A partir del sábado 30 de agosto el departamento de Cochabamba, al centro de Bolivia, cuenta con un nuevo prefecto, Rafael Puente, quien sustituye a Manfred Reyes Villa luego que a este último más del 60% de la población cochabambina lo revocara de su mandato. El acto de posesión de Rafael Puente como prefecto de […]
A partir del sábado 30 de agosto el departamento de Cochabamba, al centro de Bolivia, cuenta con un nuevo prefecto, Rafael Puente, quien sustituye a Manfred Reyes Villa luego que a este último más del 60% de la población cochabambina lo revocara de su mandato.
El acto de posesión de Rafael Puente como prefecto de Cochabamba se llevó a cabo en Corte Superior de Distrito (CSD) de manera reservada y durante el cual el presidente de dicha institución, Oscar Freire Arze, prestó juramento a Puente y posteriormente le colocó la banda prefectural.
Las muestras de apoyo a Puente han sido varias, a pesar de ocupará interinamente el cargo hasta diciembre, cuando se proceda a la elección mediante sufragio popular, según un decreto supremo promulgado el jueves pasado por el presidente Evo Morales.
La Central Obrera Departamental, a través de su portavoz, Omar Velazco declaró este lunes que uno de los deberes del flamante prefecto es «unir» y reparar el «daño causado» por la administración de Reyes Villa, por su parte Puente anunció que una de sus principales tareas será «limpiar la corrupción imperante» en la prefectura cochabambina.
Durante el acto de posesión el nuevo prefecto señalo que, «lo que ahora necesitamos en nuestro departamento es recuperar la unidad» y exhortó a los cochabambinos a trabajar en conjunto para tal objetivo.
Otro de los retos de Rafael Puente es terminar con la diferenciación de las áreas rurales y urbanas que dejó Manfred como legado al departamento del valle boliviano que durante los últimos años sintió en profundidad la división entre el campo y la ciudad.
Manfred Reyes Villa fue un oficial de relevancia durante el golpe de Estado de Luís García Mesa el 17 de julio de 1980 que tuvo como saldo mas de 500 asesinatos, entre los cuales resalta el del líder revolucionario Marcelo Quiroga Santa Cruz, y miles de detenidos, desaparecidos y exiliados.