Ha habido de todo. Radio UNAM1 verá llegar en 2007 su aniversario número 70. Mucho para evaluar en horas difíciles para un México militarizado, reprimido y secuestrado por las mafias mass media. No pocas fuentes auguran que habrá una modernización profunda de la Radio UNAM y eso necesariamente debiera significar «modernización» de sus conceptos radiofónicos […]
Ha habido de todo.
Radio UNAM1 verá llegar en 2007 su aniversario número 70. Mucho para evaluar en horas difíciles para un México militarizado, reprimido y secuestrado por las mafias mass media. No pocas fuentes auguran que habrá una modernización profunda de la Radio UNAM y eso necesariamente debiera significar «modernización» de sus conceptos radiofónicos y auto-crítica de sus tesis comunicacionales. Para no ser más de lo mismo…
Una y muchas veces es preciso recordar el trabajo de todos aquellos que a lo largo de 70 años han contribuido a mejorar la calidad conceptual y técnica de la emisora. Trabajadores que solidariamente han puesto de más, que han traído discos de su casa, libros, apuntes… que dedicaron más tiempo que otros, más energía, más certeza, más fortaleza con el objetivo hacer sobrevivir un espacio cultural indispensable para entender el México moderno de manera cabal y dinámica. Esa radio posee un lugar privilegiado y una significación única en el universo cultural, educativo y comunicacional mexicano. Pocas radio-difusoras cuentan con todo lo que implica el tesoro científico de una casa de estudios como la Universidad Nacional Autónoma de México. Tesoro para ser comunicado con el mundo… tesoro para ser comunicado con la Universidad misma.
Radio UNAM es una conquista del pueblo mexicano que en su historia expresa la historia misma del país. En eso es absolutamente transparente, para bien o para mal. Y Radio UNAM, además, forma parte de la historia misma de los medios de comunicación mexicanos donde ha debido cumplir un papel absolutamente desigual, desventajoso y no pocas veces victimado por prejuicios, incomprensión, falta de recursos y trampas «naturales» (dicen algunos) en las refriegas mercantiles para ganar audiencias. Radio UNAM que no es, no puede ser y no será parte, partícipe ni cómplice de aventuras mercachifles, ha tenido que sortear, lo más dignamente posible, las tarascadas de las faunas comerciantes. Y ha sobrevivido.
Nada de eso le cae del cielo. Sostener una radiodifusora con las características de Radio UNAM, en un contexto como el de México durante los 70 años pasados, sólo es posible si se pondera correctamente el trabajo esmerado de los técnicos, programadores, locutores, guionistas, realizadores y directivos… que mejor han entendido su papel en la historia cultural del país y en su contribución a la radio mexicana. Y eso no es poca cosa aunque falte mucho.
En su cumpleaños 70 Radio UNAM entrega cuentas diversas como emisora distintiva de un cierto quehacer en la cultura cuya responsabilidad, nada sencilla, radica en elevar el nivel de conciencia del usuario y al mismo tiempo constituirse en espacio de comunicación capaz de reflejar las problemáticas sociales, científicas, humanísticas y políticas más importantes de la Universidad, de México y del mundo. Entrega cuentas sobre la conquista de un gran número de oyentes y entrega cuentas sobre una experiencia, rica e innovadora, en no pocos géneros de la producción de programas mayormente orientados al interés comunitario y donde no pocos usuarios han encontrado lugar para intercambiar conocimientos y hacer encuentros con lo mejor del conocimiento. Todo eso de la mano de una base tecnológica que se ha actualizado, con el ritmo de las limitaciones económicas, hacia la era digital que ya hoy le permite atesorar documentos invaluables de nuestra historia radial, testimonio vivo para la divulgación científica, el debate artístico, político… en fin, para la discusión teórica y práctica, incluso aquella relacionada con la historia propia de la radiodifusión mexicana en el desafío de re-diseñar permanente del trabajo radiofónico. Y Radio UNAM es hoy por hoy un referente principal.
