«Lo que ha sucedido en Bolivia nos enseña que ese miedo de ser lo que podemos ser no es un enemigo invencible; el racismo no es una fatalidad del destino, no estamos condenados a repetir la historia. (…) Nos han entrenado para andar en silla de ruedas y ahora estamos recuperando la posibilidad y energía […]
«Lo que ha sucedido en Bolivia nos enseña que ese miedo
el racismo no es una fatalidad del destino,
no estamos condenados a repetir la historia. (…)
Nos han entrenado para andar en silla de ruedas y ahora estamos
recuperando la posibilidad y energía en América Latina
de caminar con nuestras propias piernas, pensar
con nuestras propias cabezas y sentir con nuestros propios corazones»
Eduardo Galeano
Bolivia exhibe muchos de los problemas que existen en la mayoría de los países latinoamericanos: pobreza, exclusión, inequidad en la distribución de la renta, concentración de la tierra en pocas manos, transnacionalización de los recursos naturales, etc., es decir que enfrenta, también, muchos de los desafíos necesarios para avanzar en la solución de los mismos. Triunfar en ese sentido significa enfrentar a sectores poderosos económicamente, disciplinándolos en beneficio de políticas que busquen mayor equidad y mayor bienestar para el pueblo.
Frente a los discursos del alcalde derechista de la ciudad de Santa Cruz, Percy Fernández, que llamó al golpe de estado, pidiendo «tumbar al indio por que no había aprendido a gobernar…» o a los nazis de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) -grupo de paramilitares que se reivindican como superiores racialmente, persiguiendo y apaleando a dirigentes indígenas y campesinos- Evo Morales respondió a estos sectores conservadores y defensores de un modelo de país sectario y excluyente con más democracia y más participación. El pasado 10 de agosto, el presidente elegido de Bolivia, llamó a un referendo revocatorio de su mandato y de los prefectos de los 9 departamentos de Bolivia.
Evo triunfo en el referéndum revocatorio con mas del 60% de los votos.
Como recientemente hemos visto en la Argentina con el conflicto con las patronales del campo y pools de siembra productores de soya, los sectores concentrados de la economía no van a dejar que se democraticen los recursos que ellos manejan sin dar pelea, sin recurrir a todos los medios a su alcance, sin utilizar sus brazos multimediáticos, sin boicotear y agredir a la economía nacional que vaya contra sus intereses. Así, lo que se puso en juego este 10 de agosto en Bolivia fue, como bien planteó Raúl Zibechi, más que un plebiscito para decidir la permanencia o no del Presidente Evo Morales y de ocho de los nueve prefectos de Bolivia. Del resultado que se tenga del referéndum revocatorio de mandato popular dependerá la continuidad y la profundización del proceso de cambio iniciado en 2006 o el comienzo de un regreso a la Bolivia excluyente y de privilegios, materiales y simbólicos, para un grupo reducido de familias.
El modelo boliviano
Luego de 500 años de expoliación y saqueo de parte de minorías, y por primera vez en su historia, Bolivia se enfrentó a su destino: de manera pacifica y en elecciones democráticas, un representante de los pueblos originarios accedió a la presidencia de Bolivia en diciembre de 2005 con el 54 % de los sufragios.
Evo Morales, dirigente indígena y campesino del Chapare cochabambino llegó a la presidencia en la tarde del 22 de enero de 2006, ante una multitud que lo aclamaba y pedía cambios en la política de uno de los países más pobres de Latinoamérica. Evo había decidido asumir «simbólicamente» un día antes, en las ruinas del Tiwanaco, en presencia de las distintas etnias que componen Bolivia, comprometiéndose con los sectores más postergados de la nación que lo proclamó presidente.
Al poco tiempo de asumir y comenzar un proceso de recuperación de los recursos naturales (hidrocarburos, mineros, etc.) para los bolivianos, comenzó a recibir ataques de los protagonistas del empobrecimiento y saqueo del país: empresarios, políticos, gobernantes y legisladores de la Bolivia neoliberal.
Es importante recordar que la década del ’90 no hizo más que demoler, a través de las políticas neoliberales, a la economía más pobre de Latinoamérica, solo superada por Haití. Privatizaciones de servicios y de la explotación de los recursos naturales -que se entregaron a corporaciones extranjeras-, destrucción del aparato productivo, concentración de la tierra, entre muchas otras medidas antipopulares, terminaron por postrar y someter a la población boliviana a condiciones indignas de vida.
