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Apuntar a derrotar a Macri en 2019 es ser cómplice del gobierno en las penurias que provoca

Razones para no esperar

Fuentes: Rebelión

La actual crisis político-económico-social que sufren los habitantes del suelo argentino, que derivó en un pedido de auxilio nada menos que al FMI por parte del gobierno cipayo y antiobrero de la Alianza Cambiemos (PRO-CC-UCR), no es obra de equivocaciones o incapacidades por parte del oficialismo, sino consecuencia de políticas aplicadas conscientemente para estructurar una […]

La actual crisis político-económico-social que sufren los habitantes del suelo argentino, que derivó en un pedido de auxilio nada menos que al FMI por parte del gobierno cipayo y antiobrero de la Alianza Cambiemos (PRO-CC-UCR), no es obra de equivocaciones o incapacidades por parte del oficialismo, sino consecuencia de políticas aplicadas conscientemente para estructurar una sociedad a la medida de los intereses del poder económico .

Primera Parte

TRAGEDIAS CON NOMBRE Y APELLIDO

Valentino tenía 5 años. Vivió su corta vida en un barrio populoso de Lomas de Zamora, parte del Conurbano bonaerense sur. Un accidente que provocó que un vidrio se le clavara en el corazón y le causó parálisis cerebral, lo había hecho dependiente de una máquina para sobrevivir. Esa máquina funcionaba a electricidad. O sea, era electrodependiente. Los padres, humildes miembros de la clase trabajadora argentina, recibieron una factura de luz por 60 MIL PESOS, consecuencia de las políticas oficialistas. Nunca pudieron pagarla. La empresa, Edesur, criminalmente, les cortó el servicio por falta de pago. Valentino murió. Ningún responsable está preso ni mucho menos procesado.

Esa historia, esa vida, esa muerte, ese oprobio, esa tremenda injusticia, define la época marcada por el gobierno del ingeniero Mauricio Macri, nieto de la Mafia calabresa, hijo de un corrupto que se hizo rico con obra pública negociada con corruptos gobiernos militares y de una miembro de la asesina oligarquía argentina; que estatizó sus deudas privadas para que los pagáramos todos los habitantes de este sufrido pueblo; que fue condenado por contrabando de autopartes, que robó el canon que debía pagarle al Estado por la concesión del Correo, que fugó las divisas que hurtó del país para depositarlas en cuentas off shore que nunca declaró, y que sigue enriqueciéndose, él y su familia, con las políticas antiobreras y antipopulares que estableció desde su llegada a la presidencia en diciembre de 2015.

Pero por supuesto, no es la única historia. Hay más, que confirman la regla.

Santiago Maldonado fue asesinado por las fuerzas represivas manejadas por la impresentable Patricia Bullrich. Murió ahogado según dicen, pero no se tiró a nadar al río Chubut por gusto: fue empujado a las heladas aguas, como mínimo, por un operativo ilegal de la Gendarmería, cuando tomó parte en una acción de protesta por el saqueo de las tierras al que es sometido el pueblo mapuche. Por intentar hacer justicia, Santiago pagó con su vida, cobrada por quienes les guardan las propiedades mal habidas y los privilegios a empresas y terratenientes. Mientras tanto, sus asesinos, materiales e ideológicos, gozan de su impunidad.

Rafael Nahuel era un joven mapuche. Tenía 22 años y los que lo conocieron supieron de su bondad. Participó de una protesta por el saqueo de tierras por parte del Estado, corporaciones y terratenientes en la zona del lago Mascardi, y fue asesinado por un tiro por la espalda en una emboscada realizada por el grupo Albatros de la Prefectura. Su asesino, el cabo primero Francisco Javier Pintos, también goza de su libertad y su impunidad.

Facundo Burgos era un pibito tucumano de apenas 11 años. Su crimen fue andar en moto como acompañante de un amigo. Fue asesinado, baleado por la espalda por la policía tucumana. Los policías responsables del asesinato están en libertad.