Así se inauguró: «En nombre del rector, declaro inaguradas las audiciones de nuestras estaciones transmisoras. De esta forma la Universidad hace oír nuevamente su voz de siglos, la labor de su cuerpo colegiado, de sus médicos, de sus abogados, de sus ingenieros, de todos sus catedráticos, de los que sirven al país del que la Universidad es esperanza y quiere ser ejemplo…» «Tiene (la Universidad) un amplio programa de extensión cultural por medio de la radio… no sólo para todo el país, también para el extranjero...» «Nuestras estaciones estarán al servicio del país para el intercambio de ideas políticas y sociales. Por ellas podrán transmitirse todas las tendencias, todas las ideologías pues nuestra labor es para servir desinteresadamente a las clases imposibilitadas de congregarse aquí. Estaremos pues, al servicio de la cultura y al servicio del arte.» «En alas de ese instrumento prodigioso, la Universidad Nacional se ofrece al país, queriendo que se le escuche y se le juzgue«. Alejandro Gómez Arias2
Celebrar no impide ser crítico.
Radio UNAM, la estación radiofónica de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue fundada el 14 de junio de 1937. Pronto quedó atrapada en esa idea de cultura snob impulsada por ciertos intelectuales que producen cultura burguesa entre tedio y mediocridad burocrática. Al grito demagógico de «cultura para el pueblo» en radio UNAM (amplitud modulada y frecuencia modulada) han gastado horas y horas en repetir, por ejemplo, «música clásica» cuya excelencia no encuentra fácilmente anclas en la realidad educativa y cultural de un pueblo, luchador hasta el desmayo, saqueado, en la miseria y en la barbarie. Horas de música patrimonio humano, huérfana de contexto educativo, arrojadas a la audiencia con la inclemencia insensible de algunos «iluminados». Música valiosa devaluada frecuentemente por el método de divulgación.
Ante los micrófonos de Radio UNAM han desfilado protagonistas de todo tipo… eso, dicho así parecería un mérito si uno no repara en los porcentajes. También por sus oficinas, especialmente las de los directivos, han transitado muchos de los aborígenes más nefastos de la burocracia intelectual y orgánica. Algún día habrá un recuento crítico y una auditoria profunda que ponga en claro, peso sobre peso, para qué ha servido una Radio tan poderosa y necesaria. Cómo se han servido de ella muchos burócratas de coyuntura. Radio UNAM, 70 años más tarde, sigue en deuda con el país que, vía impuestos (degenerados y bajo sospecha), la financia y la espera…
No hay duda de que en México ocurre un cambio sustancial (desigual combinado) en los medios de información y eso alcanza a sentirse en Radio UNAM, pero ese cambio no puede atribuirse a una dádiva del sistema, menos en estas horas en que reina el fraude y la represión neofascista en casi todo lo que el gobierno hace y dice. Ese cambio en los medios, todavía incipiente e incierto, viene desde abajo, desde los trabajadores y desde los mejores luchadores que, de un modo u otro, ponen al micrófono la voz de los sin voz…la voz misma de las luchas silenciadas a punta de patadas, balazos y procesos judiciales tan espurios como la pandilla que secuestró al gobierno. Radio UNAM con 70 años de edad no es ajena al cerco de la censura en sus variables más diversas y odiosas, (cosa que no sólo le ocurre a ella) Aun hoy no logra imbricarse en la dinámica cotidiana de las mejores luchas mexicanas, ni en el campo de las ciencias, la educación, la cultura, el arte… ni en el campo de la construcción de organizaciones democráticas y revolucionaras de obreros, campesinos, estudiantes, profesores… todavía es una radio de «boletines informativos» más o menos «progres», más o menos plurales, que pretenden dar por saciada el hambre de información de un pueblo hundido en la peor inanición periodística de su historia. Radio UNAM no deja de ser una ilusión pequeño-burguesa que cree que con palabrería sesuda e ilustrada, entre los acordes magistrales de los «grandes clásicos», se sacará al pueblo de su «atraso». Mientras las mejores luchas populares van adelante años luz.
Ser exigente no implica ser intransigente.
A 70 años uno debe ser muy exigente con Radio UNAM. Su papel en el espectro comunicacional mexicano no puede gozar de excusas ni de auto-complacencia. Radio UNAM no puede traicionarse con retórica «políticamente correcta» para quedar bien con todos. Ya hemos tenido demasiado de esa payasada. Uno debe ser muy exigente con una radio que cuenta con especialistas de todo tipo y de primer nivel para diagnosticar y discutir la realidad mexicana y mundial, detectar los males peores y diseñar acciones colectivas inmediatas, con la radio como ayuda, para una lucha sin cuartel contra la alienación en todas sus modalidades. Elevar el nivel del debate y la acción. He ahí la Facultad de Economía, la de Filosofía, la de Ingeniería, la de Medicina… todas, que (sacando los parásitos que las inundan) cuentan con inteligencias, dignas todavía, comprometidas con la libertad económica, política y espiritual del pueblo. Radio UNAM no puede transmitir ambigüedades a la hora en que es imperativo abrir los libros contables del país… estudiar todas nuestras riquezas y saber quién se las roba, por qué no las disfrutan los trabajadores que las producen y qué papel juegan los burócratas cómplices del hurto empresarial, ladrones también de los que hay miles y miles espurio todos. ¿En Radio UNAM saben contar? No puede quemar su potencialidad transformadora en un soliloquio de auto-halagos.
