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Entrevista a Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI)

«Por primera vez en 100 años el gobierno va a estar atendido por sus dueños»

Fuentes: Rebelión

-M.H.: Tema obligado, el triunfo de Mauricio Macri. ¿Cuál es tu opinión al respecto? -E.L.: Era un triunfo anunciado después del 25 de octubre, había crecido una ola macrista que se atemperó en la última semana. Inclusive los resultados finales, con una diferencia muy exigua de 700.000 votos, demostró que en el último momento Scioli, […]

-M.H.: Tema obligado, el triunfo de Mauricio Macri. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-E.L.: Era un triunfo anunciado después del 25 de octubre, había crecido una ola macrista que se atemperó en la última semana. Inclusive los resultados finales, con una diferencia muy exigua de 700.000 votos, demostró que en el último momento Scioli, contra todo, incluso contra el fuego amigo, se puso la campaña al hombro y descontó muchísimo la ventaja que tenía Macri.

Yo creo que estaban derrotados antes de tiempo, porque salió muy temprano a reconocer la derrota, cuando la diferencia era de 7 puntos y terminó siendo de 3. Con tan poca diferencia nadie sale a reconocerse abatido hasta que se recuente el último voto. Creo que había una sensación de derrota desde antes.

La situación que se abre es la que veníamos viendo, Argentina ha pegado un viraje conservador, ya era así con los 3 principales candidatos de la primera vuelta, se ha confirmado que es el más derechista de todos el que va a gobernar los destinos del país por los próximos 4 años.
Ahora está todo en discusión, cada vez que la Argentina llega a una encerrona de este tipo, con restricción externa, deflación, déficit fiscal, etc., otra vez entran en debate el tipo de cambio, las retenciones, el ajuste monetario y fiscal. Esto es común desde la mitad del siglo pasado hasta ahora, periódicamente en las crisis aparecen estas situaciones y las soluciones son siempre para el mismo lado, en la medida que los ajustados no frenen el ajuste esto va a funcionar así. De todas maneras, las realidades con las que se va a encontrar el nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre, más este resultado electoral tan exiguo hacen que el gradualismo se establezca cada vez más. Me da esa sensación.

-M.H.: Se da un hecho casi inédito de la política argentina, al menos en los últimos cien años, ya que deberíamos remontarnos al gobierno de Luis Sáenz Peña, a comienzos de siglo pasado, que una formación de centroderecha liderada por un empresario haya triunfado con los votos populares, a diferencia de lo que fue en el pasado, ya que siempre llegaron al poder a través de golpes de Estado o bien de representantes, pero no de una manera tan directa como el gobierno que representa Mauricio Macri.

-E.L.: Más que centroderecha yo diría derecha. Porque en la alianza con el radicalismo, han ganado todos los sectores conservadores, del alfonsinismo no queda nada. Es un hecho histórico porque por primera vez el gobierno va a estar atendido por sus dueños, Macri no es un representante de la clase empresarial, es uno más de ellos. Es una suerte de combinación entre el italiano Berlusconi, sin lo promiscuo, y del chileno Sebastián Piñera, un gerenciador, pero el punto a favor de Macri es que ya tiene experiencia de gestión y de relaciones políticas, cosa que Piñera no tenia y así le fue.

No es solo un empresario, sino que es un hombre de la política, aunque a veces lo niegue. Por otro lado, se ha negado a un gobierno de coalición, va a ser un gobierno del PRO, lo cual no quita que pueda haber algún radical o peronista en el gobierno, dijo claramente «no creo en las coaliciones». Yo creo que es parte de las diferencias que hay con el radicalismo, por algo hoy el radicalismo ha declarado que va a tener bancada propia en Diputados.

La otra cuestión es que va a ser un gobierno partido, porque a diferencia del último período de Cristina Fernández que controlaba completamente la Cámara de Diputados y parte de la de Senadores, el Ejecutivo no va a controlar al Legislativo. Es un gobierno muy partido, con un Congreso en Diputados muy dividido. La coalición Cambiemos con la división interna que tiene, sumada, controla el 25% de la Cámara de Diputados y el 20% de Senadores, sobre 24 provincias solo ganó 4 gobernaciones, es cierto que son muy importantes, Capital, Provincia de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba, que son los principales distritos electorales pero no dejan de ser 4 gobernadores. Va a ser un gobierno que va a tener que negociar todo en el Parlamento y por fuera del mismo y eso significa concesiones de algún tipo, veremos cómo evoluciona esto.

La contrapartida favorable que tiene es que el peronismo también está muy dividido en las cámaras, entre el kirchnerismo puro, el Frente Renovador y los que responden al Partido Justicialista. Incluso entre las gobernaciones hay algunas propiamente kirchneristas y otras que son del Partido Justicialista no kirchnerista, está todo muy mezclado.

-M.H.: Una de las primeras definiciones tajantes en la conferencia de prensa de ayer del presidente electo, fue en contra de Venezuela, planteando que iba a proponer la separación de Venezuela del Mercosur.

-E.L.: En principio creo que Macri es coherente, siempre se asumió como una especie de Capriles local, le dio todo su apoyo tanto a él como a López, siempre fue opositor al chavismo. Creo que es una declaración ideológica, pero supongo que no va a tener ningún plafón en el Mercosur aunque el viraje que está dando Brasil es muy importante.

