Hace pocos días el Centro Nacional del Libro organizó en Caracas la III Feria Internacional del Libro de Venezuela. Entre las numerosas actividades convocadas en ese agradable espacio se desarrolló un foro sobre copyright titulado «Alternativas al derecho de autor: también un derecho cultural colectivo». La actividad culminó con la participación de Eduardo Samán quien […]
Hace pocos días el Centro Nacional del Libro organizó en Caracas la III Feria Internacional del Libro de Venezuela. Entre las numerosas actividades convocadas en ese agradable espacio se desarrolló un foro sobre copyright titulado «Alternativas al derecho de autor: también un derecho cultural colectivo». La actividad culminó con la participación de Eduardo Samán quien reseñó acerca del nuevo enfoque propuesto la reforma del Artículo 98 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en materia cultural. Dicho instrumento será aprobado por medio de referendum nacional el próximo 2 de diciembre, la propuesta beneficiará a los creadores ya que se busca recuperar el derecho creativo como derecho humano que sólo puede ser ejercido por las mismas personas naturales que han creado las obras. Esto evitará la usual expropiación por parte del sector industrial y otorgará capacidad de negociación a los artistas y escritores.
En el marco de la misma Feria el periodista Angel Sorkin aprovechó la oportunidad de formular varias preguntas a dos de los ponentes invitados a ese mismo foro. Se trata de Colin Darch, bibliotecario de la Universidad de Cape Town, Suráfrica y Lilian Alvarez Navarrete, abogada y organizadora de la Red en Defensa del Conocimiento y la Cultura para Todos. He aquí sus respuestas.
/*1-En el contexto actual, con una industria editorial cada vez más concentrada y transnacionalizada ¿cuál es el estado actual de la lucha por «un mundo sin copyright»? */
*/Lilian Alvarez:/ *Precisamente esa industria editorial cada vez más concentrada y transnacionalizada es la que ha llevado a la búsqueda de alternativas. El actual sistema tal y como está hoy en día conformado se acerca al mayor de los absurdos y es el resultado de la presión sin límites de esta industria y del resto de las llamadas industrias del copyright, o sea, las que obtienen sus inmensas ganancias a partir del ejercicio de estos derechos exclusivos que pueden ser comprados y vendidos (aunque en algunas ocasiones formalmente se intente demostrar lo contrario). Estas industrias han llevado al sistema al fracaso pues se ha sobredimensionado la protección a la inversión, dejando a un lado la verdadera protección al autor y a los derechos de la sociedad en general. La lucha por un mundo mejor es el resultado natural de esa otra lucha por la acumulación cada vez mayor de las riquezas en manos de unos pocos en detrimento de los derechos más elementales del resto de la sociedad.
/*Colin Darch:* /La industria editorial se encuentra cada vez más concentrada y globalizada, es cierto, especialmente en lo que respecta a las grandes empresas multinacionales de multi-media, tales como Disney, Sony, Bertelsmann, Viacom o Vivendi. Las casas editoriales de libros forman parte de estas empresas y en vez de publicar libros importántes por su trascendencia, pretenden principalmente publicar libros rentables por sus ganancias potenciales. Es así que el asunto de la calidad comienza a desaparecer. El problema enfrentado por estas empresas tiene que ver principalmente con sus planes comerciales, organizados alrededor de la idea de los grandes éxitos. Es lo mismo en la edición de libros que en la producción de películas o la grabación de música. Todo el mundo está en búsqueda de un ‘/blockbuster/’ o éxito de ventas. Por eso la protección de la propiedad intelectual se vuelve cada vez más fuerte.
Existe una tendencia opuesta, que es la ‘/fuente/ /abierta/’, ‘/Creative Commons/’, ‘/copyleft/’, etc. Esa tendencia siempre existió, es una tensión absolutamente normal dentro del discurso sobre los derechos de autor: el problema, por lo tanto, es que estamos perdiéndo el equilibrio entre los intereses del público y los intereses de las empresas. Pero las personas tienen en sus manos las herramientas técnicas para hacer lo que ellas quieran – reproducir CD, copiar y compartir películas, libros, etc. Desde cierta perspectiva, pueden argumentar que la ley está muy rezagada detrás de la realidad. ¿cómo volver a meter al gato dentro de la bolsa? Es algo imposible, pero es el objetivo principal del capital. Veo dos rayos de esperanza.
Uno es que económicamente el valor real de la información cosificada (es decir, en la forma de un archivo digital) se está aproximándo a cero, especialmente en lo que se refiere a los ejemplares secundarios. También están siendo desarrolladas nuevas estratégias, tales como la de ‘/Tecno-brega/’ en Brasil, o la de Prince en la serie de recientes actuaciones en Londres, cuando hizo una distribución gratuita del último CD como material publicitario. Es lo contrario al sistema en el cual el ‘objeto físico’ es el producto cultural en sí mismo. Algo muy perturbante.
Otro rayo de esperanza es que la opinión pública está cada vez más consciente de estos asuntos. Chistes en las películas, caricaturas en los diarios y revistas muestran que eso es cierto. Cuando una persona que viola las leyes del /copyright/ se halla penada con una multa de de 250.000 USD, como ocurrió hace poco este año 2007, es obvio para todo el mundo que hay problemas con el propio sistema, que es una situación cruel, absurda y ridícula.
/*2- Qué perspectiva filosófica o visión del mundo hay detrás de esta lucha? */
*/Lilian Alvarez: /*Está, ante todo, una idea de justicia social, de respeto a la verdadera creatividad, de protección a la cultura en toda su diversidad. El acceso a la cultura no puede depender de la capacidad de pago de los individuos, así como la protección al creador no puede depender de la capacidad que tenga su obra de generar ingresos. El mercado no puede ser el único escenario en el que se desenvuelva la cultura, se necesitan otros espacios, protección de otro tipo, desvinculada de los ingresos que puedan o no generarse con la explotación comercial de las obras. Solo así se podrán preservar expresiones culturales valiosas, lenguas minoritarias, se podrá dar espacio a la experimentación, podrá garantizarse una amplia libertad creativa y se podrá dar acceso a la cultura a las grandes masas. Hay que tener en cuenta que creador no es sólo el autor de best sellers, eso es sólo una pequeñísima parte, la aceptada por el mercado, y esta condición no siempre está unida a la calidad, y a la creación auténtica. Cuando las reglas del mercado se imponen se tiende a «fabricar» el producto para que se pueda vender, y difícilmente se asumen riesgos que culturalmente, es necesario asumir.
/*Colin Darch:* /En primer lugar, nosotros, los seres humanos, tenemos obligaciones sociales y morales entre nosotros, para que en la medida de lo posible no repitamos los grandes errores del pasado. Alcanzar un objetivo como ese implica que tenemos que tener disponible todo el conocimiento científico de nuestros contemporáneos y de nuestros antepasados; para fines educativos, investigativos y divulgativos. Fue exáctamente por eso que estudié para ser bibliotecario universitario y continúo siéndolo ahora. Lógicamente cualquier ley, regla o práctica que funciona como un obstáculo entre esos conocimientos o hasta hipótesis (sean escritos, grabados o filmados) y los usuarios potenciales o reales, por fines de lucro a corto plazo, yo diría conscientemente que representan de hecho un obstáculo contra el bienestar humano. Esto, especialmente y sobretodo, es verdad en lo que se refiere a los problemas de pobreza, ignorancia, división, sufrimiento y miseria de los países del Sur.
El acceso a la educación es un derecho humano y el acceso a las informaciones necesarias para la ciudadanía es un derecho civil, según mi entender.
/*3-¿Representa la Revolución Bolivariana una oportunidad política histórica en la profundización de esta lucha? ¿En qué medida? */
*/Lilian Alvarez: /*Esa respuesta se la dejo a sus protagonistas. Sólo el pueblo venezolano puede decidir el rumbo de su proceso político. No obstante creo que, en el mundo de hoy, oponerse a los sistemas excluyentes e injustos lleva implícito una nueva visión en el tema de los derechos de autor. Este sistema, a mi juicio, debe defender verdaderamente la creación y esto sólo puede lograrse defendiendo al creador frente a las empresas titulares de derechos, que en la mayor parte de las veces han adquirido estos a cambio de sumas irrisorias o a través de contratos leoninos, protagonizando auténticos despojos. Una sociedad más justa implica el equilibrio entre los intereses del autor sobre su obra, los de la sociedad a acceder a los conocimientos y a la cultura y los de los intermediarios que participan en este proceso de acercar las obras al público receptor. Por otra parte, el estímulo a la creación no puede reducirse a un pago por el uso de una obra después de terminada, tiene que ver también con la creación de condiciones a nivel social que incentiven la creatividad y permitan el desarrollo del talento, y esto comienza con garantizar los más elementales derechos humanos, con la alfabetización, y continúa con elevar los niveles de escolaridad, con acercar las artes al ciudadano común, con promover y difundir las culturas tradicionales. En esto la Revolución Bolivariana ya está dando muy importantes pasos, pero repito, son sus actores quienes definirán su lugar en esta lucha.
