Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Sería difícil pensar en alguien que haya hecho más por disminuir las libertades en EE.UU. que Joseph Lieberman.
Desde el 11-S, el senador independiente de Connecticut ha introducido un montón de leyes en nombre de la «guerra global contra el terror» que han erosionado continuamente los derechos constitucionales. Si EE.UU. parece cada vez más un Estado policial, gran parte de la culpa es del senador Lieberman.
El 11 de octubre de 2001, exactamente un mes después del 11-S, Lieberman presentó la S.1534, una ley para establecer un Departamento de Seguridad Interior. Desde entonces ha sido el mayor ponente detrás de la legislación tan draconiana como la Ley Protege EE.UU. de 2007, la Ley de Interrogación, Detención y Procesamiento de Enemigos Beligerantes de 2010, y la propuesta Ley de Expatriación de Terroristas, que revocaría la ciudadanía de estadounidenses sospechosos de terrorismo. Y ahora el senador de Connecticut quiere destruir Internet.
Según la ley que presentó recientemente en el Senado, todo Internet global se reivindicará como un «activo nacional» de EE.UU. Si el Congreso aprueba la ley, el presidente de EE.UU. recibiría el poder para «matar» Internet en caso de una «emergencia cibernética nacional». Partidarios de la legislación dicen que es necesaria para prevenir un «11-S cibernético» -otro mito más de los que se dedican a infundir temor, los que nos crearon cuentos de «armas de destrucción masiva de Iraq» y «bombas nucleares iraníes»-
Las preocupaciones de Lieberman por Internet no son nuevas. El Comité sobre Seguridad Interior y Asuntos Gubernamentales del Senado de EE.UU., presidido por Lieberman, publicó un informe en 2008 titulado «Violento extremismo islamista, Internet, y la amenaza terrorista interior». El informe afirma que grupos como al-Qaida utilizan Internet para adoctrinar y reclutar miembros y para comunicarse.
Inmediatamente después de la publicación del informe, Lieberman solicitó a Google, la compañía madre de YouTube, que «eliminara de inmediato contenidos producidos por organizaciones terroristas islamistas». Podría sonar como una solicitud razonable. Sin embargo, en lo que a Lieberman se refiere, Hamás, Hizbulá e incluso la Guardia Revolucionaria Iraní son organizaciones terroristas.
No es sorprendente que los puntos de vista de Lieberman sobre lo que constituye terrorismo coincidan con los de Tel Aviv. Como dijo una vez Mark Vogel, presidente del mayor Comité de Acción Política [PAC] pro Israel en EE.UU.: «Joe Lieberman, sin excepción, ni condiciones es el defensor Nº 1 pro Israel y líder en el Congreso. No hay nadie que haga más a favor de Israel que Joe Lieberman.»
Lieberman ha sido bien recompensado por su patriotismo -hacia otro país distinto del suyo- En los últimos seis años, ha sido el máximo receptor de contribuciones políticas de comités de acción política pro Israel con la asombrosa cantidad de 1.226.956 dólares.
Pero ¿qué es lo que molesta tanto a Lieberman en Internet? ¿Será que permite que los estadounidenses de a pie tengan acceso a hechos que revelan exactamente el tipo de «amigo» que ha sido Israel hacia su súper-generoso benefactor? Hechos que les han ocultado los medios dominantes favorables a Israel.
¿Cuánta fe tendrían los votantes estadounidenses en gente como Lieberman, quien afirma que el Estado judío es su mejor aliado, si supieran que agentes israelíes colocaron bombas incendiarias en instalaciones estadounidenses en Egipto en 1954 en un intento de afectar las relaciones entre Nasser y EE.UU.?; ¿que Israel asesinó a 34 marines estadounidenses en un ataque deliberado contra el USS Liberty el 8 de junio de 1967?; ¿que el espionaje israelí, sobre todo el espía Jonathan Pollard, ha hecho un daño inmenso a los intereses de EE.UU.?; ¿que cinco agentes del Mosad estaban filmando y celebrando cuando las Torres Gemelas colapsaron el 11 de septiembre de 2001?; ¿que Tel Aviv y sus cómplices en Washington fueron la fuente de la falsa inteligencia sobre Iraq previa a la guerra, e innumerables otros ejemplos de traición?
En su último intento de censurar Internet, ¿quiere realmente Lieberman proteger al pueblo de EE.UU. de imaginarios ciber-terroristas? ¿O trata sólo de proteger a sus traicioneros compinches contra el pueblo estadounidense?
Maidhc Ó Cathail es un escritor ampliamente publicado, basado en Japón.
© Copyright Maidhc Ó Cathail , Khaleej Times, 2010
Khaleej Times – 9 de junio de 2010
Fuente: http://www.globalresearch.ca/
rCR