La asunción de Evo Morales exige poner blanco sobre negro en la política boliviana; no es posible dar una vuelta de página de 500 años de atraso y empobrecimiento de un día para otro. Aún así, el presidente avanzó en la recuperación de los hidrocarburos y parte de la renta minera; los recursos obtenidos por el estado producto de la nacionalización del gas y el petróleo pasaron de 300 millones de dólares a más de 2.200 millones de dólares. Estos recursos, junto con los obtenidos por la minería y las exportaciones agropecuarias, permitieron la implementación de políticas redistributivas como el pago de la «Renta dignidad» (Bs 3000) a todos los ancianos mayores de 60 años y el Bono Juancito Pinto (Bs 200) para los niños en condiciones de pobreza y en edad escolar. Otras medidas, con la ayuda de los convenios de cooperación del ALBA (con países como Cuba y Venezuela), permitieron que la salud llegara a los sectores mas postergados a través de más de 15 millones de consultas médicas y por medio de «Misión milagro», se facilitó el acceso de más de 200.000 bolivianos de bajos recursos a operaciones de la vista.
Según datos consignados por el gobierno y publicados por Hugo Mercado, entre 1996 y 2005 se distribuyó 36.815 hectáreas de tierras fiscales, es decir 3.681 hectáreas por año en promedio. En el período 2006 – 2007, el gobierno de Evo Morales distribuyó 697.882 hectáreas a campesinos en los departamentos de La Paz, Pando, Santa Cruz y Tarija, es decir, 350 mil hectáreas por año.
Es importante recordar también que las reservas internacionales del país que eran de 1.700 millones de dólares hacia el año 2005 pasaron a rondar cerca de los 7.500 millones de dólares en la actualidad.
El referendo
Confiar en la sabiduría del pueblo y con el voto nos va a
dar las señales de cómo queda configurado el poder nacional;
con el voto nos dirá cuál es la nueva agenda del país
Alvaro Garcia Linera
(Vicepresidente de Bolivia)
El referendo que puso en consideración de los bolivianos si quieren que su presidente y prefectos continúen con su mandatos sirvió, también, para movilizar pacíficamente a la población y plesbicitar las medidas propuestas por Evo Morales. Con esto el gobierno busca quebrar los intentos separatistas del oriente boliviano con eje en Santa Cruz.
La región denominada «La media luna», compuesta por los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Cochabamba, pretende abstraerse de las políticas de Evo, especialmente en las que se refiere a tierras, nacionalización de recursos energéticos y a mayor redistribución de la riqueza.
A los prefectos de Santa Cruz, Rubén Costas; de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, de Beni, Ernesto Suárez; de Tarija, Mario Cossío; y de Pando, Leopoldo Fernández, no los une el amor si no el espanto a «los indios del altiplano» -como ellos llaman a sus compatriotas de departamentos como La Paz, Potosí, o Oruro. Estos gobernantes, pese a contar con el apoyo de un sector de su población en sus respectivas regiones, expresan claramente las políticas neoliberales, no tienen un plan para toda Bolivia y no cuentan con ningún tipo de consenso fuera de sus espacios provinciales.
La ratificación del mandato de Evo Morales en el referéndum consolida nuevas formas de democracias más participativas y permeables a las demandas populares, como ya sucediera en Venezuela y en poco tiempo sucederá en el Ecuador. Las consultas a un pueblo comprometido y movilizado con los procesos políticos de cambio debiera ser el horizonte a pensar en una Latinoamérica que ya no acepta más postergaciones para las urgentes necesidades de sus habitantes.
Bibliografía consultada
Bajo, Ricardo «La impotencia del «golpe burocrático» Árbol Digital
Buen Abad Domínguez, Fernando «El Evo» Rebelión.org/Fundación Federico Engels
Mercado, Hugo «Lo que los bolivianos se juegan el 10 de agosto» La epoca
Solis Rada «Evo y su gobierno suicida» Rebelión.Org
Stefanoni, Pablo; Restivo, Nestor «Sudamérica: Mapa político y económico» www.cetri.be
Zibechi, Raul «El día después del referendo» en Rebelión.org