/*Colin Darch:* /Claro que si. En el mundo posterior a 1989, cualquier perspectiva revolucionaria, en el sentido de ofrecer alternativas al triunfalismo del capitalismo, representa una señal de esperanza para los pobres y oprimidos. Necesitamos en este mundo ejemplos concretos de cambio revolucionario, necesitamos posibilidades abiertas. Venezuela tiene recursos económicos suficientes para concretar algunas cosas, especialmente en el proyecto de integrar nuevas concepciones de derechos de autor en la Constitución. Los brasileños ya consiguieron algunas conquistas en el área de los medicamentos genéricos y las patentes. ¡Que los venezolanos logren una victoria en el área del ‘/copyright/’!.
Sin embargo, debo decir que para la gente de África del Sur no es nada fácil conocer la naturaleza y los detalles de esas luchas en Venezuela.
/*4- ¿Puede el concepto de ‘propiedad’ ser cuestionado para cambiar el sistema del derecho de autor? */
*/Lilian Alvarez:/ *Desde los inicios el derecho de autor se consideró un derecho /sui generis/. Por ejemplo el derecho de propiedad no nace limitado en el tiempo, ni concurre al mismo tiempo con otro derecho de propiedad como sucedería respecto al derecho sobre el soporte de las obras. Derecho de propiedad y derecho de autor son derechos de naturaleza diferente. Lo que ha sucedido es que al someterse las obras del intelecto, en este caso, las obras artísticas y literarias al mercado, fue necesario transformar este derecho en algo que fuera valorable, comprable y vendible, y por eso primó la interpretación que intenta asemejarla a un tipo de propiedad. No obstante, en la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea de Naciones Unidas en el año 1948 [1] vemos que en su artículo 27 está incluido el derecho de autor como un derecho humano, en sus dos vertientes: el derecho de toda persona a tomar parte en la vida cultural de la comunidad y a gozar de las artes, y el derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
No obstante, bajo el influjo de la OMC quedó sacralizado el termino de «propiedad intelectual» para agrupar los derechos relacionados con la propiedad industrial y el derecho de autor y ambas comenzaron a incluirse en las diferentes variantes de acuerdos comerciales desde los ADPIC hasta la propuesta del ALCA, pasando por las diferentes propuestas bilaterales de TLC. La consideración del derecho de autor como un derecho de propiedad lo aleja de su contenido cultural y lo sitúa en el mismo lugar que la propiedad sobre mercancías tradicionales. Esta visión lo despoja de su esencia pues se relega su valor como portador de elementos de memoria e identidad nacional, de valores y de formas de ver la vida. Este tratamiento oculta el peligro del comercio desigual y desbalanceado en este tipo especial de «producto» que garantiza la imposición de la cultura de aquel que tiene más poderío económico, o sea, del exportador y se destruye o aniquila la de aquel que la recibe. No es una casualidad que el mayor exportador de productos de las «industrias del copyright» sean los EEUU y los mayores importadores, los países subdesarrollados del Sur.
*/Colin Darch:/* Me parece que si. El problema es que el concepto de ‘propiedad intelectual’, es incoherente. Primero porque existe como una categoría de ‘propiedad’, lógicamente equivalente a los conceptos de ‘bienes muebles’, ‘bienes inmuebles’, etc, o existe como ‘propiedad intelectual’, lógicamente equivalente a la propiedad en sí.
Bueno, en el primer caso, la dificultad es que esos conceptos de ‘bienes’ han existido desde la antiguedad, mientras que la ‘propiedad intelectual’ sólo apareció en los años 1840. Por lo tanto, no hay precedentes suficientes para definir lo que hay en común entre las patentes, el ‘/copyright/’, las marcas registradas, etc.
Por otro lado, en caso de que el concepto pueda ser considerado como ‘propiedad intelectual’, equivalente a la propiedad en sí, no es en realidad una forma ni una especie de propiedad, sino un concepto diferente. Así, podemos ver que un título de propiedad particular para fines comerciales tiene menos importáncia que los derechos morales tales como el derecho de asentar la autoría o la integridad del texto.
Todo eso, claro, dentro de una problemática que acepta desde yá que el sistema dominante del mundo actual es el capitalismo. Una vez que abrimos las posibilidades de alternativas al capitalismo, un debate sobre el cuestionamiento del concepto de propiedad asume un carácter bién diferente!
[1] Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (París el 10 de diciembre de 1948) _http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm/
Parte de la entrevista fue traducida por R. Carreño.