Una ola de violencia desatada por grupos juveniles de derecha provocó hoy al menos 15 heridos y obligó al presidente boliviano Evo Morales a suspender una visita de trabajo a la ciudad de Sucre, donde debía participar en actos con motivo del 199 aniversario del primer grito libertario de América. El ministro de Gobierno, Alfredo […]
Una ola de violencia desatada por grupos juveniles de derecha provocó hoy al menos 15 heridos y obligó al presidente boliviano Evo Morales a suspender una visita de trabajo a la ciudad de Sucre, donde debía participar en actos con motivo del 199 aniversario del primer grito libertario de América.
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, responsabilizó de la violencia a unos 250 activistas de los grupos de choque del llamado Comité Interinstitucional de Chuquisaca, que ha declarado al presidente persona «no grata» desde los incidentes de noviembre pasado, que dejaron tres muertos y numerosos heridos.
Rada, quien dijo que se canceló la visita presidencial para evitar mayores actos de violencia y que se retiró a las fuerzas de seguridad que iban a brindar protección al mandatario, señaló que este es un día de «vergüenza nacional» por los actos racistas y las agresiones de grupos locales de derecha.
Al grito de «esto es Sucre, carajo, Sucre se respeta, carajo», los grupos se enfrentaron con artefactos de dinamita y a pedradas contra policías y militares, los cuales habían sido desplegados para garantizar la seguridad del presidente a las puertas de un estadio, en el aeropuerto local y otros puntos.
El presidente Morales iba a estar en el estadio Patria para entregar a habitantes de los municipios del departamento de Chuquisaca 50 ambulancias donadas por el gobierno español, cheques para obras por 2 millones de dólares y diversas obras para beneficio de la población chuquisaqueña.
Una turba allanó casas, tomó rehenes, flageló y propinó una golpiza a 18 campesinos e indígenas que habían llegado para participar en el acto, en el estadio Patria, luego de que el rector de la universidad pública local, Jaime Barrón, actuando como líder del Comité Interinsitucional, convocó a la protesta.
Los campesinos e indígenas fueron llevados a la Plaza 25 de Mayo, a un costado de la Casa de la Libertad, donde fueron obligados por la turba «a pedir perdón» de rodillas y decir que eran forzados a acudir al acto presidencial.
En las acciones también resultaron afectados algunos políticos y legisladores del gobernante Movimiento al Socialismo, así como simpatizantes de esa formación y varios uniformados. Además, se prendieron fogatas y se realizaron destrozos frente al estadio. El aeropuerto local fue bloqueado para impedir el aterrizaje del avión presidencial.
En los actos ceremoniales, organizados por la alcaldía de Sucre, participaron diplomáticos de varios países, entre ellos la embajadora mexicana Roberta Lajous, a quien acompañaba el presidente de la comisión del bicentenario mexicano, Rafael Tovar y de Teresa.
Los sectores de derecha de Chuquisaca exigen que Sucre sea declarada capital plena del país, ya que actualmente esa ciudad sólo alberga la sede del Poder Judicial, mientras en La Paz se asientan el Ejecutivo y el Legislativo desde 1899.
Esa exigencia se saldó en noviembre pasado con tres muertos en violentas manifestaciones en la ciudad de Sucre, lo cual obligó a la Asamblea Constituyente a migrar a la ciudad de Oruro, donde aprobó en diciembre un nuevo texto constitucional que esos sectores y toda la oposición de derecha rechazan, junto con los departamentos autonomistas de Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni