1. Antecedentes
Rodrigo Paz es un hombre que viene de un estirpe de políticos profesionales; sería el tercer presidente de su familia, el primero fue el líder de la Revolución, Victor Paz, el segundo, el expresidente mirista, Jaime Paz y el tercero él. Un récord que solo tenía la familia Siles, con Hernando Siles, Adolfo Siles Salinas y Hernán Siles Suazo.
Victor Paz, tio abuelo de Rodrigo, compartió palestra con Hernán Siles y Adolfo Siles Salinas, entre todos se hicieron golpes, conspiraciones y traiciones…paradójicamente, Jaime Paz, conspiró contra Hernán Siles, y Siles Salinas juró a la vicepresidencia junto a René Barrientos quién hizo golpe a Victor Paz, habiendo sido su confiable piloto que lo trajo de Argentina a Bolivia.
Al final todo queda en familia como dice el dicho popular.
Al otro lado de la luna está, Jorge Quiroga, un expresidente estudiado en Estados Unidos, y exvicepresidente, del exdictador Banzer Suárez quien cogobernó en los 90s junto al padre de Rodrigo Paz, Jaime Paz. Jorge Quiroga siempre fue un aventajado, piensa muy rápido, pero es dogmático, liberal decimonónico nació y liberal decimonónico morirá. El padre de Jorge Quiroga, Jorge Quiroga Luizaga trabajó con Hugo Banzer Suárez en los 70s y con Victor Paz en los 80s.
Jorge Quiroga se declaró admirador en reiteradas ocasiones de Victor Paz.
Aunque en esta ocasión se encuentren enfrentados, en el fondo, piensan igual, ambos tienen un mismo tronco ideológico, aunque, actualmente, por azares del destino hoy representan a dos polos diferenciados: uno a la Bolivia Nacional Popular, como en algún momento su abuelo y su padre, y otro a la Bolivia conservadora.
2. ¿A quiénes representan?
Comencemos por el segundo, Jorge Quiroga representa a todo el ‘stablishment’ restaurador, las corporaciones mediáticas, la iglesia católica, las iglesias evangélicas, el gran empresariado financiero/agroexportador tradicional y las clases medias blancoides conservadoras.
Sus filas se engrosa con la vieja oligarquía boliviana, la cual deviene desde la misma Revolución del 52, paradójicamente, con familias tradicionales monopólicas de grandes industrias, incluso algunas se encuentran representadas en el parlamento como Branko Marincovic. No sería extraño ver en su gabinete a figuras descollantes del empresariado financiero y exportador. Su representante en temas económicos es Ramiro Cavera, conocido liberal, es prueba fehaciente del rumbo que desean llevar a Bolivia.
Tuto representa a la élite de apellidos de renombre, la cual nació, en tanto élite, con la Revolución del 52 y se empoderó en las dictaduras militares y el neoliberalismo. Fue la élite heredera de las mieles del poder del 52.
A diferencia de Jorge Quiroga, Rodrigo Paz, por azares del destino más que por un compromiso orgánico, representa a otra élite, a la nueva élite producto de veinte años de masismo, la de los aymaras, quechuas y ‘cholos’ que se empoderaron con el masismo, pero que no se sienten cómodos con él, al menos, no actualmente.
La élite de Paz, paradojas de la historia, es una élite de apellidos no ilustres, sino que comunes, Mamanis, Quispes, Choques, que advienen del capital comercial y la distribución de mercancías, no del capital productivo exportador manufacturero o semindustrial, sino importador y exportador en temas extractivos como los mineros cooperativistas.
Son élites importadoras y exportadoras extractivas, son capitalistas, pero capitalistas populares (¡capitalismo para todos!).
Esta élite urbana empresarial se impone en la derrota del masismo campesino, y levanta las banderas del capitalismo, no quieren refundar el país, quieren estallar la aduana, no quieren un gran mito constituyente, quieren dólares, no quieren un rito en Tiwanaku, quieren traer a Cristian Castro para su preste. No quieren ser políticos para ser aymaras o quechuas, quieren solo ser aymaras o quechuas y ver si después son políticos. En términos del marxista, Jameson, no quieren politizar su identidad.
3. De lo indígena a lo cholo, el masismo como obstáculo epistemológico. Una hipótesis.
Lo indígena campesino, en tanto identidad hegemónica del bloque popular, hoy vaciada de contenido, da paso a una categoría que fue olvidada por las ciencias sociales en veinte años de masismo, como alguna vez lo dijo Ximena Soruco, lo cholo.
Soruco dice: «(En el siglo XX) la lógica del mercado, en este sentido, cruza el espectro étnico, en tanto un cholo que acumula suficiente capital lo invertirá para que la próxima generación devenga criolla, adquiriendo educación, un nuevo apellido y un círculo social blanqueado.(…) De igual manera, familias criollas empobrecidas realizarán alianzas matrimoniales, económicas y políticas con cholos y descenderán en la cadena étnica, y ésta es la preocupación reflejada en las novelas de inicios del siglo XX».
