Nosotras, las abajo firmantes, mujeres, feministas autónomas y feministas comunitarias, trabajadoras del hogar, artistas, músicas, activistas, profesoras, lesbianas, estudiantes, mujeres de izquierda, parte activa del sueño revolucionario y despatriarcalizador de Bolivia, nos pronunciamos frente al profundo conflicto que se plantea actualmente en relación a la imposición de un proyecto carretero depredador en el TIPNIS, y […]
Nosotras, las abajo firmantes, mujeres, feministas autónomas y feministas comunitarias, trabajadoras del hogar, artistas, músicas, activistas, profesoras, lesbianas, estudiantes, mujeres de izquierda, parte activa del sueño revolucionario y despatriarcalizador de Bolivia, nos pronunciamos frente al profundo conflicto que se plantea actualmente en relación a la imposición de un proyecto carretero depredador en el TIPNIS, y así mismo frente al machismo, racismo, y a la carga colonial que contienen las palabras del gobierno sobre las mujeres yuracarés trinitarias. Estas palabras fueron «instruidas» a jóvenes hombres de este país y plantean:
«Si yo tuviera tiempo iría a enamorar a las compañeras yuracarés y convencerlas de que no se opongan, así que jóvenes tienen instrucciones del presidente de conquistar a las compañeras yuracarés trinitarias para que no se opongan a la construcción del camino» (Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, 31 de Julio de 2011).
¿Ignora el gobierno que la Conquista de Abya Yala fue una invasión violenta, racista y colonialista? ¿Está animando a jóvenes hombres, hermanos y compañeros, a proseguirla, contra las mujeres yuracarés -ahora desde la propia Bolivia-?
La llamada «Conquista» NO fue, ni es, un proceso inofensivo, sino violatorio y humillante, que comenzó hace más de 500 años y del cual los pueblos de Bolivia queremos autoliberarnos.
Lamentamos profundamente este mensaje expresado en Villa Tunari, una localidad simbólica dentro del conflicto del TIPNIS, porque es donde finaliza el trazado del megaproyecto carretero que parte de San Ignacio de Moxos atravesando el Territorio Indígena y el Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Este territorio está ubicado entre los departamentos de Cochabamba y Beni, es Tierra Comunitaria de Origen (TCO) y área protegida y que sea nombrado así fue un logro de la marcha indígena de 1990 que demandó mantener la categoría de Parque Nacional de este territorio, dada por el Estado boliviano el año 1965. Allí habitan los pueblos indígenas originarios moxeños, chimanes y yuracaré. Creemos que la alusión hecha a las mujeres yuracarés demuestra que ellas rechazan activamente el megaproyecto carretero financiado por un préstamo al Estado boliviano de 415 millones de dólares del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social del Brasil), bajo concesión a la empresa constructora brasileña OAS.
El Estado brasileño y sus clases poderosas -no sus pueblos- son los principales interesados y beneficiados por esta carretera, cuya construcción destruiría un ecosistema de alta biodiversidad y una de las principales reservas de agua de Bolivia, reproduciendo la larga historia de colonización y saqueo por los enriquecidos y el imperialismo en nuestro país. Sabemos, que detrás de la carretera vendrán nuevos colonialistas, empresas petroleras, madereras, narcotráfico, condenando, como ha sucedido en proyectos similares, a poblaciones indígenas yuracarés, moxeñas y chimanes, a su desaparición.
La carretera forma parte de IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), plan regional de «infraestructuras» que surge del Estado brasileño para conectar las diferentes regiones en torno a transportes, energía y comunicaciones que sostienen el Capitalismo del Siglo 21. Estas «infraestructuras» garantizan el transporte para la explotación de los recursos naturales de 12 países sudamericanos y de la Amazonía. Se trata de construcción de hidroeléctricas, puentes, represas, carreteras que están trayendo miseria y explotación a las comunidades donde se ubican, con impactos directos y específicos sobre las mujeres: violaciones, acoso sexual, comercio y explotación sexual, empobrecimiento de sus familias y consecuencias directas sobre su salud.
