Después de la contundente victoria del 6 de diciembre propinada por el pueblo boliviano a la derecha boliviana representada para estas elecciones nacionales por dos candidaturas y sus satélites afines, no existe la menor duda de la limpieza y transparencia de dicho acto plebiscitario donde las mayorías nacionales dieron su respaldo a la consolidación de […]
Después de la contundente victoria del 6 de diciembre propinada por el pueblo boliviano a la derecha boliviana representada para estas elecciones nacionales por dos candidaturas y sus satélites afines, no existe la menor duda de la limpieza y transparencia de dicho acto plebiscitario donde las mayorías nacionales dieron su respaldo a la consolidación de este proceso de cambio encabezado por el c. Evo Morales.
Como lo expresó el Presidente Morales el día del regocijo popular de que este «triunfo significa mayor compromiso para el gobierno» y nosotros sus votantes interpretamos esa responsabilidad como la necesidad urgente de acelerar el proceso de cambios.
Nadie puede negar de todos los esfuerzos que ha hecho este gobierno que han beneficiado a esas mayorías más desposeídas, amen de la serie de medidas en los diferentes campos de la actividad económica y política social del país que al presente nos permite ver el horizonte con la perspectivas de enganchar a Bolivia dentro del concierto de países que van camino a liberar sus fuerzas productivas, que siempre han estado secuestradas por grupos de poder al servicio de intereses externos.
Todos los datos e informes aseguran que el porcentaje superior al 63 por ciento obtenidos por el MAS de los votos de apoyo al proceso de cambios, asegura al gobierno de Evo una mayoría calificada que le significa asegurar sin ningún contratiempo la implementación de la Nueva Constitución Política del Estado y sus leyes que regirán el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia.
La no implementación de una serie de medidas por parte del gobierno fue como consecuencia del permanente sabotaje de una derecha irresponsable con los destinos del país, que se dedicó a frenar con su mayoría precaria en el senado de la República, todo lo que era propuesto por el gobierno, tanto en lo económico como en la aprobación de contratos y convenios suscritos con gobierno amigos, además de no dar curso a importantes leyes de la nación y el saboteo permanente en la necesidad del nombramientos de autoridades del poder judicial y del tribunal constitucional.
Por eso y mucho más el pueblo boliviano paso su factura a esa derecha sediciosa y entreguista sirviente de las transnacionales y su amo el imperio norteamericano, este triunfo es en contra y repudio a todos ellos.
La derecha derrotada con una presencia simbólica en la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional, no quedará conforme y insistirá en su sabotaje tanto en el parlamento con su minoría escuálida como en las calles con lo que más le gusta practicar, la violencia fascista, pues sus amos del norte no están conforme tampoco con la derrota y en abril cuando se realicen las elecciones para gobernadores, alcaldes y concejales en los nueve departamentos del País, volverán tratando de recuperar lo que el pueblo ya les negó, seguir esquilmando las riquezas naturales para beneficios de pequeños grupos como representantes de la burguesía nacional, lacayos del gran capital internacional.
El presidente Evo en varias ocasiones y este 6 de diciembre en la plaza murillo, le pregunta al pueblo: «Patria o muerte» una y dos veces y el pueblo siempre le responde «venceremos» y el presidente pregunta: «cuando» y la masa a gritos le responde «Ahora» y le pregunta: «cuando carajo» y la respuesta es siempre: «ahora».
Dentro del sistema capitalista y sus moldes y sus leyes burguesas, es imposible tener patria soberana compañero Presidente Morales, votamos por Patria soberana libre e independiente, antiimperialista y anticapitalista y por una nueva sociedad socialista y comunitaria para ¡ AHORA !
José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)