Uno debe ser muy exigente con Radio UNAM irreverente e irónico contra toda excusa de la clase política responsable de dirigir la emisora y que quiera esquivar los desafíos reales. Radio UNAM inexplicablemente no es el paradigma de un periodismo distinto ni de una comunicación socializada atada al pulso diario de las transformaciones que gestan los pueblos… ¡pese a contar con toda un repertorio de profesores, investigadores, alumnos y especialistas en comunicación, mexicanos y de todo el mundo! Radio UNAM tiene la opción de convenios, presupuestos, financiamientos, becas y ayudas especiales para emprender cualquier desafío vanguardista en comunicación radiofónica capaz de poner a la Radio UNAM a la cabeza de las mejores luchas mundiales y por un México mejor en todos sentidos.¿Qué esperan? ¿Qué pasa? Por qué no grita a todas horas, de todas las maneras, a todo pulmón… al lado de las mejores luchas: ¡Paren la represión contra Oaxaca, Zongolica, Atenco, San Luis Potosí…!
Radio UNAM no puede ser dirigida por un staff burocrático con criterios políticos y administrativos coyunturales para una cultura burguesa y decorativa, por más buenas intenciones que santifique y sueldos «decorosos» que reparta. Radio UNAM debe ser dirigida de manera colegiada por especialistas representantes de movimientos sociales de base, con los proyectos científicos de comunicación más avanzados dispuestos a generar un cambio radical en la radio y en el país. Radio UNAM debe ser dirigida con un programa científico de transición comunicacional al servicio de la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad… es decir, la ciencia a la disposición de un pueblo en lucha.
Radio UNAM no puede estar dominada por una concepción de la cultura, de la información, el debate o la opinología aletargadas en un romance con el ciclo de los cheques o con los ritmos de las becas prebendarias. ¡Es la Radio de la UNAM! todavía tardía, difícil y contradictoria. 70 años muchas veces monólogo del poder camuflado con prestigio culturoso, lo habremos escuchado miles de veces, intenso, sumiso, impuesto a cambio de concesiones beneficiarias de «anda a saber quién». No pocas iniciativas de trabajadores dentro y fuera de Radio UNAM han sido motores de una valoración auto-crítica sensible y seria. Aquí se omitirán sus nombres, no sea la de malas que la represión de moda, financiada por el gobierno, como en Oaxaca, como en Atenco (que enfrentó y derrotó a los capitales más abusivos de gobierno, empresarios, clero y los mass media) como en miles de lugares; caiga sobre ellos… no sea que un problema gástrico se atraviese al lado del espionaje militarizado.
Radio UNAM ha sido espacio ejemplar para el pensamiento crítico, no hay duda, aun en dosis moderadas e individuales. Nadie niega la libertad de micrófonos que han tenido algunas de las plumas más dignas de México, no todas, y eso se agradece por la frescura que puede lograrse cuando de la radio fluye un pensar no complaciente que torna clara la conciencia sobre las urgencias de pensar y hacer concretamente. Pero Radio UNAM todavía ha de ganarse su credibilidad en la realidad de las luchas sociales más hondas donde no llega. Y que no llegue eso no sólo una lástima, una pérdida, una calamidad… es una fechoría, una tergiversación de objetivos y una afrenta social. Imaginemos una Radio UNAM siguiendo el ejemplo de la radio de la APPO, hace tan sólo unos meses, y perfeccionándolo. Una radio informando minuto a minuto sobre las decisiones organizativas de base de un pueblo que se defiende contra la represión ideológica, política, espiritual, policíaca y militar orquestada por un gobierno espurio y una manga de empresarios, parásitos de la clase trabajadora, contra las arremetidas degeneradas de los mass media burgueses. ¿Se podía pensar que en los tiempos de la alianza Azcárraga-Calderón sea posible que Radio UNAM haga una revisión crítica de sí, y del país, en un foro abierto de auto-evaluación y re-diseño coordinado por movimientos sociales que nombren representantes científicos coordinadores de semejante ejemplo? ¿O algo similar?
