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Once preguntas a David Bravo, abogado especializado en derecho informático.

Fuentes: thecoolnews

David Bravo (Sevilla, 1978) es un abogado especializado en derecho informático y especialmente en propiedad intelectual. Es conocido por su participación en debates o tertulias para defender el derecho a compartir cultura y conocimiento. En 2005 publica una carta al presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, en relación a la ley sobre […]

David Bravo (Sevilla, 1978) es un abogado especializado en derecho informático y especialmente en propiedad intelectual. Es conocido por su participación en debates o tertulias para defender el derecho a compartir cultura y conocimiento. En 2005 publica una carta al presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, en relación a la ley sobre propiedad intelectual y a favor de compartir el conocimiento. En 2006 comienza a colaborar en el programa Noche sin Tregua de Paramount Comedy. Es creador de la asociación OSR junto a Alfonso Grueso y el rapero Toteking. Es autor de Copia este libro, distribuido con licencia Creative Commons.

1. Hemos pasado del ‘No a la ley Sinde’ a ‘Democracia Real Ya’. ¿La indignación ha avanzado de nivel?

Sin duda alguna. Cuando nos sentamos a redactar el primer manifiesto de «No les Votes» ya nos cuidamos de hacer hincapié en que la Ley Sinde era solo la gota que había colmado el vaso y que había muchas más razones para la indignación. Al principio hubo una catarata de propuestas, la mayoría grandes propuestas, y fue en ese momento en el que se acuñó la frase «No propongas, haz». Y vaya si se hizo: el movimiento mutó rápidamente para convertirse en algo más grande y dirigido y organizado exclusivamente por los propios ciudadanos que lo hicieron suyo. A día de hoy la Ley Sinde, por mucho que interpretara el papel de chispa que enciende la mecha, tiene hoy, con toda lógica, un papel muy secundario, en ocasiones inexistente, en las protestas. Eso es así porque ha quedado sepultada por los problemas más inmediatos de los ciudadanos y que son realmente los que los han llevado a la calle.

2. El G-8 se reúne para decidir si deben controlar Internet. ¿Le tienen miedo, no lo entienden lo suficiente o ambas cosas?

Creo que ambas cosas. Desde el prisma de un político, es además un miedo lógico. Pongamos un ejemplo: ni un solo medio de comunicación habló del hecho extraordinario de que se habían convocado manifestaciones en toda España el 15M. La propia convocatoria ya era digna de mención. Con independencia de cuál iba a ser el resultado, que nadie lo sabía entonces, que los ciudadanos organizaran por su propia cuenta manifestaciones en toda España y que esto no solo no tuviera detrás a grandes partidos políticos sino que, muy al contrario, ellos eran el objeto principal de la crítica, no le pareció a ningún medio de comunicación una noticia de mínimo interés. Las multitudinarias manifestaciones que se produjeron después ridiculizaron el intento de los medios de comunicación de obviar la existencia de la propia convocatoria. Esto demostró algo esencial, peligroso para ciertos poderes políticos y económicos pero esperanzador para todos los demás, y es que los ciudadanos pueden organizarse y anunciar sus propias acciones de forma eficaz sin ayuda de los medios tradicionales y haciendo uso del único medio de comunicación que todavía controlan: internet.

3. Has asistido a las manifestaciones del 15-M en Sevilla. ¿Servirán para algo? ¿Qué se busca con ellas?

Ya han servido para algo. Los ciudadanos se han demostrado a sí mismos que no estaban solos, que la indignación era compartida y que pueden hacer algo grande con sus propios medios. La confianza e ilusión que dan los primeros pasos tambaleantes son ya un logro en sí mismos. En definitiva hoy ya estamos mejor que ayer. En cuanto a qué se busca con las acampadas: esa es la pregunta clave. Hace no mucho alguien me preguntó si podíamos pedir la reforma de la ley que regula el derecho de reunión como objetivo de las protestas. De este modo las acampadas se convertían en el fin y no en el medio. Desde mi punto de vista, creo que es esencial fijar claramente el objetivo (tal vez únicamente establecer un consenso de mínimos) y una vez resuelto éste, volver a internet con la satisfacción de haber completado dignamente una primera fase con éxito. Me parece un error derrochar todas las energías en este primer paso, por simbólico e importante que haya sido a nivel nacional e internacional. Supongo que no soy el único que nota que las acampadas languidecen y comienzan a perder apoyos. Antes de que eso suceda es mejor ahorrar esfuerzos y pasar a lo siguiente. Esto es una carrera de fondo.

4. ¿Puede uno acampar en la calle, con pleno derecho legal?

Se trata del ejercicio del derecho fundamental de reunión. No obstante, la Ley Orgánica 9/1983, que regula este derecho, establece que, con objeto de ordenar el tráfico peatonal y viario, las reuniones en lugares públicos deben ser preavisadas. Más allá de lo que dijo la Junta Electoral Central para la jornada de reflexión -prohibiendo reuniones que tuvieran como objeto la captación de sufragios- algunas acampadas han dado ese preaviso y otras no. Dentro de las primeras, a su vez, las hay que han sido denegadas por motivos más o menos solventes (fundamentalmente no cumplir el plazo de 10 días de preaviso y no existir urgencia que pudiera servir de excepción) y otras han sido aceptadas por la subdelegación de gobierno correspondiente.

