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“Que se vayan todos”

Fuentes: Rebelión

Vamos llegando al final del 2020, un año complejo, con muchas pérdidas y regresiones. Se fueron muchas personas queridas, amigos, militantes: una peste –al decir de Albert Camus- que vino a visibilizar lo que veíamos de costado y todavía percibimos como natural e inalterable.

La profunda desigualdad social que se produce en una sociedad regida por las leyes del mercado, donde el capital, la mercancía y la competencia (el otro es mi enemigo) conforman nuestros vínculos. Casi la mitad de la población del país pervive empobrecida… ¿Y qué dicen desde las castas políticas? ¡Que la pandemia es la responsable! No señores: ustedes son los responsables principales, sus partidos y organizaciones juegan a reproducir lo establecido; puro chamullo, puras propuestas legislativas, “metas” medidas y reformas económicas… pero el orden social e histórico permanece igual: perverso, opresor e inhumano para las grandes mayorías y los trabajadores. 

Aunque es verdad que no debemos hacernos los sotas: nosotros “bancamos” y “toleramos” a estos dirigentes “burgueses” que nos llevan a la barbarie. Sí, “burgueses”, en el sentido que naturalizan que la riqueza solo la produce unos pocos…Para los “burgueses” (y la democracia que ellos reproducen) la riqueza solo la producen los empresarios… ¡Nada más lejos ni mentiroso que esa definición! Somos los trabajadores (mano, cerebro, corazón, palabras y sueños mediante) quienes ponemos en marcha este mundo: pasa que las relaciones sociales de producción nos cosifican, nos alienan, y ellos, los empresarios, se quedan no únicamente con las ganancias y el poder sino también con los conocimientos históricamente producidos por los laburantes.  

Vamos a tener que ir aprendiendo (la necesidad nos va a conducir a ello) que tenemos que edificar otro tipo de sociedad: con otros valores, actitudes, principios, relaciones e ideales. ¿Hará falta otra rebelión como la del 2001 pero donde ahora sí se vayan todos estos bárbaros vividores del Estado chupasangre de los laborantes? 

Un oyente me dijo una vez que debo adjetivar menos en los comentarios. Pues bien, al decir de Inés Rosbaco: dime que adjetivos usas y te diré quién eres… ¿Qué les molesta? ¿Los adjetivos o la realidad concreta que describimos? ¿Cómo adjetivar la visita de Alberto Fernández a las compañías señeras del capitalismo de nuestra región? Una reunión de parásitos, gorrones, sablistas… 

En definitiva, en tiempos de feminismo y pañuelos de diversos colores, viene bien cerrar este comentario editorial recordando a Rosa Luxemburgo: “Así nos encontramos hoy, tal como lo profetizó Engels hace una generación, ante la terrible opción: o triunfa el imperialismo y provoca la destrucción de toda cultura y, como en la antigua Roma, la despoblación, desolación, degeneración, un inmenso cementerio; o triunfa el socialismo, es decir, la lucha consciente del proletariado internacional contra el imperialismo, sus métodos, sus guerras”. 

A modo de pregunta… ¿qué significa hoy esa consigna del 2001 “que se vayan todos”?