Recomiendo:
0

Por qué Wikipedia

Fuentes: Sin Permiso

«ENCYCLOPÉDIE, s.f. (Filosof.) Esta palabra significa concatenación de áreas de saber [enchaînement de connoissances], y se compone de la preposición griega en y los sustantivos círculo y saber. El objetivo de una Encylopédie es reunir todo el saber disperso en la superficie de la tierra, para describir el sistema general a las personas con quienes […]

«ENCYCLOPÉDIE, s.f. (Filosof.) Esta palabra significa concatenación de áreas de saber [enchaînement de connoissances], y se compone de la preposición griega en y los sustantivos círculo y saber. El objetivo de una Encylopédie es reunir todo el saber disperso en la superficie de la tierra, para describir el sistema general a las personas con quienes vivimos, y transmitirlo a aquellas que vendrán después de nosotros para que el trabajo de los siglos pasados no sea inútil para los siglos futuros, y que nuestros descendientes, haciéndose más ilustrados, puedan ser más virtuosos y más felices, de manera que no muramos sin haber merecido ser parte de la raza humana.»

 

Entrada «Enciclopedia» en la Encyclopédie de Diderot y d’Alembert .

 

» Augmentar i corregir: això és la cultura. »

 
Joan Fuster

 

Wikipedia tiene todo el potencial para convertirse en el proyecto ilustrado más prometedor del siglo XXI. Las cifras de sus resultados provocan vértigo: casi dos millones de artículos en inglés (más de doscientos mil en castellano y de setenta mil en catalán) y encontrarse entre las diez páginas más visitadas de Internet hablan muy bien de la iniciativa puesta en marcha por Jimmy Wales, una enciclopedia libre cuya consulta es gratuita y está libre de toda publicidad (Wikipedia mantiene sus servidores gracias a las donaciones hechas a la fundación homónima), y en la que todo el mundo puede participar gracias a la tecnología wiki mientras se atenga a unos criterios de redacción universales (claridad, neutralidad, atribución de las fuentes de información). Todo lo cual no ha impedido que todas las potencias del viejo condominio editorial se hayan aliado en su cacería: la Enciclopedia Británica (1) y la prensa generalista, los defensores del copyright y los gacetilleros contrarios a la libertad de expresión en Internet, las más vistosas plumas filosóficas y los más pulverulentos doctores de la Academia. En este artículo trataré de refutar algunas de sus críticas más habituales.

