La llegada del canciller español Miguel Angel Moratinos significó otra publicidad de medias verdades. Es que dio pie al oficialismo de que Telefónica había levantado su demanda por 2.834 millones de dólares, planteada ante el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), tribunal arbitral del Banco Mundial. Aquella suma es la mayor […]
La llegada del canciller español Miguel Angel Moratinos significó otra publicidad de medias verdades. Es que dio pie al oficialismo de que Telefónica había levantado su demanda por 2.834 millones de dólares, planteada ante el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), tribunal arbitral del Banco Mundial.
Aquella suma es la mayor de las reclamadas por decenas de multinacionales que se apoderaron de los servicios públicos y en 2002 se revolvieron furiosas contra la devaluación y pesificación de las tarifas. El ex diputado socialista Héctor Polino advirtió que no había tal desestimiento del pulpo ibérico, sino sólo una suspensión por algo más de siete meses.
Y, efectivamente, la letra chica de lo firmado por el titular de Telefónica de Argentina, Mario Vázquez, se refiere a una suspensión por 210 días hábiles. ¿Quién se acordará ahora de ese plazo cuando la maquinaria informativa gubernamental y la más poderosa aún de las corporaciones privadas, ya puso en circulación la supuesta renuncia de Telefónica ante el Ciadi?
Están vigentes ante ese tribunal los planteos de Suez y Aguas de Barcelona, Camuzzi, Telecom y CMS (por Transportadora de Gas del Norte). Pero la mayoría de los pulpos los han congelado, en la medida que Néstor Kirchner les ha ofrecido una conveniente renegociación de sus contratos. Ya han arreglado sus diferendos las firmas del espectro energético: Edelap, Transener, Transba, Edesur, Edenor, TransComahue, Epen, Trasnoa y Trasnea. Las gasíferas, concesionarios del peaje y del ferrocarril de carga ya están pasando en limpio los flamantes contratos.
Si las cosas siguen este curso, se comprobará que sobre 67 contratos del tiempo del menem-cavallismo, solamente se cayeron tres: Correo Argentino, Thales Spectrum y un ramal ferroviario. Lo demás quedó en pie pese al vaciamiento del patrimonio nacional y de los bolsillos de los argentinos con cláusulas abusivas, mayores tarifas, incumplimiento de inversiones, etc.
A lo sumo podría sumarse, entre los contratos caídos, el de Aguas Argentinas, donde el grupo Suez ha recontra-confirmado que se va del país. ¿Quién está negociando para reemplazarlo? Eduardo Eurnekian, dueño de Aeropuertos Argentina 2000, todo un muestrario de irregularidades en el cumplimiento del contrato original.