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Precampaña de dos campañas

Fuentes: Rebelión

A mes y medio de iniciar la precampaña electoral para la elección del Presidente de la República en nuestro país, se ha notado claramente dos campañas, una muy general respecto a la posición de dos proyectos socioeconómicos en pugna, esta dirigida al pueblo mexicano; y otra campaña dirigida a un pequeño grupo muy poderoso dentro […]

A mes y medio de iniciar la precampaña electoral para la elección del Presidente de la República en nuestro país, se ha notado claramente dos campañas, una muy general respecto a la posición de dos proyectos socioeconómicos en pugna, esta dirigida al pueblo mexicano; y otra campaña dirigida a un pequeño grupo muy poderoso dentro de uno de los proyectos socioeconómicos.

En la primera campaña, por orden de preferencia electoral según las últimas encuestas, están Andrés Manuel López Obrador al frente de la coalición «Juntos Haremos Historia» que integra a los partidos políticos MORENA, PT Y PES; le sigue Ricardo Anaya en la coalición del PAN, PRD Y Movimiento Ciudadano, denominado «Por México al Frente», y en último lugar José Antonio Meade con la coalición «Todos por México» integrado por los partidos PRI, Partido Verde y Nueva Alianza.

En esta competencia por figurar dentro de las más amplias capas del pueblo mexicano podemos identificar claramente dos propuestas para la dirección política de nuestro país por los siguientes seis años, el primero consiste en seguir impulsando las mismas políticas económicas (neoliberalismo) que durante más de treinta años se han implementado en México y que tiene como característica esencial el impulso de «Reformas Estructurales», que en lenguaje más claro, representan las privatizaciones en todos los sectores públicos, esta política llevada a cabo por gobiernos del PRI y del PAN, no manifiestan en esencia mayor diferencia entre uno y otro, por lo que sus discursos en el actual proceso electoral sólo se circunscriben a cambios de imagen y de marketing.

La otra propuesta, que dirige Andrés Manuel López Obrador, contiene una clara crítica ante ese modelo económico privatizador, el discurso se centra en resolver los problemas sociales, como la pobreza, el desempleo y la inseguridad, teniendo como base la solución de los problemas económicos de nuestra sociedad. Lo original respecto de los demás contendientes es que AMLO no sólo crítica las privatizaciones, sino incluso propone revertirla mediante consultas ciudadanas como instrumento de democracia participativa.

En esta primera campaña ya todos sabemos que AMLO está muy arriba en las encuestas electorales, y este resultado no es más que la insatisfacción, el enojo, la toma de conciencia y el desengaño que gran parte de la sociedad mexicana siente respectos de las promesas «modernizadoras» que traía consigo cada privatización, un discurso por demás carente de credibilidad hoy día por los resultados vistos y vividos en cada seno familiar.

La segunda campaña, no está dirigida al pueblo de México, sino es una férrea competencia entre Ricardo Anaya y José Antonio Meade por posicionarse como el mejor y más viable candidato ante las fuerzas internas como externas que siempre han impulsado las privatizaciones en México, es una lucha tenaz, de descrédito personal, de insultos, que busca no tener las mejores propuestas, sino quién puede tener las mayores posibilidades para ganar la elección presidencial ante un AMLO con gran aceptación social.

Esta contiende intra-neoliberal es de mucho menos tiempo que la primera, ya que sólo busca la definición por parte de menos de cien personas en México y de un puñado del extranjero, para impulsar al candidato que promueva en el gobierno más y más privatizaciones, algo así como una lucha animada entre títeres por tener titiritero.

En esta campaña a pesar de lo que se digan, de los casos de corrupción que se destape uno del otro, al final, una vez que los titiriteros hayan inclinado la balanza, ambos contendientes -Anaya y Meade- saldrán con diferentes banderas y espadas a defender el mismo proyecto económico del último cuarto de siglo, un modelo exitoso para una opulenta minoría y desastrozo para la amplia, muy amplia mayoría de mexicanos.

La precampaña tiene dos campañas en su seno. Durante la campaña formal con duración de tres meses tendremos tres coaliciones con dos propuestas claramente definidas, Ricardo Anaya y José Antonio Meade apoyándose mutuamente por mayores privatizaciones, por un lado, y Andrés Manuel López Obrador proponiendo una salida de economía popular por el otro. Las opciones al electorado se resumen en más de lo mismo, o en una alternativa al neoliberalismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.