5. Seguro que entre los lectores de TheCoolNews hay quienes no conocen aún la diferencia entre lo que se considera delito y lo que no en el ámbito de las descargas de música. Tú has defendido a webmasters de páginas con linos de descarga. ¿De qué se les acusaba? ¿Cuándo se llega a la frontera del delito?

Se les acusaba de un delito contra la propiedad intelectual. Para que exista delito, según el art. 270 CP, se exige la concurrencia de dos elementos: que se realice una acción (copiar o poner a disposición una copia de una obra intelectual sin autorización) y que esa acción se realice además con ánimo de lucro. Los tribunales han manifestado que esta actividad no es delictiva porque las páginas de enlaces, aunque pudieran tener ánimo de lucro derivado de la publicidad, no cumplen sin embargo el primero de los requisitos, esto es, ni copian ni ponen a disposición copia alguna de una obra intelectual dado que su único contenido son enlaces a obras que alojan terceros. Estas páginas únicamente enlazan a obras intelectuales, esto es, dan un mero dato fáctico de dónde se halla un contenido, pero eso no es equivalente a la acción de copiar o poner a disposición una copia de una obra intelectual. La frontera del delito estaría, por lo tanto, en que las páginas alojen el contenido o sean ellas mismas las que han subido previamente a internet los archivos que después enlazan.

6. ¿Habrá alguna solución legal que acabe con esta controversia? Tenemos Spotify, en EEUU tienen Netflix… ¿Son solo pequeños atisbos de esperanza, o realmente estos sistemas marcarán una nueva época?

Creo que modelos como Netflix son los que marcan un antes y un después. Parten de la base de que no tienen más remedio que competir con lo gratis, que ha venido para quedarse, y ofrecen un servicio que convence al usuario de que merece la pena pagar una pequeña cantidad mensual para acceder de forma rápida y segura a los contenidos que le interesan.

7. En Copiad, malditos, el célebre documental de reciente aparición, se comenta cómo los derechos de autor se han ido adaptando para que Mickey Mouse no pase a dominio público. ¿Qué sería de este mundo sin derechos de autor?

Eso ya lo sabemos, los derechos de autor son un paréntesis muy pequeño en la historia así que basta mirar atrás para comprobar que la cultura existía antes que las leyes de propiedad intelectual. Personalmente creo que en el actual entorno tecnológico las leyes que regulan los derechos de los autores deberían esforzarse en lo referido a las vías de remuneración de estos y no, como actualmente hacen, en intentar reforzar sus facultades para excluir a terceros del uso de sus obras, lo que, a la vista está, no tiene la menor eficacia práctica. Solo urge regular un modo adecuado de remuneración de los autores por el uso que se hace de sus obras bajo el principio de que lo que es disfrutado por todos debe ser sostenido por todos, pero dejar de intentar prohibir lo que en la práctica es imposible de frenar.

8. Una pregunta más personal: entre los escritores comentamos frecuentemente que nosotros «no tenemos conciertos». ¿Tendremos que buscar otras vías para obtener remuneración con nuestras publicaciones, en el contexto del paso al libro electrónico?

Por lo que yo sé, es precisamente porque los escritores no tienen conciertos por lo que prácticamente ninguno vive -ni ahora con internet ni antes- de la venta de sus libros. Ahora, con la llegada de internet, entiendo que habría que instaurar una Licencia General Opcional como la que en su día estuvo a punto de aprobarse en Francia, y que consistía básicamente en el pago de una cantidad mensual a modo de tarifa plana por parte de aquellos ciudadanos que efectivamente iban a a acceder a obras intelectuales a través de internet y que posteriormente se repartiría entre los titulares de los derechos en función proporcional al número de accesos a sus obras. Una solución semejante a la ya propuesta en su día, con algún matiz accidental, por Richard Stallman.

9. Comentas en el número 2 de la revista Orsai lo siguiente: «Julio Fernández, director de Filmax, ha dicho que contra los que descargan música hay que luchar con los mismos medios que con los terroristas y los pederastas». ¿De verdad hay quien se cree esto?

Lamentablemente hay muchos que lo creen. Y lo que es peor: es con ellos con los que se reúnen los ministros para entender internet y el modo de regularla.

10. Volviendo a las manifestaciones. Se habla mucho de la tremenda opresión de los policías a los acampados en Barcelona. Se dice que los policías solo cumplían órdenes, y se señala a Felip Puig, consejero de interior, como el principal responsable. Puig señaló que «volvería a tomar la misma decisión» aunque «esperaba una respuesta menos pacífica». ¿Dimitirá Puig, como piden muchos?

Dijo que él «ya» esperaba una respuesta menos pacífica, dando a entender que no lo fue, pese a los vídeos y fotografías que evidencian lo contrario. Por otra parte, para dimitir hace falta cierta categoría moral y las cargas ordenadas por Puig contra ciudadanos reunidos pacíficamente revelan que no tiene la suficiente.

11. ¿Qué será de España y de Internet dentro de 10 años?

No puedo saberlo. El futuro es una construcción social y no está escrito. Lo que sí sé es que lo que nos encontremos dentro de 10 años será todo culpa nuestra o mérito nuestro.

http://www.thecoolnews.com/cultura/once-preguntas/item/40064-once-preguntas-a-david-bravo.html