En esto el macrismo se diferencia del kirchnerismo, pero hay que ver que el Mercosur está estancado hace años y para lo único que sirve es para los negocios de las multinacionales automotrices. Además Brasil y Uruguay hace tiempo que están mirando hacia el Pacífico. A nivel internacional se ha iniciado un retroceso de lo que podemos llamar muy genéricamente, de los gobiernos llamados «progresistas», con excepción de Bolivia hay un proceso de retroceso en todos ellos y de dificultades económicas y políticas cada vez más notorias.

El problema de la izquierda es avanzar en un reagrupamiento claramente anticapitalista y aportar a la organización sindical para la etapa que se abre

-M.H.: ¿Podríamos decir que el llamado a votar en blanco o nulo fue un fracaso?

-E.L.: Sí, creo que es el porcentaje de voto en blanco más bajo desde que hubo elecciones, 1.2% es sumamente bajo, lo que desmiente a quienes acusan a la izquierda de la derrota del kirchnerismo, no saben hacer cálculos, porque si perdió por 700.000 votos y el voto en blanco, que no todos son de izquierda, sacó 300.000 entonces no dan los números, lo que significa que tienen que buscar las causas de la derrota en el interior del kirchnerismo y no afuera.

Ha sido un fiasco, yo voté en blanco, pero me diferencié de las organizaciones políticas que querían hacer una campaña por el voto en blanco, porque sostenía que no había ambiente para el voto en blanco y creo que así fue.

-M.H.: ¿Cuáles son las tareas que se le plantean a la izquierda en particular hacia el futuro?

-E.L.: A mí me parece que lo primero es hacer un esfuerzo por leer sin apresuramientos el nuevo mapa político que se abre en el país, porque ha cambiado. Organizar la resistencia o un reagrupamiento político no es lo mismo en el ciclo kirchnerista que ahora. No en vano el macrismo sacó los votos que sacó, si bien parte de esos votos son prestados, no creo que todos los votos sean de derecha, al menos la diferencia entre la primera y segunda vuelta no son todos de derecha.

De la misma manera que tampoco creo que sean todos votos kirchneristas los que votaron a Scioli a último momento con la idea del «no a Macri». El problema de la izquierda creo que es el que teníamos antes, pero hay que resituarlo, es por un lado avanzar en el reagrupamiento de la izquierda claramente anticapitalista y, por otro lado, aportar a la organización sindical que va a ser absolutamente necesaria para la etapa que se abre. Podríamos decir que en sentido amplio, entre los sectores de izquierda que plantearon el voto en blanco y los que plantearon el voto «no a Macri» y se sumaron al voto a Scioli hay, más allá de la coyuntura una diferencia de estrategia, por un lado, están los que quieren construir en la perspectiva anticapitalista y, por otro, están los que quieren construir con estos sectores del kirchnerismo que no se plantean una perspectiva fuera de los marcos del sistema, creo que por ahí viene la cosa.

El papel que está jugando Turquía en la crisis de Medio Oriente es nefasto

-M.H.: En la entrevista que hicimos el miércoles pasado, analizamos la situación de los atentados en Francia. Ayer se produjo un hecho acerca del cual me gustaría conocer tu opinión, el derribo por parte de Turquía de un avión ruso en el escenario del conflicto en Medio Oriente.

-E.L.: Yo te planteaba la semana pasada que lo más preocupante de todo esto es que se exacerban las tendencias a una confrontación bélica de grandes proporciones. Creo que Turquía haya derribado un avión ruso es un hecho gravísimo y la respuesta que le da hoy Rusia, que dice «esto no va a quedar así», es un tema muy delicado. El papel que está jugando Turquía en la crisis de Medio Oriente es nefasto y me parece que es muy delicado lo que ha sucedido. Sin ser un experto, me parece que se trata de una situación muy delicada, por la crisis mundial que no remonta, la cuestión en Medio Oriente que se ha complicado muchísimo, el Isis que se ha autonomizado totalmente y que implica una guerra en gran escala, la situación que se vive en Bruselas paralizada hace 4 días, la gente no puede salir a la calle, no se puede asomar por las ventanas. Es una situación que en este contexto aumenta tremendamente el nivel de xenofobia, va a beneficiar a todos los partidos de derecha, empezando por el de Marine Le Pen en Francia, con lo cual las tendencias a la confrontación aumentan permanentemente.

-M.H.: ¿Qué lectura hacés de la visita del Papa a África, en particular a República Centroafricana?

-E.L.: Todos los viajes del Papa tienen que ver en líneas generales, más allá de que en cada zona que va hay intereses específicos, queda claro que está dispuesto a jugar un rol político muy importante y así lo está haciendo. Por un lado es el reposicionamiento de la Iglesia como actor político de primer nivel en el conflicto mundial, queda claro con ver el papel que jugó para incentivar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o cuando vino a Bolivia para sumarse a los movimientos sociales para encausarlos y que no se desborden, o cuando fue a Israel a plantear el conflicto con Palestina, etc. Es un jugador de primer nivel internacional y en ciertos aspectos tiene alianzas con Obama.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.