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Rafael Correa, Julian Assange y los medios de comunicación

Fuentes: Rebelión

En mayo de 2012 se conocieron Rafael Correa y Julian Assange en una entrevista que le hizo por Internet el fundador de Wikileaks al Presidente ecuatoriano desde su prisión domiciliaria en Londres. Correa rompió el hielo con una irónica frase de Evo Morales: «el único país que puede estar seguro que nunca va a tener […]


En mayo de 2012 se conocieron Rafael Correa y Julian Assange en una entrevista que le hizo por Internet el fundador de Wikileaks al Presidente ecuatoriano desde su prisión domiciliaria en Londres. Correa rompió el hielo con una irónica frase de Evo Morales: «el único país que puede estar seguro que nunca va a tener golpes de estado es Estados Unidos, porque no tiene Embajada estadounidense». Assange suelta la risa. No cabe duda de la empatía que hay entre los dos. Se nota la admiración que existe del uno por el otro.

En la entrevista hablaron de la base estadounidense de Manta, que el Estado ecuatoriano cerró soberanamente durante su primer mandato. También hablaron sobre el intento de golpe de estado que sufrió Correa y sobre el tema de la prensa y la libertad de expresión.

 

Y precisamente sobre esto último, la coyuntura del asilo político a Julian Assange por parte de Ecuador, ha propiciado que algunos medios señalen la «incoherencia» de Correa porque según ellos el presidente protege a un «luchador por la libertad de expresión» cuando ha cerrado «una veintena de medios» de comunicación en los últimos años.

Asilar a Assange, ¿una incoherencia?

Se nos ha vendido falsamente la idea de lo que es Julian Assange. Si bien si puede decirse que es un símbolo de la libertad de prensa, no sólo es eso. También es un activista político que ha puesto en evidencia a los poderosos y promueve ideas para cambiar el mundo. Eso queda claro en su programa «El mundo del mañana», donde entrevista a personas que tienen visiones del mundo diferentes a lo que podría llamarse el discurso oficial del capitalismo mundial. Assange entrevista al intelectual norteamericano Noam Chomsky, a los miembros del movimiento Occupy Wall Street, al marxista Slavoj Sizek e incluso a un líder de Hamas, entre otros. Todas son muy interesantes y tienen en común el pretender cuestionar al capitalismo y el papel de Estados Unidos y de las potencias en el mundo.

Desde este punto de vista, y dado el talante del Presidente Correa, no me parece una incoherencia haberle concedido el asilo político. Es más, fue coherente también con la pretensión nacionalista de su gobierno (confirmada entre otras cosas por los Wikileaks) al reafirmar la soberanía del Ecuador con esa decisión que no sólo irrita al Reino Unido, sino también al prepotente Estados Unidos. Creo que Ecuador sentó un precedente importante para los países latinoamericanos en este sentido.

Ahora, en cuanto a la negativa del Reino Unido de otorgarle un salvoconducto a Assange para que pueda viajar a Ecuador, lo más probable que pase es que el asilado se quede viviendo un buen tiempo en la embajada. Los intereses que quieren impedir que Assange quede libre en Ecuador, son muy poderosos y van mucho más allá de unos presuntos cargos de abuso sexual que más parecen un montaje al estilo de «Saddam tiene armas de destrucción masiva» que una realidad.

Algunas preguntas sobre la libertad de prensa

Es evidente que entre sectores de la prensa ecuatoriana y el presidente Correa hay cuentas pendientes. De hecho, en la entrevista le dice a Assange que el intento de golpe de estado que sufrió en 2011 fue culpa de los «medios corruptos»; y también afirma que cinco de los siete canales de televisión privados que hay en Ecuador son propiedad de banqueros, y que cuando él intentó hacer una reforma a la banca para evitar una crisis, iniciaron una campaña mediática en su contra.

Yo no haré juicios de valor a esas afirmaciones ni daré mi opinión sobre quién tiene la razón, pero si quiero dejar unas inquietudes interesantes sobre las cuales vale la pena reflexionar también para el caso de Colombia, por ejemplo: ¿qué tan conveniente es para una democracia que los medios de comunicación sirvan como un instrumento de poder político de agentes económicos, alejándose así de lo que debería ser exclusivamente su función de informar y entretener?

Otra inquietud seria si la libertad de prensa y de expresión pueden llegar a desdibujarse de forma tal que sirvan como excusa para ocultar acciones políticas encaminadas a defender determinados intereses afines a los de los propietarios de los medios de comunicación, teniendo en cuenta que también son empresas con ánimo de lucro.

Y por último, ¿si un gobernante busca disminuir el poder del monopolio (oligopolio) de los medios de comunicación, regulándolos, estaría incurriendo necesariamente en censura?

Correa afirma que en su país los medios tienen tal poder que pueden llegar a determinar qué reformas son posibles, ¿sucede eso en Colombia? ¿Qué opinan ustedes?

Twitter: @SantiagoPeye

PD: Para ver la entrevista completa en donde se conocieron Rafael Correa y Julian Assange, visite este link http://www.latribunacolombia.blogspot.com/2012/05/dialogos-con-julian-assange-episodio-6.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.