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¿Qué dirá ahora Vargas Llosa del triunfo de Evo Morales?

Fuentes: LibreRed

Es de recordar, con ocasión de la abrumadora victoria que ha cosechado el partido de Evo Morales después de sus primeros cuatro años de gobierno (63 por ciento de los votos, casi diez puntos más que en 2005), el insidioso artículo que escribió en El País en enero de 2006 el potentado escritor Mario Vargas […]

Es de recordar, con ocasión de la abrumadora victoria que ha cosechado el partido de Evo Morales después de sus primeros cuatro años de gobierno (63 por ciento de los votos, casi diez puntos más que en 2005), el insidioso artículo que escribió en El País en enero de 2006 el potentado escritor Mario Vargas con relación al presidente boliviano cuando aún no había iniciado éste su gestión: «Su astuta modestia y sus estudiadas y sabias ambigüedades -decía Vargas- lo caracterizan como emblemático criollo latinoamericano, vivo como una ardilla, trepador y latero, y con una vasta experiencia de manipulador de hombres y mujeres, adquirida en su larga trayectoria de dirigente cocalero y miembro de la aristocracia sindical».

Evo nació en una comunidad pobre del departamento de Oruro. Estuvo a punto de morir en el parto, pues su madre se desangraba y no había hospital cerca. Una curandera local contuvo la hemorragia de María Ayma a base de hierbas, incluida la hoja de coca. Cuatro de sus hermanos no tuvieron tanta suerte: uno murió al nacer y otros tres de enfermedades evitables. Evo creció en una comunidad sin luz ni agua corriente, trabajó desde niño en tareas agrícolas y pastoreó su rebaño de llamas. Más adelante sería ladrillero, panadero y hasta trompetero de la banda local. Completó la Secundaria pero no estudió en la Universidad. Su familia se trasladó a Cochabamba y Morales se convirtió en cocalero y más tarde dirigente sindical. Forjó su carácter combativo a finales de los ochenta en las protestas contra la erradicación de cultivos exigida por EEUU. Dicen que duerme muy poco cada día, en ocasiones dos horas, y que se despierta a menudo para tomar notas de las ideas que se le ocurren. A menudo rompe el protocolo y se lanza a abrazar a sus seguidores. Son algunos datos de su biografía, tomados del diario Público.

En cuanto a los de su gestión al frente del gobierno, es de resaltar que el PIB boliviano ha crecido más que en las tres últimas décadas, a un promedio del 5,2%. El incremento porcentual de la economía del país andino en 2009 es el más alto del hemisferio, según un informe publicado por el Centro Estadounidense para la Investigación Económica y Política (CEPR, en inglés). El autor del informe y co-director de esa entidad, Mark Weisbrot, señala que las políticas del presidente Morales han sido claves en esos resultados, sobre todo la recuperación del control de los recursos naturales por parte del Gobierno.

Para lograr esos objetivos, como nos recordaba Germán Ojeda en un reciente artículo, Morales tuvo que afrontar una desestabilización institucional permanente de la oposición golpista, soportar continuas campañas mediáticas, someterse a un referéndum revocatorio, ganar cuatro consultas electorales, enfrentarse a las sanciones de EEUU expulsando al embajador Goldberg, e incluso hubo de hacer una huelga de hambre para que se aprobara una nueva ley electoral que habilitara la convocatoria anticipada de estos comicios presidenciales y legislativas, donde el oficialismo aspira a controlar las dos cámaras para poder realizar sin sobresaltos el cambio histórico prometido. «Un cambio basado en esta dificilísima gestión de cuatro años donde el Gobierno ha sido capaz de derrotar a la oposición separatista – apuntaba Ojeda-, de frenar las transferencias de excedentes sin control al exterior y de lograr además un importante despegue económico en plena crisis internacional, lo que le ha permitido promover avances en las políticas públicas y sobre todo en educación, hasta el punto de que Bolivia ha sido declarado por la ONU país libre de analfabetismo».

Comentan algunos observadores que sigue siendo una asignatura pendiente en Bolivia la extrema pobreza, un mal endémico en el país, aunque el gobierno de Evo Morales haya puesto en marcha medidas paliativas tan loables como los subsidios a las familias pobres, la renta dignidad a los ancianos (258 dólares) y la concesión de ayudas a las madres para asistencia médica a sus hijos, así como una pequeña cantidad (29 dólares) a los niños en edad escolar para que no abandonen el colegio.

Yo no sé qué dirá el potentado escritor Vargas Llosa en su próximo artículo sobre la Bolivia de Evo, pero tiene muy difícil rebatir la soberana, masiva, impecable y favorable decisión de la ciudadanía en las urnas. A Morales no lo ha desgastado el poder porque, muy al contrario de lo que suele ocurrir entre quienes gobiernan, su gestión ha respondido a las necesidades de la mayoría, que ha incrementado notablemente con su voto la confianza que el presidente se ha sabido ganar en estos años.

Además, por primera vez en unas elecciones democráticas, los bolivianos han acudido a las urnas sabiendo leer. Esto, como don Mario Vargas sin duda comprende porque su poder está en la palabra, es muy alentador para un pueblo que se quiere liberar de la ignorancia, la miseria y el colonialismo, y aspira por lo tanto a escribir por fin su propia historia.