Mucha tinta se ha vertido acerca de la falta de exactitud de Wikipedia, siempre con el argumento implícito de que ello se debe a su carácter abierto y participativo. Todas estas críticas a Wikipedia por su inexactitud son en cierto modo análogas a la «tragedia de los comunes» (Tragedy of the Commons) de Garret Hardin y, exactamente como aquella, pueden ser refutadas sin demasiada dificultad. Según Hardin, que publicó por vez primera su teoría en 1968 en la revista Science, los recursos naturales compartidos o poseídos en común -Hardin tenía en mente, sobre todo, la propiedad comunal de la tierra- terminan por ser pasto de la sobreexplotación y el deterioro ya que, al no ser propiedad de nadie en concreto, nadie tiene ninguna razón (o «incentivo») para su conservación y buen mantenimiento: ¿por qué voy a tener cuidado de aquello que no es mío? Sin embargo, este razonamiento -que rápidamente se convirtió en el preferido de buena parte de los partidarios de las políticas de privatización- puede ponerse completamente cabeza abajo, como ha hecho Gerald A. Cohen, pues nada nos impide pensar que la tierra, en lugar de no ser propiedad de nadie, sea propiedad de todos, y que todos, en consecuencia, seamos responsables de ella. El argumento de Hardin también parte de supuestos de comportamiento que da como universalmente válidos, a saber: que todos los individuos buscan la maximización de sus funciones, o que los individuos se mueven por preferencias estrictamente egoístas (y no altruistas o de cualquier otro tipo). E.P. Thompson ha llegado más lejos en su crítica: «a pesar de su aire de sensatez, lo que el argumento pasa por alto es que (…) a lo largo del ti empo y del espacio, los usuarios de tierras comunales han creado una rica variedad de instituciones y sanciones comunitarias que limitaban y penaban su uso.» (2) Y quien dice la tierra, dice el conocimiento. Con mayor razón de causa si cabe. El trabajo colectivo saca al investigador y al erudito de los estrechos horizontes que pueda plantearse individualmente (y ahora, gracias a las posibilidades que ofrece Internet, también los horizontes nacionales con una velocidad sin precedentes en la historia), poniéndolo en contacto con los resultados de otros investigadores, y produce unos frutos mucho más rápidos (porque disminuye la carga de trabajo individual), mucho más rigurosos intelectualmente (porque pueden corregirse mutuamente) y mucho más satisfactorios para el propio investigador (por la consecución de resultados y la creación de grupos flexibles de investigadores y redes de comunicación estables entre ellos) que todo lo que pudiera obtener individualmente. En La ideología alemana Marx y Engels recogían el éxito del trabajo colectivo organizado y lo contraponían al individualismo anarquista de Stirner:
«Al proclamar la unicidad del trabajo científico y artístico, Stirner se sitúa aquí todavía muy por encima de la burguesía. Ya se ha considerado necesario organizar esta actividad ‘única’. Horace Vernet no habría tenido ti empo para pintar la décima parte de sus cuadros si los hubiera considerado obras ‘que sólo este único puede realizar’. En París, la gran demanda de vaudevilles y de novelas ha hecho surgir una organización para la producción de estos artículos, la cual da siempre mejores resultados que sus rivales «únicos» en Alemania. En el campo de la astronomía, hombres como Arago, Herschel, Encke y Bessel han considerado necesario organizarse para observaciones en común, y sólo después de haberlo hecho han llegado a algunos resultados satisfactorios. En la historiografía, al «único» le es absolutamente imposible hacer nada, y también aquí los franceses, gracias a la organización del trabajo, hace ya mucho que han superado a otras naciones. Se entiende, por otra parte, que todas estas organizaciones basadas en la moderna división del trabajo, todavía no han llegado sino a resultados extremadamente limitados y representan un progreso sólo en relación con el estrecho aislamiento del pasado.» (3)

¿Qué decir, entonces, de una empresa editorial tan vasta como una enciclopedia? Recurrir al precedente histórico más conocido, la Encyclopédie editada por Denis Diderot en el ecuador del siglo XVIII, ofrece, salvando todas las distancias, interesantes analogías. En su apasionante relato sobre los enciclopedistas, Philipp Blom escribe: «en un mundo donde la erudición se hacía cada día más compleja y más detallada, las obras de síntesis conocieron una fuerte demanda. Era la hora de la enciclopedia.» (4) ¿No es la erudición de nuestro siglo especialmente compleja y detallada? ¿Acaso la multiplicación de la información derivada de la generalización de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación no pide a gritos una obra de consulta de fácil acceso como Wikipedia? ¿No es la aparición misma del libro de Blom en este preciso momento, sintomática? ¿Puede un proyecto de semejante envergadura ser realizado por una sola persona o un reducido grupo de especialistas? Hoy no, desde luego, pero tampoco en el XVIII, como no se le escapó a Diderot, quien en la entrada ‘enciclopedia’ de la misma Encyclopédie escribió que una enciclopedia «no puede ser compilada por una sola persona o una institución formalmente constituida, sino por una asociación flexible de expertos.» (5)

No es que la Wikipedia no contenga errores. Los contiene, pero es algo inevitable: su carácter abierto la hace vulnerable a la manipulación malintencionada de artículos y al vandalismo (más adelante se verá quiénes manipulan Wikipedia). Este hecho, generosamente explotado por sus detractores es, no hace falta decirlo, completamente exagerado: los artículos más sensibles a la manipulación y al vandalismo (que son, sobre todo, los de personajes y organizaciones políticas) están sometidos a una mayor vigilancia por los colaboradores de la enciclopedia. Lo que hace de Wikipedia mejor que sus precedentes es la rapidez con la que los datos inexactos son corregidos por sus colaboradores y las entradas incompletas señaladas como tales, y eso no sería posible si no fuera por la tecnología wiki, abierta y participativa. Refiriéndose a la Encyclopédie a la que dedicó casi toda su vida, Diderot reconocía lo siguiente:

«Aquí son textos hinchados, exorbitantes, allí flacos, pequeños, mezquinos y descarnados. En un lugar parecen esqueletos, en otro dan la impresión de estar inflados: somos, alternativamente, enanos y gigantes, colosos y pigmeos, rectos, bien proporcionados, o jorobados, cojos y mal formados. Añádase a estas grotescas formas un discurso que en ocasiones es abstracto, oscuro o rocambolesco, pero más a menudo resulta descuidado, pasado de rosca y negligente, y cabe compararnos entonces con esos monstruos que aparecen en poesía, si no con algo mucho peor. Pero estos fallos sin inherentes a un primer intento… y los siglos venideros los corregirán.» (6)

Nuestro siglo dispone ya de ese nuevo intento y de esa tecnología para corregir los errores de las pasadas enciclopedias.
Para mayor desgracia aún de quienes se aferraron a este pobre argumento derivado de la «tragedia de los comunes» (Umberto Eco incluido) WikiScanner, un programa creado por un estudiante del Instituto de Tecnología de California llamado Virgil Griffith que permite averiguar la dirección electrónica (IP) de los autores de los cambios en Wikipedia, reveló que los mayores intentos de manipulación proceden de los grandes centros de poder político y económico. Así, por ejemplo, el FBI eliminó las fotografías aéreas de Guantánamo; la CIA borró la sección sobre el programa político del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad y la sustituyó por un expresivo «wahhhhhhh»; un ordenador de El Vaticano eliminó la presunta participación en un doble asesinato en 1971 de la entrada del líder del Sinn Fein Gerry Adams; Microsoft quitó toda referencia a las críticas que había recibido la X-Box; Chevron-Texaco suprimió la página entera sobre el combustible biodiésel y las frases relativas a la multa que le impuso la ONU por mantener negocios con Irak durante el embargo; y la también petrolera Exxon-Mobil manipuló su responsabilidad en la catástrofe del Exxon-Valdez en Alaska cambiando el párrafo que hablaba de las consecuencias ecológicas del vertido por otro en que se afirmaba que el accidente no produjo ningún impacto en el ecosistema (7). Como era de esperar, ninguno de los anteriores críticos de Wikipedia se ha pronunciado al respecto.

Para algunos de nosotros la batalla por los derechos de autor no es solamente una lucha sobre el futuro de la creación intelectual, sino que está ligada a los movimientos de acumulación y concentración de capital que buscan incesantemente la extensión de la propiedad privada a nuevos terrenos (8). Es, por tanto, una lucha política. De ahí que el debate en torno a proyectos copyleft pueda alcanzar semejante intensidad. Así como la Enciclopedia de Diderot y d’Alembert propagó los ideales ilustrados que habrían de tomar cuerpo en la gran escoba de la Revolución Francesa que barrió los antiguos privilegios feudales, el proyecto de Wikipedia acarrea consigo ideas que minan el marco de relaciones en el que nos venimos moviendo.

Como el software libre o las licencias Creative Commons, Wikipedia cuestiona el modelo de usuario como consumidor pasivo, proponiendo en su lugar un usuario-productor que modifica, corrige y mejora el producto (imposible no acordarse del aforismo de Joan Fuster: » augmentar i corregir: això és la cultura «), permitiendo a su vez que otros modifiquen, corrijan y mejoren el producto después de él -el mismo ideal ilustrado de Diderot hecho realidad: «[hacer que] el trabajo de los siglos pasados no sea inútil para los siglos futuros, y que nuestros descendientes, haciéndose más ilustrados, puedan ser más virtuosos y más felices, de manera que no muramos sin haber merecido ser parte de la raza humana.» Pero hay incluso quien se atreve a ir un paso más allá y hacer extrapolaciones económicas: el año pasado (2006) los economistas Don Apscott y Anthony D. Williams publicaron Wikinomics: How Mass Collaboration Changes Everything (Atlantic Books) en el que se explora como algunas compañías están viéndose obligadas a emplear la colaboración masiva (peer production) de sus consumidores para sus productos, para lo cual no les queda más remedio que aceptar un sistema de trabajo sin jerarquías (peering) y hacer pública su información y compartirla. Este modelo, que en primera instancia no es más que una extensión de las empresas a la externalización, puede sin embargo volverse en contra suyo en el instante en que quienes participen en este tipo de iniciativas empresariales empiecen a tomar conciencia de la importancia de su trabajo colectivo respecto al de la propia corporación, cuyo papel queda reducido a la mera aportación de capital. Quizás por todo ello un artículo de The Guardian hacía del economista socialista Ronald Coase el primer economista wiki:

«Ronald Coase se dio cuenta de algo extraño acerca del capitalismo. Entre los economistas occidentales se creía que los individuos competían en un mercado libre: economías planificadas, como la de Stalin, estaban condenadas al fracaso. Pero en tal caso, ¿por qué existen las grandes compañías, con un operaciones centralizadas y planificación? La Ford Motor Company era celebrada como el parangón del mercado americano, ¿pero no era acaso la Unión Soviética un intento de conducir un país como una gran empresa? (9) Si la teoría capitalista era correcta, ¿por qué los americanos, o los ingleses, no hacían sus negocios como compradores y vendedores individuales en un mercado libre, en lugar de organizarse como empresas?
La respuesta -que le valió a Coase un premio Nobel- es que hacer cosas requiere colaboración, y encontrar y reunir a toda la gente que se necesita para colaborar cuesta dinero. Las compañías surgen cuando resulta más barato reunir gente, herramientas y material bajo un mismo techo, antes que salir a buscar la mejor oferta cada vez que necesitas unas horas de trabajo, o una pieza de un coche. Pero Internet, según Tapscott, está reduciendo radicalmente el coste de la colaboración. Las compañías -y desde luego las grandes compañías- están perdiendo su razón de ser. Los individuos y las pequeñas empresas pueden colaborar sin necesidad de corporaciones que los organicen.»   (10)

Y un poco más adelante:
«La Wikinomía implica algo mucho más radical: las grandes compañías ya no ocuparán más el asiento del conductor. ‘Estamos hablando de nuevos medios de producción’, asegura Tapscott. ‘La colaboración puede ocurrir a una escala astronómica, si puedes crear una enciclopedia con un grupo de gente, ¿podrías crear un fondo de inversión? ¿una motocicleta?’

La tendencia natural en un libro como Wikinomics es exagerarlo todo para causar impacto. Pero los signos están ahí. Tómese la industria china de la motocicleta, que ha triplicado su producción a 15 millones de motocicletas desde la década anterior. No existe ningún equivalente chino a las grandes empresas del sector japonesas o americanas como Honda o Harley. En su lugar hay cientos de pequeñas empresas, la mayoría de ellas ubicadas en Chongquing, la metrópolis de mayor crecimiento mundial. Sus representantes se reúnen en casas de té o colaboran por Internet, compartiendo información y contribuyendo con piezas o servicios a los otros para terminar su producto lo mejor posible. Las empresas que montan el producto final no contratan a otras compañías: el ensamblaje del producto final es, simplemente, otro servicio. Un ‘sistema de diseño y producción auto-organizado’ ha surgido, el tipo de sistema que normalmente asociamos a fenómenos del ciberespacio como Wikipedia, o al software distribuido sin copyright que otros pueden manipular y mejorar, como el navegador de Internet Firefox. La industria china de la motocicleta es, en otras palabras, de ‘código abierto’.»

No quisiera resultar optimista en el pronóstico: hasta qué punto este cambio en las relaciones de producción puede alentar el cambio social es algo que sólo veremos con el tiempo .

¿Por qué, en definitiva, defender Wikipedia? Porque en una época dominada filosóficamente por autores postmodernos cuyo programa parece primar por encima de todo la demolición de la razón y del proyecto ilustrado, poniendo en duda su legitimidad o incluso atribuyéndole una inclinación autoritaria, jerarquizante e incluso totalitaria (!), Wikipedia es uno de los más logrados intentos de recoger la antorcha del conocimiento. Dicho sea sin afectación alguna. Como Noam Chomsky dijo en una ocasión:
«los intelectuales de izquierdas participaron activamente en la animada vida de la cultura obrera. Los hubo que intentaron compensar el carácter clasista de las instituciones culturales con programas de educación de los obreros o con obras de divulgación -que conocieron el éxito- sobre matemáticas, ciencias y otros temas. Es sorprendente constatar que hoy en día sus herederos de izquierdas a menudo tratan de privar a los trabajadores de estos instrumentos de emancipación mientras nos informan que el ‘proyecto de los Enciclopedistas’ está muerto, que tenemos que abandonar las ‘ilusiones’ de la ciencia y de la racionalidad -un mensaje que alegrará el corazón a los poderosos, encantados de monopolizar estos instrumentos para su interés.» (11)

