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Los enfrentamientos se prolongaron casi cuatro horas en el centro de Oaxaca

Nuevo zafarrancho entre agentes de la PFP y miembros de la APPO deja 58 heridos

Fuentes: La Jornada

Integrantes del grupo policiaco agreden a periodistas y fotógrafos

 Por casi cuatro horas, agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) y simpatizantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) se enfrentaron en las calles del centro histórico de esta ciudad, con saldo de 53 intoxicados y lesionados por parte de los miembros del magisterio y popular, y al menos cinco elementos de dicha corporación.

Tres de los seguidores de la APPO fueron reportados graves al diagnosticárseles traumatismo craneoencefálico por golpes, y uno presentó un impacto en la pierna por un proyectil de gas lacrimógeno. La mayoría de los lesionados fueron atendidos en el puesto de auxilio instalado en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, fundado por el pintor Francisco Toledo.

Después del mediodía, unos mil 500 partidarios de la APPO iniciaron una marcha en la carretera internacional Cristóbal Colón, frente al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, para conmemorar el inicio de la Revolución Mexicana.

El enfrentamiento empezó al filo de las 13:30 horas, cuando al llegar a la esquina de Morelos y García Vigil un grupo de jóvenes subió a una camioneta incinerada ­utilizada como parapeto por agentes de la PFP­ para gritar consignas y cánticos irónicos a fin de exigir el retiro de los elementos policiacos y la destitución del gobernador Ulises Ruiz.

En ese momento, según versiones de los participantes, desde el fondo de la formación policial fue lanzada una piedra que golpeó en la cabeza a uno de los manifestantes, provocándole una gran herida. De inmediato los inconformes respondieron aventando piedras y botellas de plástico.

Los agentes de la PFP arrojaron gases lacrimógenos para dispersarlos y en respuesta los universitarios que participan en las barricadas ubicadas en los alrededores de Ciudad Universitaria accionaron sus bazucas para lanzar cohetones.

En Morelos y Macedonio Alcalá se suscitó otra refriega que a la postre fue la más violenta. Entre Murguía y Macedonio Alcalá, los simpatizantes de la APPO se reagruparon y ofrecieron resistencia.

Las calles del centro histórico fueron cubiertas por el gas lacrimógeno, que alcanzó a llegar a escuelas primarias ubicadas siete calles de la Plaza de la Constitución.

Los policías, en su intento por dispersar a los simpatizantes del movimiento, avanzaron casi una cuadra para que los gases lacrimógenos tuvieran mayor efecto, lo que originó el repliegue de los inconformes hasta la esquina de Macedonio Alcalá y Abasolo, a una cuadra del templo de Santo Domingo, donde está el plantón general de la APPO. Ahí formaron una barricada.

Los bazuqueros también avanzaron y en repetidas ocasiones dispararon cohetones para hacer retroceder a la PFP. Dos de ellos, después de más de dos horas de trifulca, fueron detenidos por los policías. Otros simpatizantes de la APPO que participaban en la línea de batalla también fueron aprehendidos por los agentes federales.

Según seguidores del movimiento magisterial y popular, unos cinco policías también sufrieron lesiones por pedradas y la explosión de los cohetones. Un agente, que fue visto por periodistas cuando lanzaba un petardo, resultó con heridas en una mano.

Después de las 15 horas, el enfrentamiento se extendió por varias calles, cuando dos tanquetas avanzaron por la calle 5 de Mayo y García Vigil para tratar de rodear a los simpatizantes de la APPO.

Manifestantes arrojaron piedras a los ventanales del hotel Camino Real, luego de que se percató de que en la azotea del inmueble había policías que arrojaban gases lacrimógenos. En García Vigil y Allende los manifestantes quemaron un autobús urbano para evitar el paso de la tanqueta.

Media hora después, Marcelino Coache, uno de los voceros de la APPO, convocó en la línea de batalla a los seguidores a replegarse, porque un funcionario de la Secretaría de Gobernación se había comunicado para dar un ultimátum.

Coache, acompañado por algunos periodistas, atravesó la línea de batalla y se dirigió calles abajo para pactar una tregua con el mando de las fuerzas federales. Después de una plática con un oficial que no se identificó, logró el ofrecimiento de un repliegue de la PFP y la liberación de algunos de los detenidos.

A eso de las 16:30 horas, las fuerzas federales iniciaron la retirada sobre Macedonio Alcalá y regresaron a su posición original en la esquina con Morelos, además de liberar a uno de los detenidos. Los simpatizantes de la APPO hicieron lo propio y pasadas las 17 horas cesaron los enfrentamientos.

En la refriega, Francisco Olvera, fotógrafo de La Jornada, y quien firma esta nota fueron perseguidos pistola en mano por agentes federales. Los fotógrafos de las agencias Efe y Reuters, Patricia Domínguez y Jorge Luis Plata, así como el camarógrafo de Tv Azteca Alejandro Domínguez Juárez fueron agredidos por elementos de la PFP. Mientras, el reportero de El Universal Alejandro Torres recibió un impacto de gas lacrimógeno en la pierna izquierda, que no tuvo mayores consecuencias.

Más tarde, en conferencia de prensa, César Mateos, miembro del Consejo Estatal de la APPO, culpó a la PFP de generar el enfrentamiento por haber agredido una «marcha pacífica».

Informó que 15 simpatizantes de la APPO fueron detenidos, siete de los cuales fueron liberadas en las negociaciones con los mandos de la PFP. Los restantes fueron remitidos a las autoridades ministeriales. De estos últimos se conoció el nombre de Eliud Martínez Sánchez, de 22 años de edad.