Debido a «presiones de Televisa», la distribuidora Warner Bros se negó a exhibir la película de Luis Mandoki sobre el proceso electoral de 2006, denunciaron ayer tanto el cineasta como el productor de la cinta, Federico Arreola, durante una rueda de prensa en la que ambos subrayaron que este nuevo «ataque a la libertad de […]
Debido a «presiones de Televisa», la distribuidora Warner Bros se negó a exhibir la película de Luis Mandoki sobre el proceso electoral de 2006, denunciaron ayer tanto el cineasta como el productor de la cinta, Federico Arreola, durante una rueda de prensa en la que ambos subrayaron que este nuevo «ataque a la libertad de expresión se da mientras la Presidencia de la República censura al Poder Legislativo», y añadieron que apelarán «a la solidaridad de la gente» y denunciarán el hecho en «foros internacionales, sobre todo en Estados Unidos».
A través de Videocine, filial de Televisa, «el director de Warnes Bros México, Juan Manuel Borbolla, fue amenazado con que podría perder su empleo si insistía en exhibir la obra de Mandoki», aseguró Arreola ante decenas de periodistas que a media mañana llenaron uno de los salones de un hotel de cinco estrellas frente a la Alameda Central.
En agosto de 2006 -relató Mandoki, autor de ¿Quién es el señor López?, documental que el año pasado logró vender más de dos millones de copias en dvd- nació la empresa Pamafear SA de CV, que luego cambió su nombre por el de Contra el Viento Films SA de CV, para producir la película cuyo título, tentativo todavía, es «2 de julio: el fraude que nadie vio».
Hace un mes, agregó el cineasta, su trabajo fue analizado por el director de la Warner Bros México, quien «manifestó su interés por distribuirlo, calculando que podría hacer (recaudar) en taquilla por lo menos 20 millones de pesos, a partir de estadísticas basadas en los ingresos de 10 documentales que han sido proyectados aquí, entre ellos los de Michael Moore y Al Gore.
«Nosotros -continuó Mandoki- consideramos que era una estimación muy baja, pues tenemos la plena certeza de que esta película, por su tema y por lo que está sucediendo en México, tendrá un impacto mucho mayor, pero de todos modos aceptamos la propuesta de la Warner, que nos ofreció 2 millones de pesos de anticipo para terminar la posproducción y se comprometió a fabricar al menos 150 copias para exhibirlas en cines de todo el país con fecha de estreno el 30 de noviembre de este año».
Más aún, durante el pasado agosto la Warner se puso en contacto con los directores de dos cadenas de exhibición cinematográfica -Cinemex y Cinépolis- y obtuvo la aceptación de la primera, mientras Alejandro Ramírez, uno de los copropietarios de la segunda, «se opuso con un argumento deleznable», al decir: «soy amigo personal de Felipe Calderón y no puedo exhibir una película que lo cuestione».
Por otra parte, «como la Warner distribuye en México a través de Videocine y como en el documental se hace referencia al presidente y al vicepresidente de esa televisora, Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez, respectivamente, así como a diversos comentaristas de Televisa, la dirección de Warner consultó al director de Videocine, Fernando Pérez Gavilán», quien a su vez habló del tema con Bernardo Gómez.
El 23 de agosto pasado, en el restaurante Sanborns de San Angel, el director de Warner, Juan Manuel Borbolla, les relató lo siguiente a Arreola y a los hermanos Mandoki: «Fernando Pérez Gavilán me ha dicho: si Warner quiere, Videocine distribuye el documental, pero como amigos te sugiero que no lo hagas, no te conviene enemistarte con alguien tan poderoso como Bernardo Gómez, podrías hasta perder la chamba».
Y Borbolla se excusó admitiendo que no estaba dispuesto a «meterse en problemas con Bernardo Gómez, aunque trató de hacerse el elegante al sugerir que si quitábamos del documental a Azcárraga y a Bernardo» las cosas serían distintas. Al día siguiente, Arreola le envió una carta por correo electrónico a Gómez poniéndolo al tanto de los hechos. Una hora después, «el director de la Warner México nos llamó y nos dijo que su jefe de Estados Unidos aceptó distribuir el documental y que Videocine también estaba de acuerdo». Sin embargo, al día siguiente Borbolla se echó de nuevo para atrás: «¿Qué creen? Warner y Televisa decidieron no distribuir(lo)».
Ante lo anterior, Arreola y los Mandoki distribuirán la película a través de una empresa independiente y solicitaron la contribución económica de la sociedad civil para reunir los 5 millones de pesos que les faltan para acabarla, depositando sus donativos a la cuenta 1657866462 de Banamex, a nombre de Pamafear SA de CV.
Asimismo adelantaron que María Rojo presentará una denuncia ante el Senado, y aseguraron que buscarán reacciones de protesta entre la comunidad cinematográfica de Estados Unidos, país donde, dijo Mandoki, «hay mucho interés sobre todo por lo relativo a fraudes electorales, porque ellos sufrieron el que George W. Bush le hizo a Al Gore y están muy receptivos».
Poco antes de la rueda de prensa, en uno de los pasillos del hotel, un señor se cruzó con el director del periódico Milenio, Carlos Marín, y le preguntó dónde era «la conferencia sobre la película de López Obrador», a lo que el también comentarista de Televisa respondió con una sonora grosería.