La Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó y lamentó los hechos de violencia con tinte racista ocurridos el 24 de mayo en la ciudad de Sucre que dejaron como resultado varias decenas de heridos. El sábado más de 20 campesinos fueron tomados como rehenes y obligados […]
La Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó y lamentó los hechos de violencia con tinte racista ocurridos el 24 de mayo en la ciudad de Sucre que dejaron como resultado varias decenas de heridos.
El sábado más de 20 campesinos fueron tomados como rehenes y obligados a desnudarse y arrodillarse frente a la Casa de la Libertad en Sucre. Turbas agredieron a la periodista de Radio Aclo Chuquisaca Marianela Paco, quien fue golpeada e insultada cuando cubría los hechos suscitados en la capital de la República. Múltiples agresiones a campesinos obligaron al Presidente Morales a suspender su visita a Sucre donde debía entregar obras por el 199 aniversario del grito Libertario de América.
Los grupos de personas que intentaban impedir el arribo del Presidente Evo Morales a la celebración de los actos cívicos del departamento agredieron y humillaron a campesinos e indígenas, y se enfrentaron con fuerzas policiales y militares desplegadas para garantizar la llegada del Jefe de Estado.
«Estos incidentes violentos son incompatibles con el respeto a los derechos humanos. Vulneran la dignidad humana, los derechos a la integridad personal y a no ser sometidos a tratos inhumanos y/o degradantes, así como las libertades de expresión y manifestación, todos consagrados en los instrumentos internacionales de derechos humanos de los que Bolivia es parte», dice un comunicado de la Oficina en Bolivia del Alto Comisionado, en el cual «deplora especialmente el tinte de discriminación racial de los sucesos acaecidos».
La Oficina en Bolivia del Alto Comisionado también expresa su preocupación por la libertad con la que actuaron los agresores y la desprotección de los sujetos agredidos y denigrados, cuya violación de derechos no fue debidamente prevenida ni impedida por las fuerzas de seguridad en cumplimiento de su deber de proteger los derechos humanos de todas las personas.
La Oficina en Bolivia del Alto Comisionado insta a las autoridades competentes de la justicia boliviana a que, en el marco del respeto a los principios de independencia e imparcialidad, investiguen, esclarezcan y sancionen a la brevedad posible a los responsables de los incidentes ocurridos de Sucre.
La Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reitera el llamado hecho por el Secretario General de las Naciones Unidas, el pasado 8 de mayo, en el que exhorta a todos los actores políticos y sociales del país a buscar consensos con relación a los asuntos más apremiantes que están afectando al pueblo boliviano.
El gobierno presentará a la ONU un informe de estos hechos «inconcebibles» que son una «vergüenza» para todo el pueblo boliviano, informó el canciller David Choquehuanca.
En noviembre de 2007 el Defensor del Pueblo Waldo Albarracín presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA y el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidad (ONU) por actos de racismo, xenofobia y discriminación por parte de instituciones cívicas de la denominada «media luna», la Unión Juvenil Cruceñista, estudiantes de la Universidad San Francisco Xavier, prefecturas y personal de la Alcaldía de Sucre cuando estos agredieron a varios asambleístas del MAS.
En diciembre de ese año la ministra de Justicia Celima Torrico denunció ante la ONU la persistencia de la histórica discriminación contra las mujeres indígenas, a pesar de que ostentan cargos en todos los niveles de la administración pública en el país.