Para esta autora, lo cholo, en el siglo XX actuó como una identidad bisagra, nunca hegemónica, siempre, secundaria. Actualmente, debido a la derrota masista, el panorama se aclaró y nos permite pensar que la derrota masista ‘liberó’ a lo nacional popular de lo indígena campesino, y entregó la centralidad del bloque nacional popular al urbano cholo, el cual, en algunos casos se aproxima al campesino, como el pasado reivindicativo, pero también al futuro como criollo blanco. Lo cholo actualmente es un sujeto despolitizado, es pragmático y es el que encontró en Paz y en mayor sentido en Lara (el 80% de la votación de Paz es de Lara), una representación afin.
El masismo encasilló, y no solo el masismo sino la misma época, al bloque histórico tras del indígena originario (como en su momento el movimientismo al sujeto minero), hoy «liberado» de éste perdió su identidad política, y abandonó las grandes narrativas, por las pequeñas.
Si al aymara o quechua le quitas el peso de la identidad politizada campesina originaria, ¿qué queda? El cholo.
4. ¿Esto significa que la Revolución Democráticq y Cultural fracasó?
No, en lo absoluto, triunfó. Pero las revoluciones, a diferencia de lo que creen los trotkistas, también terminan. Y ésta terminó.
La revolución fue existosa, en tanto, pudo crear las condiciones para que millones de personas salgan de la pobreza y crear los márgenes de posibilidad para una nueva élite aymara/quechua, su limitación radica en que el consumismo propuesto por el modelo masista, llamado también democratización del consumo, agrietó las organizaciones sociales, las alienó, las atomizó y dejó sujetos históricos sin historia.
El precio que hay que pagar por la democratización de todo, incluso, del capital. ¡Capitalismo para todo! Diría Rodrigo Paz.
5. Restauración en cámara lenta o rápida
Tanto Paz como Tuto plantean reformular el modelo económico, uno más lento el otro en shock, uno quiere desmontar la base económica que permitió crear una política de redistribución exitosa de manera paulatina, el otro desea buscar al FMI y retornar al neoliberalismo. Uno plantea retornar a los 90s en cámara lenta con un rostro cholo, el otro en cámara rápida con rostro blanco.
Ambos, plantean en última instancia lo mismo, tomar medidas en contra de la redistribución del excedente económico.
6. ¿Y qué viene ahora?
6.1. Si el gobierno que viene toma medidas de ajuste sin resultados próximos, es probable que el bloque nacional popular vuelva a revitalizarse hacia la izquierda.
6.2. Son tres contradicciones fundamentales las que le permitieron crecer al MAS-IPSP en estos últimos años, la contradicción ricos/pobres, indios/k´aras, campo/ciudad. Estas contradicciones fueron mediadas por el Estado y por consecuencia poco a poco fueron aminoradas, no eliminadas; si las medidas de shock, como se espera que lo hagan, empiezan asfixiando a las clases populares, provocarán una revitalización de estas contradicciones y crearán el contexto posible para un regreso masista.
6.3. Aunque el sector indígena campesino es cada vez menor y tiene menos capacidad de movilización, una posible economía de shock podría activar nuevamente a este sector.
6.4. El MAS-IPSP es un partido rural, su crecimiento dependerá si logra urbanizarse, el eje de la política ya no está en el campo, se encuentra en las ciudades intermedias y sectores empobrecidos urbanos. Es menester analizar esto.
6.5. No existe aún con claridad un nuevo ciclo político iniciando, ni tampoco un nuevo bloque histórico que reemplace al actual, aún sabiendo que el actual se encuentra muy disminuido.
6.6. El liderazgo de Morales, aunque muy disminuido sigue siendo importante, dependerá de lo que haga el siguiente gobierno con su condición jurídica (orden de aprehensión) para obtener cierto grado de gobernabilidad o no.
6.7. La posibilidad de que el ajuste sea tan duro que se busque un endurecimiento del trabajo de las fuerzas del orden, tanto militares como policiales, y un posible empoderamiento para enfrentar a la sociedad es considerable debido a que el shock no se puede imponer sin fuerza y sin control de la población.
7. ¿Qué sujeto puede encabezar el ajuste? Otra hipótesis
El campesinado o el minero, sujetos históricos causantes de las dos últimas revoluciones, hoy no presentan una agenda aglutinante, y otros sectores menores en cualidad no en cantidad, como el gremial o la clase media empobrecida, no son capaces por su condición socioeconómica de unificar voluntades. No obstante, si suponemos que las medidas de shock son tan destructivas como se espera, existe un sector de la sociedad que puede vanguardizar la resistencia y que será el más afectado: LAS MUJERES.
La mujer gremial es la primera en sufrir los aumentos de precio, la ama de casa igual. Las mujeres son las primeras víctimas de violencia cuando las condiciones económicas empeoran, sea esta violencia económica, social y/o familiar.
Asimismo, las mujeres son abrumadora mayoría en la nueva Asamblea Legislativa, lo que – de alguna manera- puede influir en la toma de decisiones.
8. Esto recién comienza
Si, esto recién comienza.
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