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Panamédica: un proyecto inédito de salud autónoma en la Ciudad de México

Fuentes: Desinformémonos

La Cooperativa de Salud Panamédica a nueve años sigue brindando servicios médicos a las comunidades del sur de la capital mexicana. Hace nueve años un grupo estudiantes de disciplinas relacionadas con la salud -entre ellos médicos, dentistas y psicólogos- organizaron un proyecto novedoso en la Ciudad de México, la construcción de una clínica de atención […]

La Cooperativa de Salud Panamédica a nueve años sigue brindando servicios médicos a las comunidades del sur de la capital mexicana.

Hace nueve años un grupo estudiantes de disciplinas relacionadas con la salud -entre ellos médicos, dentistas y psicólogos- organizaron un proyecto novedoso en la Ciudad de México, la construcción de una clínica de atención primaria que se organizan de manera autogestiva y autónoma para trabajar en la promoción de la salud y ofrecer un servicio a la comunidad.

Sofía Jimenéz Rojas, presidenta de la cooperativa, comenta la visión del proyecto: «Somos una empresa social que no recibe ningún beneficio o financiamiento. Somos autónomos, autogestivos y no tenemos ningún vínculo con partidos o con el gobierno».

Desde el 2007 la cooperativa Panamédica ha mantenido su estructura de autonomía, evitando los intereses de las organizaciones partidistas. «Nosotros llegamos a este local por una invitación de los vecinos y establecimos un convenio de comodato que nos respalda jurídicamente para estar aquí y trabajar. Un convenio social en donde nos comprometemos a brindar ciertos apoyos o beneficios a la comunidad. En este caso estamos brindando un servicio de salud, de medicamentos a precio justo», comenta la representante de la cooperativa.

Sin embargo el trabajo de médicos, psicólogos, nutriólogos y demás trabajadores de la salud es visto con recelo por vecinos que se disputan el lugar.

«Nosotros no queremos involucrarnos en estas disputas, porque no tenemos ningún interés político, sin embargo es nuestro espacio y nos interesa el bienestar de nuestros pacientes principalmente», agrega Sofía Jimenéz.

Adriana Reyes Salas, optometrista y parte del consejo de administración, indica: «Nosotros damos atención médica a 550 personas mensualmente. Ofrecemos los servicios de nutrición, clínica del aprendizaje, optometría, óptica, farmacia social y orientación sicológica. El 60 por ciento de las personas que nos visitan son mujeres. Sus edades varían desde los tres meses hasta los 88 años. La edad promedio es de 35 años, y ya contamos con una farmacia social, donde el costo de las medicinas es bajo.

«Lo que tratamos de hacer con esto es que las personas que no tienen seguro social, o algún tipo de servicio de salud tengan estos pequeños aseguramientos con atención primaría».

Gerardo Rubio, sicólogo y coordinador del área de trabajo con niños y jóvenes, explica que existen tres cooperativas de salud en México, «una en Michoacán, otra en Querétaro y un más en el Distrito Federal. Nosotros buscamos la construcción de un modelo que permita combinar el binomio cooperativismo y salud, y que pueda ser replicado. Nos consideramos un proyecto escuela».

Hasta el momento, no existe experiencia en la Ciudad de México ninguna otra cooperativa que realice este trabajo en materia de salud. La autonomía, la ciencia, la disciplina y la solidaridad son principios que estos jóvenes impulsan en su trabajo.

La cooperativa forma parte de la Alianza Cooperativista Nacional (ALCONA) que aglutina cerca de 200 cooperativas de ahorro en 18 estados del país, y también participa en la organización Solidaridad Mundial de Bélgica, red con la que sostienen una relación de cordialidad y apoyo mutuo.

Al mismo tiempo que surgen nuevas propuestas de trabajo, aparecen obstáculos en el proceso de organización. Tal es el caso de los líderes locales que tratan de aprovecharse del trabajo de la cooperativa y del gobierno federal que aplica leyes que no reconoce a las empresas sociales.

El sicólogo Gerardo Rubio abunda: «A las empresas sociales, a las cooperativas y a otras figuras de la economía solidaria se les da un trato de entidades lucrativas. Esto deteriora la construcción de proyectos como el de la cooperativa Panamédica y el sostenimiento de proyectos solidarios».

El éxito de este tipo de empresas que abarcan la educación, medicina y otro tipo de servicios -propios del cooperativismo- se ha probado ya en países de América Latina como Colombia, Brasil y Argentina, por ello, los jóvenes de Cooperativa Panamédica no cejan en su empeño de construir un espacio donde el lucro no sea el fin último de su trabajo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.