México es el tercer país de la OCDE que más caras ofrece sus telecomunicaciones
Un mexicano de clase media desayuna mientras sintoniza el canal 2 de su televisor para ver a Carlos Loret de Mola, estrella informativa de Televisa. De cada diez, él puede pertenecer a los siete que han pagado el cable, o a los tres que tienen televisión abierta, y seguro formará parte de los millones que con su sueldo, alrededor de 10.000 pesos (578 euros), intentarán pagar a final de mes las facturas de internet, teléfono y, en su caso, televisión. Para él, la Reforma de Telecomunicaciones podría suponer no sólo un ahorro, sino también la oportunidad de ser un ciudadano activo que elige lo que decide consumir. Está por verse. El país norteamericano, que encabeza la lista de mayor concentración de medios de comunicación a nivel mundial y ocupa el tercer lugar entre los países de la OCDE que más caros ofrecen sus servicios, tiene dos objetivos: favorecer la competencia económica y facilitar el acceso universal a los medios. La cuenta regresiva en la carrera por socializar las comunicaciones en México ha comenzado.
La Reforma constitucional, enraizada en el «Pacto por México» (comparado con los españoles Pactos de la Moncloa) y promulgada el pasado 10 de junio, fue sólo el primer paso de un gran reto. Ahora, el poder legislativo tiene menos de 180 días para convertir esta primera pulsación de cambio en todo un cuerpo jurídico de leyes secundarias. Habrá mucho debate para lograr que esas leyes hagan coincidir las aspiraciones sociales y económicas de diferentes sectores y consigan ser firmadas antes de terminar el año.
«Queremos calidad en los contenidos y que no nos sangren los bolsillos», exige la asociación A Favor de lo Mejor, movimiento que da respuesta al monopolio de Televisa, empresa televisiva que desde hace décadas tiene un imperio de novelas y propaganda política en el país. La periodista Denise Dresser reseñó para Noticias MVS que es preocupante tener al 98% de los hogares informados por un solo medio «tan poderoso y omnipotente».
#Yosoy132 y otros movimientos sociales fueron determinantes para conseguir que el tema del Derecho de Audiencia alcanzara la agenda nacional, pero se duda que lejos de las asociaciones haya verdadero interés de cambio «porque los jóvenes de hoy pertenecen a una generación que se crió bajo la programación de Televisa», puntualiza en el mismo espacio el reconocido historiador Lorenzo Meyer.
Para vigilar que la competencia económica permanezca en buena salud, se crearán el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), que sustituirá a la actual Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), y la Comisión Federal de Competencia Económica. Sin embargo, existe escepticismo sobre la eficacia que puedan tener estos futuros órganos de control. Aunque el cambio comience a sentirse con el aterrizaje de la española Telefónica, que se ha llevado ya una parte del mercado telefónico, controlado al 70% por el Grupo Slim, hay dudas de que el monopolio en sí finalice. En efecto, lo confirma un estudio realizado por la empresa calificadora Moody’s: «El mercado de telecomunicaciones en México continuará dominado por el Grupo Televisa y el Grupo Slim, aunque ellos tengan pérdidas por la competencia».
Académicos del Centro de Investigación y Docencia Económica denuncian también que la autonomía de estas nuevas instituciones de vigilancia no sea efectiva si se ciñe al Plan Nacional de Desarrollo elaborado con cada presidencia. «Puede haber cosas en letras chiquitas que no hemos visto», expone Lorenzo Meyer en el programa radiofónico Mesa Política, recordando que el alejamiento público con Televisa y Carlos Slim es una de las viejas estrategias de presidentes para legitimarse cuando llegan a Los Pinos.
La desconfianza que tiene la opinión pública aumentó tras el «Apagón Tijuana». Uno de los objetivos de la modernización es digitalizar totalmente la señal televisiva apagando progresivamente el sistema analógico. La ciudad fronteriza con Estados Unidos era la primera en dar el brinco y postergó su operativo después de las elecciones estatales de julio «para no intervenir en la decisión del electorado», explica el presidente de Cofetel. El vínculo entre los monopolios televisivos, telefónicos y políticos arrastra toda una historia, y se dice que esa relación amor-odio no podrá apagarse pinchando sólo un botón.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/saberes/principio-del-fin-del-monopolio-televisa.html