Diego Pary, responsable de la formación universitaria en Bolivia, explica en esta entrevista las claves de las nuevas universidades indígenas, con las que se persigue «recuperar los conocimientos indígenas, originarios, campesinos, y complementarlos con los conocimientos de otros pueblos, utilizando para ello la mejor tecnología». ¿Cuáles son los objetivos de estas universidades? Buscamos una nueva […]
Diego Pary, responsable de la formación universitaria en Bolivia, explica en esta entrevista las claves de las nuevas universidades indígenas, con las que se persigue «recuperar los conocimientos indígenas, originarios, campesinos, y complementarlos con los conocimientos de otros pueblos, utilizando para ello la mejor tecnología».
¿Cuáles son los objetivos de estas universidades?
Buscamos una nueva forma de educación que parta de lo teórico, lo práctico y lo productivo, tres elementos que deben ir unidos. No se trata sólo de aprender qué es un árbol, sino que esos conocimientos se lleven después a la práctica, que el alumno vuelva a su comunidad y pueda contribuir a su desarrollo forestal, por ejemplo. No queremos que las universidades aíslen a los estudiantes de su entorno, o que les vayan aculturando. Lo que queremos es que formen profesionales comprometidos en el desarrollo local, y que los proyectos sean asumidos por cada una de las colectividades. Por eso, las carreras están relacionadas directamente con la actividad de la comunidad, del pueblo indígena o de la región.
Se anuncia que su metodología será adecuada a las formas comunitarias de desarrollo. ¿Qué significa esta afirmación?
Las universidades siempre han sido administradas desde arriba, con alguien que decide al margen de lo que la comunidad piensa o de lo que los estudiantes proponen. Buscamos una nueva forma de estructurar y organizar las universidades. Aquí, los que deciden el funcionamiento son las comunidades, en las que se debate y se toman decisiones colectivas. Esto es así porque creemos que la educación no es sólo un derecho individual, también es colectivo, y la idea es que cada comunidad pueda decidir qué es lo que quiere para sí misma.
Hasta ahora, los pueblos originarios se veían prácticamente excluidos de las universidades.
La educación superior siempre fue excluyente, y quienes veníamos de pueblos indígenas, originarios y campesinos, nunca tuvimos la posibilidad de acceder a ella, o quienes lo conseguimos fuimos muy pocos. Por eso, la demanda de los pueblos fue histórica en el sentido de tener una educación propia, una universidad que recoja nuestros conocimientos y los proyecte al mundo.
¿Qué lugar han tenido hasta ahora las lenguas originarias en el sistema educativo?
Hace diez años se incorporó el tema de la multiculturalidad y el bilingüismo, pero supuso una reducción de la visión intercultural bilingüe, ya que lo que se hizo fue únicamente recoger conocimientos occidentales, cambiarlos a otra lengua y enseñarlos. Lo que queremos es estudiar en nuestra lengua, pero también recuperar nuestro propio conocimiento. En este sentido, las universidades indígenas recuperan los conocimientos indígenas, campesinos, y los complementan con otros conocimientos de otros pueblos, utilizando la mejor tecnología.
Para la puesta en marcha del proyecto, están impulsando convenios de colaboración con otros países y universidades.
Hace unas semanas tuvimos la visita del canciller paraguayo y trabajamos la idea de realizar un convenio de apoyo a nuestra universidad, fundamentalmente en el tema de producción de materiales y el manejo de la lengua en procesos educativos. También iniciamos un trabajo con la universidad de Mondragón, para que puedan apoyarnos en la formación docente a través de la experiencia que se ha tenido en el País Vasco en el desarrollo de conocimientos propios en lengua propia. Y en otro ámbito, en junio tendremos un encuentro internacional de las universidades indígenas. Hay centros similares en Ecuador, Nicaragua, Colombia, México… El objetivo es poder articularnos para plantear una nueva forma de hacer educación superior universitaria.
Bolivia ya cuenta con universidades indígenas
El Presidente de Bolivia, Evo Morales, inauguró el 11 de abril las tres primeras universidades indígenas del país, que impartirán sus clases en aymara, quechua y guaraní. La creación de estos centros, cuya actividad académica arrancará en julio, se enmarca en un proyecto que se extenderá a otras poblaciones del país y que pretende fundar 25 universidades tecnológicas. Con ellas se quiere «descolonizar al país ideológicamente y culturalmente», así como recuperar el conocimiento, la cultura y las formas de organización de los pueblos indígenas originarios.
Estas universidades son parte del sistema educativo plurinacional recogido en la nueva Constitución. Plantean la educación plurilingüe, con una formación académica en la lengua de cada pueblo y el aprendizaje del castellano y de un idioma extranjero.
Las carreras están ligadas a las actividades productivas de cada lugar. Así, la Universidad Aymara Túpac Katari, en Warisata (La Paz), impartirá agronomía altiplánica, industria de alimentos y textil, veterinaria y zootecnia. La de Quechua Casimiro Huanca, en Chimoré (Cochabamba), enseñará piscicultura, agronomía tropical e industria de alimentos y forestal. La Universidad Guaraní y Pueblos de Tierras Bajas Apiaguaiki Tumpa, en Kuruyuki (Chuquisaca), ofrecerá estudios en hidrocarburos, piscicultura, veterinaria y zootecnia.
Si bien en los aspectos generales e institucionales tienen rectores y docentes, «no seguirán el modelo tradicional», señaló el ministro de Educación, Roberto Aguilar. Explicó que los centros tendrán una forma de organización comunitaria, siendo las propias comunidades indígenas las que designen a los estudiantes que puedan ir a la universidad y delante de quienes el alumno presentará sus resultados, ya que los titulados tendrán el compromiso de volver a sus pueblos y aplicar en ellos los conocimientos adquiridos.
Precisó que estas tres primeras universidades indígenas serán las más modernas del país en cuanto a recursos tecnológicos y que estarán interconectadas a través de un «sistema avanzado y computarizado». De hecho, el acto inaugural se celebró simultáneamente en las tres localidades a través de una videoconferencia.