Hay que ser muy exigentes con Radio UNAM que lo tiene todo. Fuerza tecnológica, fuerza intelectual, fuerza política y fuerza social contenida en el alumnado y en la sociedad que, pagando los impuestos más infelices, la financia para que le sirva como motor de liberación frente a la ignorancia y frente al abuso de ese «conocimiento» privatizado que es poder explotador y contra ese «conocimiento» que es poder para saquear las riquezas naturales y laborales. Radio UNAM no puede sucumbir ante las vulgaridades comunicacionales de las cadenas informativas nacionales y extranjeras: Televisa, TV Azteca, CNN, BBC… que perpetran diariamente una masacre contra la verdad y contra la integridad psicológica del pueblo de México. Radio UNAM ni puede ser tibia, ni puede ser neutral ni puede ser «objetiva», eso implica ser cómplice de las aberraciones más monstruosas y cualquier silencio es más costos según pasa el tiempo.
Hay que celebrar 70 años de Radio UNAM desde ahora, siendo muy exigentes, proponiendo de inmediato que se abran los libros y las puertas, los micrófonos y las programaciones. Que se abran de inmediato y con orden, con ese orden que se impulse desde abajo y desde todos. Que radio UNAM sea un foro para la información y para la diversión inteligentes, sabrosa, humorística, revolucionaria e intransigente… la verdad a toda costa. La verdad como ética de praxis cotidiana. Radio UNAM como foro para pensar juntos la manera de terminar con tanta miseria, enfermedad, robo descarado, impune y desmoralizante. En los bancos, en las oficinas del gobierno, en el ISSSTE, en FOBAPOA, en PEMEX…
Radio UNAM foro para estudiar las mil maneras de acabar con el muro fronterizo, las mil maneras para que sean los trabajadores los que administren las «remesas» de los trabajadores, las jubilaciones de los trabajadores, la riqueza toda producida por los trabajadores. Debate contra la impunidad policial y militar. Contra la censura y la auto-censura. Contra la concentración monopólica de mass media. Contra la violencia, la provocación de los «porros»… la violencia y la provocación contra el pueblo. Contra la crimialización de las luchas anti-capitalistas, contra el linchamiento, encarcelamiento y proscripción de los lideres sociales de base…
Bien pudiera Radio UNAM ser un espacio abierto para todos los Movimientos Alternativos y con independencia semántico-política en materia de medios de comunicación a nivel mundial. Eso contribuiría muy pronto a que se convirtiera de verdad en la estación no sólo «cultural» más importante de América Latina. Eso ayudaría a que su tecnología radiofónica, con el cambio de equipos periféricos, consolas y sistemas de cómputo, fortalezca no sólo su onda corta y su señal sino además la libertad de pensamiento y el compromiso de movilización y organización social que es obligatorio para la ética de una radio universitaria con 70 años de edad. Radio UNAM transmite las 24 horas del día, los 365 días del año… en amplitud (AM) y en frecuencia modulada (FM). Y debería ser nuestra, de verdad, minuto a minuto. Salud y feliz cumpleaños, pues.
«Corriente Internacional de la Comunicación hacia el Socialismo»
¡Paren la represión contra Oaxaca, Zongolica, Atenco, San Luis Potosí…!
Todos contra la barbarie y la miseria. Todos contra la represión militarizada del calderonismo.
Existen en México mil 457 emisoras, de las cuales 319 son permisionadas (culturales, universitarias e indígenas) y las demás concesionadas (comerciales). En la zona metropolitana del DF hay al menos 56 estaciones radiodifusoras: 32 en A.M. y 24 en F.M. En el siglo XXI la radio en México es un servicio del que todavía no goza toda la población; incluso su recepción es limitada y algunos municipios no cuentan con una estación local. Mientras que en países como Estados Unidos existe una estación por cada 21 mil habitantes y en Argentina una por cada 22 mil, en México hay una por cada 67 mil personas. http://www.conaculta.gob.mx/saladeprensa/2002/23may/index.html
MexicoLA RADIO |
16 millones de radiohogares(México 1997) |
80 millones de radioescuchas(México 1997) |
2.5 horas promedio se escucha radio(D.F. 1997) |
1,342 estaciones radiofónicas(México 1998) |
Estaciones radiofónicas:847 AM, 479 FM y 16 onda corta1,137 concesionadas y 205 permisionadas(México 1998) |
Estaciones radiofónicas en la WWW:171 con páginas Web22 con transmisión en tiempo real(México 1999) |