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Periodista denuncia haber sido torturado en la FELCN

Fuentes: Bolpress

El periodista Wilson García Mérida denunció haber sido torturado por efectivos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), quienes habrían montado un operativo para acusarlo de narcotráfico y luego detenerlo. El periodista denuncia que el teniente René Vargas Martínez, hijo del diputado René Vargas Meruvia (NFR), es el principal operador de la […]

El periodista Wilson García Mérida denunció haber sido torturado por efectivos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), quienes habrían montado un operativo para acusarlo de narcotráfico y luego detenerlo. El periodista denuncia que el teniente René Vargas Martínez, hijo del diputado René Vargas Meruvia (NFR), es el principal operador de la acusación de narcotráfico. Vargas Meruvia es, según García, uno de los autores intelectuales del intento de asesinato que sufrió en agosto del 2004.

García es conocido como uno de los periodistas que más seguimiento hizo al tema del narcotráfico, razón por la cual dos veces sufrió intentos de asesinato.

Una carta dirigida al Congreso de periodistas denuncia «un hecho horroroso que no sólo me causa perjuicio personal y profesional, sino implica un flagrante atentado contra los sagrados principios de la libertad de prensa en Bolivia».

La carta del periodista señala que desde el pasado domingo 23 de abril es procesado como narcotraficante, arraigado con medidas sustitutivas y en la imputación que me endilgan el fiscal antinarcóticos Weimar Barea Aramayo y el oficial de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) René Vargas Martínez.

«El imputado Wilson García Mérida, al no tener un domicilio habitual, familia, ni trabajo o negocios asentados en el país, refiere ser Periodista sin establecer su lugar o domicilio laboral, no garantiza su permanencia en el país y al ser aprehendido en actividades ilícitas de narcotráfico es probable que pueda abandonar el país y/o teniendo facilidad de permanecer oculto para eludir su responsabilidad penal», dice la imputación, (primer paso del proceso legal).

García dice que el problema empezó después de salir de una reunión que sostuve con algunos miembros del Foro Cultural, cerca de la media noche del sábado. «Me acompañaban en ese momento varios artistas plásticos. Apenas me despedí de uno de ellos, cerca de la Plaza Principal, fui seguido por un patrullero 110 que, junto a un grupo de pandilleros, intentaron inicialmente acusarme de estar robando un vehículo, o sea que primero pretendieron «atraparme» como «autero» y cuando me defendía legítimamente de semejante acusación en medio de una primera golpiza en manos de los pandilleros, fui salvado por un coronel del Ejército quien, casualmente, me conocía amistosamente y pasaba por el lugar fortuitamente».

«Una vez que el amigo militar se fue pensando que el lío había terminado al aparecer los policías del 110, convocados por los mismos pandilleros que figuran en el informe policial como «vecinos de la calle Calama», entonces se me acusó de portar una bolsa de cocaína, con lo que me remitieron inmediatamente a las celdas de la FELCN, sin presencia de Fiscal, lo cual de entrada es una absoluta ilegalidad. Lo increíble es que una vez retenido en la FELCN, la bolsa de cocaína desapareció y en su lugar me atribuyeron estar portando una bolsa de medio kilo de marihuana en un volumen que no cabe en ninguno de mis bolsillos», dice la denuncia del periodista.

Según la denuncia, no sólo incautaron el teléfono celular, sino que también le arrebataron dinero que llevaba para pagar mis alquileres (3.000 bolivianos que acababa de prestarme de mis padres); materiales de prensa para la edición de La Voz del lunes (que tenía que trabajar ese domingo) y otros documentos.

García denuncia que fue incomunicado en la FELCN, intalaciones en las que fue «terriblemente torturado». «Vargas no sólo prohibió a sus subalternos que yo pueda efectuar llamadas telefónicas, dejándome en absoluta indefensión tanto así que llegué a la audiencia cautelar como un vago peligroso y desconocido», dice.