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Oaxaca, 16 de julio de 2007: la Guelaguetza del pueblo o la revolución bailando

Fuentes: Basta !

Traducido por Rocío Anguiano

La Guelaguetza es la fiesta más importante del Estado de Oaxaca, en México. Se celebra desde el año 1521 a mediados de julio y debe su nombre a la palabra zapoteca que designa la ceremonia anual con la que se festejan las cosechas, presidida por la diosa del maíz Centéotl. En esta ocasión, se ha elegido una nueva Centéolt entre las delegaciones llegadas de los siete valles de Oaxaca. La afortunada no ha debido la selección a su belleza física, sino a sus conocimientos de la historia, las costumbres y las tradiciones de su región.Centéotl

La Guelaguetza conmemora también el recuerdo de Donaji («gran alma»), la última princesa zapoteca. Donaji, que nació en 1506, fue la quinta y última hija del rey Cosijoeza y de su madre Coyolicaltzin, descendiente del gran Ahuízotl, emperador azteca que consintió este matrimonio para forjar una paz entre las dos naciones.

Esta fiesta es realmente fascinante. Todos los grupos procedentes de los valles ejecutan bailes y exhibiciones que confirman que el pueblo mexicano conservan sus tradiciones de forma muy viva y creativa.

Danzador de la PlumaEntre los bailes más célebres de la Guelaguetza, destacan el Jarabe Mixteco, los Sones de Pochutla, la Flor de Piña y el más conocido, la Danza de la pluma, que cierra tradicionalmente la fiesta.

Pero en el México sacudido de lleno por la globalización neoliberal la autenticidad está seriamente amenazada: estos últimos años, la Guelaguetza ha ido derivando hacia el folclore mercantil para turistas (véase esta publicidad oficial).

Por ello, era lógico que el movimiento popular de Oaxaca, que se levantó hace un año contra el corrupto gobernador Ulises Ruiz, quisiera recuperar también la Guelaguetza. La APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) y la ya famosa Sección XXII del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación organizaron una Guelaguetza popular en respuesta a la fiesta oficial.

Plaza de la Danza

Más de diez mil personas presenciaron bajo la lluvia los bailes ejecutados por grupos llegados de todo el Estado en la Plaza de la danza de la capital de Oaxaca. Después, a la mitad del día, todo el mundo se dirigió al auditorio del Cerro del Fortín, donde se celebra tradicionalmente la Guelaguetza, en un sitio monumental dominado por una estatua del héroe nacional Benito Juárez. En mal momento: desde tres días antes el lugar estaba tomado por todos los cuerpos de policía con los que cuenta el Estado, de uniforme y de paisano.

Y las fuerzas represivas se emplearon a fondo: gases lacrimógenos, balas, piedras y todo tipo de proyectiles. El resultado: entre 40 y 60 detenciones, varias decenas de heridos, uno de ellos, según las últimas noticias, entre la vida y la muerte. Sin embargo, los organizadores consideran que la jornada fue un éxito. La operación les ha costado 1.400.000 pesos (95.000 €) financiados por una contribución de 20 pesos de cada uno de los 70.000 afiliados al Sindicato de los Trabajadores de la Educación. Y para protestar contra la represión del lunes, el mismo martes 18 de julio se organizaba una «Marcha del silencio» en el centro de Oaxaca. La consigna era ir vestidos de negro y con mordazas.

¡Hoy más que nunca, Oaxaca vive, la lucha sigue!



Fuente: Basta ! Journal de marche zapatiste

Artículo original publicado el 19 de julio de 2007

URL de esta traducción en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=3377&lg=es

Sobre el autor

Fausto Giudice y Rocío Anguiano son miembros de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Anguiano es también miembro de Cubadebate y Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, al revisor y la fuente.