Este «corredor boliviano» entre Brasil y Chile, cuyo fin es conectar comercialmente los océanos Atlántico y Pacífico, garantizando la explotación y exportación de los recursos naturales, responde a un modelo desarrollista, extractivista, deshumanizado y neoliberal, que rechazamos. Modelo al que el pueblo boliviano ha dicho basta en sus luchas y en la construcción de este proceso de cambios, donde las mujeres han jugado un rol fundamental. En el caso del TIPNIS, las mujeres de los pueblos indígenas originarios que lo habitan han expresado con acciones y denuncias el rechazo decidido a la destrucción de su Casa Grande, esto el gobierno lo ha comprobado en diversos encuentros políticos. Hay temor de parte del gobierno a la capacidad política de las mujeres y sus palabras colonizadoras intentan rebajar su dignidad.
Esta manera de tratar a las mujeres cuando amenazan el patriarcado en todas sus formas, no es nuevo. La han usado los invasores, patrones, capataces, militares, imperialistas. Lo que nos sorprende es que lo haga ahora un hermano indígena consciente del colonialismo y el racismo en su propia historia.
Hoy Evo ha hablado refiriéndose a las mujeres yuracarés, pero nos habla a todas. El insulto y el menosprecio a ellas es un insulto a todas y especialmente a las mujeres comprometidas con los procesos revolucionarios de nuestros pueblos y territorios.
Nuestra memoria histórica nos indica que siempre se ha negado el papel político y combativo de las mujeres, mostrándonos como subalternas al servicio de los hombres, aunque siempre hemos sido, en realidad, protagonistas activas de las transformaciones estructurales. Nuestras luchas son desde las mujeres para toda la humanidad. NO somos una «cuota» política «femenina». No somos un tema ni un problema, ni una Unidad en un Ministerio. Palabras como «equidad», «empoderamiento», conceptos como «Igualdad de oportunidades», no resuelven la injusticia contra las mujeres y nos muestran una vez más discursos vacíos que no guardan coherencia con las luchas revolucionarias y de cambio que impulsamos. Las palabras del gobierno son insultantes para todas las mujeres. Nosotras afirmamos, como nuestras hermanas obreras latinoamericanas de inicios del siglo 20, que no hay revolución verdadera mientras dentro de los propios movimientos sociales revolucionarios se siga, repetitivamente, humillando a la mitad del género humano, a nosotras, las mujeres, hermanas y compañeras de lucha.
Por eso denunciamos el mensaje lanzado por el Presidente, reiterando nuestro apoyo a las compañeras en lucha por la defensa del TIPNIS, que es también nuestra lucha.
¡No a la carretera a través del TIPNIS!
¡La revolución será feminista o no será!
FIRMANTES:
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Organización autónoma de mujeres contra la Violencia y la Impunidad, Cochabamba, Bolivia
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Luchemos por Nosotras, feministas autónomas y comunitarias, Cochabamba, Bolivia
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Asamblea Feminista de Cochabamba, Bolivia
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Trabajadoras del Hogar de Cochabamba, Bolivia
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Warmi Pachakuti, música autóctona de mujeres, Cochabamba, Bolivia
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Colectivo de Mujeres Libertarias Imilla, Cochabamba, Bolivia
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Clowndestinas, Elenco teatral de mujeres, Cochabamba, Bolivia.
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Asamblea del Feminismo Comunitario, La Paz, Bolivia
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Asamblea feminista autónoma de Iquique, Chile
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Colectivo muralista «Las Kallejeras», Santiago, Chile
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Memoria Feminista, feministas autónomas, Santiago, Chile
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Huelga de Vientres, feministas autónomas, Santiago, Chile
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Mandrágora, colectiva de Salud de la mujeres, Santiago, Chile
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Ochy Curiel, feminista, República Dominicana/Colombia
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Jules Falquet, feminista, socióloga, Universidad Paris Diderot, Francia
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Patricia Karina Vergara Sánchez, feminista, México
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Mafer Rodríguez, feminista, México
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