Diderot escribía más doscientos años antes en su diario:
«Vagar de noche en un espeso bosque. Sólo tengo una luz para guiarme. Aparece un extraño y me dice: ‘Amigo…, deberías extinguir tu luz para encontrar el camino con más claridad’. Este extraño es un teólogo.» (12)

Que cada cual saque sus propias conclusiones. Ya lo decía la misma Enciclopedia en su entrada ‘filósofo’: «nada es más fácil hoy que conseguir que lo llamen a uno filósofo; una vida en la oscuridad, unas cuantas frases profundas y unas cuantas lecturas bastan para atribuirlo a personas que no lo merecen en absoluto.» (13) Los críticos de Wikipedia ya podrían aprender la lección.

NOTAS: (1) Un estudio de la revista Nature publicado en su edición on-line del 14 de diciembre del 2005 arrojó a la luz lo exagerado de las acusaciones de inexactitud de Wikipedia: de 42 artículos sobre temas científicos escogidos al azar, Wikipedia presentaba 162 errores, 123 la Enciclopedia Británica. La media resultante es de cuatro errores por artículo en Wikipedia y de tres en la prestigiosa Enciclopedia Británica, lo que motivó una carta de protesta de esta última a la revista Nature, que contestó publicando un informe detallado sobre la fiabilidad de su estudio.
(2) Citado en Bertomeu, María Julia, Patentes biotecnológicas y políticas de desposesión, Barcelona: Sinpermiso, nº 2, p. 14. (3) Karl Marx, Friedrich Engels. La ideología alemana. Dentro de Cuestiones de arte y literatura. (Barcelona: Península, 1975), p. 196. (4) Blom, Philipp. Encyclopédie. El triunfo de la razón en ti empo s irracionales (Barcelona: Anagrama, 2007), p. 22. (5) Blom, Philipp. Op. Cit., p. 200. (6) Citado en Blom, Philipp. Op. Cit., p. 202. (7) Cibervándalos en Wikipedia. El País edición on-line, 17 de agosto del 2007. (8) Como por ejemplo, los países del tercer mundo a quienes se condena al subdesarrollo tecnológico y la muerte de miles de sus ciudadanos por no poder pagar el copyright de determinadas patentes a empresas tecnológicas y farmacéuticas. (9) Estas preguntas retóricas recuerdan las palabras de Tony Cliff al defender su tesis de que el sistema económico de la URSS no era más que ‘capitalismo de estado’: «Contra el segundo argumento, dice que en la Rusia estalinista había una economía planificada, mientras que en el capitalismo no hay ningún plan. No es cierto. La característica del capitalismo es que hay una planificación en la unidad individual, pero ninguna planificación entre las unidades. En la fábrica Ford hay un plan. No producirán un motor y medio por coche, ni tres ruedas por coche. Hay un ordenamiento centralizado en cuanto al número de motores, ruedas, etc., que se tienen que producir. Hay un plan, pero hay una anarquía entre la Ford y la General Motors. En la Rusia estalinista había un plan para la economía rusa, pero no había ningún plan entre la economía rusa y, pongamos, la economía alemana. [Luego la URSS funcionaba como una gran empresa]» (El marxisme davant el mil·leni, edición digital: <http://www.marxists.org/catala/cliff/2000/millenium/>) (10) The Wiki Way. The Guardian, 5 de septiembre de 2007. Edición on-line: <http://www.guardian.co.uk/technology/2007/sep/05/news.netrich> (11) Citado en Bricmont, Jean; Sokal, Alan. Impostures intel·lectuals (Barcelona: Empúries, 1999), p. 258. (12) Citado en Blom, Philipp. Op.Cit., p. 117. (13) Citado en Blom, Philipp.Op. Cit., p. 105.

Àngel Ferrero es licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente realiza el Doctorado en esa misma Universidad.

sin permiso electrónico se ofrece semanalmente de forma gratuita. No recibe ningún tipo de subvención pública ni privada, y su existencia sólo es posible gracias al trabajo voluntario de sus colaboradores y a las donaciones altruistas de sus lectores. Si le ha interesado este artículo, considere la posibilidad de contribuir al desarrollo de este proyecto político-cultural realizando una DONACIÓN