la denuncia a la comisaría se siente humillada, las madres relatan eso, las tratan de locas. El entramado entre los sectores del delito organizado y las propias autoridades gubernamentales y de la propia justicia, de las fiscalías y de la policía, tienen un vínculo inquebrantable que son los intereses sociales que defienden.
M.H.: Hubo casos también denunciados por la Facultad de Psicología en la sede de Once, por la propia Decana de la facultad. Otros incidentes se han vivido en la Plaza Houssay, colindante con varias facultades. Es una situación bastante extendida, al menos en lo que respecta al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Y hay algunos lugares que son particularmente críticos; en Lugano y la zona sur en general, por ejemplo, también se han detectado casos en Pompeya, y en el comunicado que suscriben la mamá de Nadia, su abogado y Vanina Biassi, se menciona un boliche de Liniers: «El Bacilón».
J.B.: En la inspección que se le realiza al boliche «El Bacilón» se ve claramente cómo el Estado está involucrado en el armado de estas redes. Inspeccionan a partir de los testimonios que consiguen los propios docentes y las organizaciones, porque la mayor parte de los datos de la causa los aportamos desde la red, entonces a la fiscalía no le queda opción más que ir a indagar qué pasa. Cuando van, ven una cantidad de irregularidades, lo clausuran pero no les alcanza para probar que es parte de una red, entonces luego el boliche sigue funcionando, ése como tantos otros.
Hay que analizar esto porque estas redes están sumamente ligadas a la campaña de criminalización de la juventud, la campaña para bajar la edad de imputabilidad, entonces a qué mano de obra agarran para el narcotráfico y las situaciones con este tipo de exposición, a los más jóvenes, y cuanto más bajen la edad y cuanto más bajen la línea, tanto el gobierno como la oposición que acompaña este reclamo, más fuerte va a ser la captura de pibes chiquitos.
Lo vemos en otros países de América Latina, donde los pibes van a prisión a partir de los 16 años y la mano de obra de los transas, en los barrios, en las villas de todos los países, son pibes de 12 años. Entonces lo importante es entender a qué punto estamos llegando con esta campaña de estigmatización de la juventud.
Apenas aparece Nadia esta semana, dan a conocer un audio que tenía la fiscalía de una conversación entre la madre y Nadia, la conversación es sumamente confusa, Nadia en un tono de angustia le dice «mamá discúlpame, te amo, no puedo volver, estoy trabajando, estoy bien»; eso lo revelan públicamente para ser funcionales a estos dichos que toma el gobierno y los medios para decir que se fue porque quiso. Si nosotros compramos como población que las pibas se van porque quieren, estamos siendo cómplices y funcionales a un entramado que funciona con las condiciones de precariedad en las que viven estas pibas que las hacen muy fáciles de captar, con las necesidades y presiones sociales que tienen y a las que las condena este gobierno. Entonces, el problema del desmantelamiento de las redes de trata para nosotros es un punto fundamental. Apareció Nadia pero vamos por esto, porque todas las pibas están en riesgo.
M.H.: Vos sos candidata a Legisladora porteña y estás involucrada en estos temas, seguramente habrás pensado junto a las compañeras del Plenario de Trabajadoras en alguna propuesta en el ámbito de la Legislatura de la Ciudad.
J.B.: Nosotros tenemos toda una campaña para hacer públicos estos casos que es lo más importante, porque uno puede presentar un Proyecto de resolución, pero la realidad es que la organización de los barrios y de las mujeres, por el derecho a su vida y por el derecho a que las pibas no desaparezcan como vienen desapareciendo, se imponga en la agenda del gobierno.
Soledad Acuña la Ministra de Educación tiene que dar respuesta de por qué las pibas de los colegios secundarios desaparecen y el ministerio no hace nada. El gremio Ademys se cansa de denunciar esta situación.
Estamos proponiendo hacer un relevamiento escuela por escuela de las pibas que fueron desaparecidas, las que aparecieron, en qué condiciones aparecieron y queremos que el Ministerio de Educación dé una respuesta de qué están haciendo, si existe un protocolo, qué medidas están tomando como institución. Porque los docentes quedan librados a su suerte, tienen que salir a denunciar y se comen el apriete de las autoridades que a su vez son apretadas por los directores de los distritos, es todo un cuadro de impunidad muy grande en el que están atados por los vínculos que tienen con la complicidad con la operatoria de estas redes.
Por otro lado, hay un tema fundamental, desde la banca del Legislador Marcelo Ramal presentamos una declaración para que la Legislatura se pronuncie en preocupación por la cantidad de pibas que desaparecen constantemente de la zona sur. El resto de los bloques no ha aprobado ni acompañado. Es toda una señal política en el sentido de que si hay un partido y un político que pretende conquistar bancas y no se preocupa por el hecho de que las pibas de 14 años son captadas para la venta de drogas, quiere decir que la orientación social que va a defender es la misma que se está defendiendo ahora.
Entonces, el problema de la organización en los barrios, conformar estas redes donde la comunidad educativa, las organizaciones sociales, los familiares directamente involucrados puedan tener un acompañamiento, una ayuda y una protección, porque la madre de Nadia no hubiera podido hacer todas las denuncias que hizo si no hubiera tenido vecinos que la acompañaron caminando el barrio cada vez que entraba y que salía. Si no generamos estas redes y no hacemos públicos estos casos lamentablemente la justicia no hubiera hecho que apareciera Nadia.
El problema de la organización barrial es fundamental y nosotras naturalmente colocamos toda esa experiencia de lucha y organización en las bancas en donde estamos y en las que queremos conquistar para que esto no deje de estar en la agenda, porque necesitamos que los trabajadores y las mujeres que padecemos esta situación podamos tener una voz y que se visibilice algo que constantemente se intenta callar y naturalizar. Hay una lucha muy fuerte que tenemos que tomar con una seriedad importante, que es la lucha por la desnaturalización de la desaparición de pibas, nos estamos acostumbrando a que esto pase y no lo podemos permitir.
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