Dos ganadores del Premio Nobel de la paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel y la guatemalteca Rigoberta Menchú, criticaron hoy aquí la posición del gobierno de Estados Unidos sobre la extradición del expresidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada. Ambas personalidades fueron recibidas por el presidente Evo Morales y luego de su encuentro con el mandatario […]
Dos ganadores del Premio Nobel de la paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel y la guatemalteca Rigoberta Menchú, criticaron hoy aquí la posición del gobierno de Estados Unidos sobre la extradición del expresidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada.
Ambas personalidades fueron recibidas por el presidente Evo Morales y luego de su encuentro con el mandatario ofrecieron declaraciones a la prensa, en la cual trataron, entre otros temas, la extradición del exgobernante, quien reside en Estados Unidos.
«Lo que pasa es que es que Estados Unidos protege a mucha gente que ha cometido delitos de lesa humanidad. Y se maneja más por sus intereses que por un sentido de ética y responsabilidad con los pueblos», comentó Pérez Esquivel.
Al mismo tiempo, se refirió a su relación con el jefe de Estado boliviano, de quien dijo «que nos conocemos desde hace muchísimos años, desde su época de militancia, cuando era muy joven». «Creo que se han producido muchos cambios en Bolivia como en el resto de los países latinoamericanos y son cosas positivas. Queda todavía un largo camino para recorrer y lógicamente que les traemos la solidaridad y el apoyo al pueblo boliviano», finalizó.
Mientras, Menchú recordó que «normalmente los procesos judiciales tienen muchos detalles, muchos folios, mucha documentación. Y me parece que los casos se deben juzgar a nivel nacional y no afuera», en referencia al pedido de Bolivia de juzgar a Sánchez de Lozada en el país.
«Se debe juzgar a nivel nacional, porque es donde se demuestra si es culpable o inocente. Yo creo que la extradición debe ser igual para todos. No se trata de extraditar a unos e impedir la extradición de otros», insistió.
La líder indígena recordó también que «Bolivia tiene un precedente extraordinario de cultura y de civilización ancestral. Y eso es lo que más los une con Guatemala. En Guatemala los mayas estamos celebrando los 13 grandes tiempos de nuestro sagrado calendario. Y va a ser una iniciativa para toda la humanidad».
«La humanidad tiene que recuperar su conciencia propia. Tiene que hacerse la pregunta: quién soy, de dónde vengo y adónde voy, pero sobre todo se inicia una nueva oportunidad para que los sistemas injustos, los sistemas destructores puedan volverse a hacer vida para la humanidad», agregó.
Al mismo tiempo, recalcó que «hay una respuesta del nuevo tiempo para la decadencia global, la decadencia material, la decadencia espiritual, que vemos en todo el planeta y altera la convivencia».
A partir de esto, Menchú alertó que «con el nuevo tiempo tenemos una oportunidad de vivir en equilibrio. Pues es eso, vamos a revisar el equilibrio de cada quien para que podamos construir un mundo para todos».
Por último, insistió en la necesidad de evaluar y trazar la ruta del futuro y admitió que «Bolivia es trascendental en ese sentido. Bolivia ha hecho cambio estructurales, trascendentales para bolivianos y para todo el continente».
Rigoberta Menchú ganó el Premio Nobel en 1992 por su trabajo en pro de la justicia social y de la reconciliación etno-cultural basado en el respeto de los derechos de las personas indígenas.
Pérez Esquivel lo consiguió en 1980 por su liderazgo al frente de organizaciones de derechos en lucha contra la junta militar que gobernaba a su país.