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#NosEstánMatando

Fuentes: Rebelión

No matan por ser periodistas, sino por su compromiso con los de abajo. Raúl Zibechi   El también periodista Raúl Zibechi escribió no hace mucho: «No son, no pueden ser, efectos colaterales e indeseados de la guerra contra el narcotráfico. Los periodistas críticos son uno de los objetivos. No el único, porque el blanco principal […]

No matan por ser periodistas, sino por su compromiso con los de abajo. Raúl Zibechi

 

El también periodista Raúl Zibechi escribió no hace mucho: «No son, no pueden ser, efectos colaterales e indeseados de la guerra contra el narcotráfico. Los periodistas críticos son uno de los objetivos. No el único, porque el blanco principal siguen siendo los de abajo organizados. El asesinato es el modo que tienen los de arriba, esa compleja alianza narco-empresarial-estatal, para desorganizar movimientos y para neutralizar a los periodistas críticos y a los medios (pocos) que los publican. Me resisto a verlo de otro modo, por la propia historia de los medios.»

Lo anterior por Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa y redactor del semanario estatal Rio Doce, con un abundante trabajo sobre narcotráfico y violencia, que fue asesinado en Culiacán. De hecho, la tierra culichise ha convertido, al igual que Veracruz, en un Estado en el que, matar periodistas, es la forma más barata de intentar callar la verdad de todo cuanto sucede.

Los crímenes contra periodistas no son algo nuevo, es algo que ha existido desde hace mucho tiempo en México, tan sólo, en la década de los 60’s, el Estado controlaba la información de los medios a través de la venta del papel periódico (PyPSA) y cuando había alguna nota fuerte – 2 de Octubre no se olvida – escaseaba el papel y la televisión (Televicentro) ocupaba el centro de atención de la sociedad mexicana «Hoy fue un día soleado».

«No se calla la verdad matando periodistas», fue la frase que surgió a raíz de las 19 muertes violentas de gente de medios en Veracruz en la «Docena Trágica» hoy conocida como Fidel-Duartismo; aunque en realidad, fue durante el sexenio de Javier Duarte cuando los crímenes contra periodistas tuvieron su apogeo. Pero hay dos muertes en Veracruz relacionadas directamente con un funcionario público estatal, debido al modus operandi de las acciones.

Nos referimos a las muertes del maestro José Miranda Virgen -en el sexenio de Miguel Alemán – y más tarde, la de Regina Martínez Pérez – durante el duartismo en Veracruz – ¿El sospechoso? Un candidato a la alcaldía de Xalapa por el PRI, bueno, el único, nos referimos a José Alejandro Montano Guzmán quien, cuando murió «accidentalmente» el maestro Miranda, era Secretario de Seguridad Pública y cuando «asaltaron» a Regina Martínez, era candidato a la diputación federal.

¿Por qué el sospechoso principal? Simple, en ambos casos, fue señalada su desmedida ambición, sus tropelías, sus nexos con policías deshonestos y el crimen organizado; en ambos casos fue duramente criticado por actos de corrupción y en ambos casos, las muertes fueron de periodistas críticos, el método fue similar y aunque parezca chiste «ningún funcionario hay sido juzgado por ello». Hoy, el principal sospechoso busca la presidencia municipal de Xalapa y es obvio que, el que acusa, está obligado, por ley a probar su dicho.

En el caso del compañero Valdez Cárdenas, sus libros nos remiten directamente con el crimen organizado, las investigaciones realizadas por el también investigador señalan a funcionarios del gobierno de Sinaloa en sus tres niveles, a policías y por supuesto, «gente de bien» en esa entidad. Pudo haber sido cualquiera, pero para el caso que nos ocupa, es igual que en Veracruz:

Lo mataron por decir la verdad…

Carlos Morales Tapia, Periodista Independiente en el Estado de Veracruz.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.