En un articulo anterior, antes de las elecciones del pasado 4 de abril, dijimos que la «media luna está destartalada» y no nos equivocamos al decir que Evo iba por una nueva victoria, y así fue. Pese al fraude denunciado por varios de los actores del plebiscito electoral en contra de la […]
En un articulo anterior, antes de las elecciones del pasado 4 de abril, dijimos que la «media luna está destartalada» y no nos equivocamos al decir que Evo iba por una nueva victoria, y así fue. Pese al fraude denunciado por varios de los actores del plebiscito electoral en contra de la derecha boliviana y sus mecanismos que aún permanecen en algunas Cortes Departamentales Electorales, nombradas por el «cuoteo político» de gobiernos pasados, que de acuerdo a una serie de denuncias han favorecido de manera flagrante a que se vulnere el procedimiento transparente e imparcial de las elecciones.
Aunque no existen todavía cómputos finales del evento electoral, utilizando toda su batería mediática y sus conocidos argumentos del computo amañado de en «boca de urnas», la derecha boliviana y sus seguidores y resentidos incluidos, pretendieron confundir a la opinión pública de que en el acto electoral del día domingo 4 de abril, fueron ellos los triunfadores y creídos que no sólo fue una elección para elegir gobernadores y Asambleistas departamentales, Alcaldes y concejales, autoridades indígenas, sub. Gobernadores y corregidores, sino que se trata de una repartija en pedazos del país, siempre pensando en su trasnochada veleidades separatistas.
Fue una elección muy importante, por que aquí comienza sus primeros pasos de las autonomías en todo el país, sujetas a la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, en donde todos los departamentos, regiones, municipios en igualdad de derechos ante la ley, tendrán la tarea de implementar las autonomías acorde a la ley marco que regirá las competencias y atribuciones, ley que debe ser aprobada por el primer poder del Estado la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde el proceso a la cabeza del Presidente Evo Morales, cuenta con dos tercios de sus integrantes, merced al apoyo mayoritario que el pueblo boliviano en su conjunto le dio el pasado diciembre.
Sin conocerse todavía la cantidad de votantes validos, ni votos nulos, ni los porcentajes de ausentismos y otras cifras para los estudiosos de las estadísticas, el proceso boliviano avanza y se consolida aumentando su presencia en las instituciones objeto de esta elección.
De 9 Gobernaciones, Evo regirá en 6 de ellas, y de 337 Alcaldías en 230, eso en la balanza de quien ganó, significan dos tercios de las mismas. La oposición regirá solamente en 3 Gobernaciones que componen la «destartalada media luna».
Tarija, Santa Cruz y Beni, como reducto de la derecha sediciosa que en septiembre del año 2008, jugó a desestabilizar al país contratando mercenarios internacionales con claras veleidades separatistas, pero que apostaron y perdieron y hoy cuando el Poder judicial desarrolla una investigación adelantada sobre todos los sucesos, algunos integrantes de la dirigencia Cívica y «la institucionalidad cruceña» golpista, se rasgan las vestiduras clamando inocencia, además los tres futuros Gobernadores de esta oposición, están siendo investigados y lo seguirán siendo por los acontecimientos ocurridos en el 2008 y por denuncias de falta de transparencia en el manejo de fondos públicos en su mandato anterior al frente de las prefecturas.
Tendrán que aclarar y en su caso aceptar el peso de la ley. Ahora no existe en nuestra Constitución inmunidad para nadie, y eso garantiza que siendo Gobernadores o no, tendrán que responder a la justicia, que aunque esta tardando, pero les llegará.
Evo, no sólo aumentó su presencia en Gobernaciones, sino en una gran mayoría de las Alcaldías del País, así como en Asambleistas y concejales, especialmente en la «destartalada media luna,» donde su presencia antes era un Asambleísta o un Concejal o casi ninguno, hoy la presencia del proceso de cambio en las Gobernaciones y Alcaldías , en estos tres Departamentos, es suficiente para controlar a estos gobernadores sediciosos que en el pasado inmediato manejaron las Prefecturas y Alcaldías como una cosa personal.
Pese a todo su andamiaje comunicacional, su dinero y el apoyo de toda la empresa privada y el maniqueo de sus amos del norte, así como de sus agentes enquistados que aun permanecen en varias instituciones del Estado, su victoria que tanto cacarean es pirrica.
Ahora en honor a la verdad, el proceso de cambio pudo abarcar algunos espacios más, no sólo en la media luna, sino también en el occidente del país, donde mayormente tiene su voto más duro. Algo falló, faltó más democracia desde las bases para la nominación de candidatos propios y no advenedizos. ¿Se esta creando una argolla entorno al presidente Evo que no permite escuchar a las bases? ¿Perjudicó para un mejor resultado, el discurso triunfalista y de reconciliación con los agresores?, Es algo que sólo en discusiones verdaderamente democráticas con las bases organizadas y no en montoneras circunstanciales, hay que discutir.
Es de necio «el no rectificar», de todas maneras el proceso hoy día para desilusión de la derecha y sus cipayos goza de buena salud, sólo que hay que poner oído al tambor, escuchando al pueblo organizado, sin él nada va.
José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)
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