Pablo Kuloc era un joven de 18 años que sí, se había dedicado a la delincuencia. Pero que en cualquier país civilizado hubiese merecido ser juzgado por su conducta por el poder judicial. En la Argentina de Macri, por el contrario, fue merecedor de un tiro por la espalda por un oscuro policía que fue recibido, respaldado y elogiado por el presidente y le dio nombre a la doctrina fascista del primer mandatario y sus acólitos: Chocobar.

Esteban Rossano, un pibe de 19 años, pasó 42 días detenido desde el 14 de diciembre de 2017, acusado de atacar a las fuerzas represivas en una marcha de la que no participó, hasta que finalmente el juez Bonadío, el mismo que dictó su prisión preventiva, lo sobreseyó. Gendarmes le plantaron piedras en su mochila. Ninguno está siendo investigado.

Eso es el gobierno del mafioso Mauricio Macri.

En este país gobernado por un delincuente probado, como puede verse, ser joven y pobre es delito. Tanto como ser trabajador, luchador político o social, jubilado, estudiante, docente, campesino, originario.

Y protestar ante las injusticias hace a una persona merecedor de las peores condenas

¿Esperar al 2019 ante el fascismo?

No parece ser lo más sensato.

Segunda Parte

ALGUNAS CIFRAS

La desastrosa realidad que sufrimos en estos tiempos no es obra de la casualidad, de la (mala) suerte o de que «pasaron cosas«: tiene todo que ver con las políticas implementadas y los objetivos del oficialismo. Sólo basta repasar algunas estadísticas surgidas desde la asunción de la Alianza Cambiemos (PRO-CC-UCR) para graficar en números la angustia de millones.

– La inflación sumó un 65% en los dos primeros años (40% en 2016, 25% en 2017). Para este año se estima en alrededor del 30%, por lo que en 3 años superará el 100%. El inefable Mauricio prometió en campaña que «la inflación no iba a ser problema en su gobierno, porque sólo generan inflación los gobiernos que no saben gobernar«. Él, como se ve, sí sabe lo que hace.

– El dólar aumentó un 300% (de $9,50 a 28). Lo que es lo mismo que decir que el peso se devaluó en esa proporción.

– Hasta abril del 2018 la deuda total adquirida por el macrismo era de u$d142.948 (118.071 del tesoro nacional, el resto de provincias y privados). Luego del acuerdo con el FMI, esa cifra se incrementó en u$d50.000 millones, por lo que el total del periodo llega casi a los u$d 200.000 millones. Todo un récord: en dos años y medio, igualó a todos los gobiernos juntos desde el 83 hasta la actualidad (35 años).

– También hasta abril de 2018, la fuga total de capitales en el periodo macrista sumaba la friolera de u$d 88.084 millones. Sólo entre abril y junio el Banco Central dilapidó u$d 12.000 millones para intentar parar la corrida cambiaria, llevando las tasas de interés de referencia a más del 40%, una cifra que impide cualquier desarrollo productivo en cualquier país del mundo.

– Sólo en los bonos llamados Lebacs, el gobierno comprometió al Tesoro Nacional con una inmensa deuda a pagar mensualmente para financiarse. Tras el acuerdo y el despido de Sturzzenegger, el FMI ordenó desarmar esa estrategia con plazo perentorio en 2021. El gobierno comenzó a canjearlos por nuevos bonos con tasas que muchas veces superaron el 50%. En el último vencimiento, del 13 de julio, se renovó el 75% de la deuda que vencía ese día a tasas del 47%. Aún quedan por pagar $825.000 millones que vencen en los próximos meses. Cabe destacar que los nuevos bonos de reemplazo son nueva deuda adquirida por el Estado argentino.

– El boleto mínimo de colectivo a fin de 2015 era de $3. Hoy es de $10. Un aumento del 233%

– El boleto de tren aumentó en 2 años y medio, según la línea, entre 225 y 238%

– El subte, 178%

– El gas, en el área metropolitana (CABA-Conurbano) aumentó alrededor del 1000%

– La electricidad, en la misma región, un 1600%

– El agua, alrededor de un 500%

– El salario promedio en dólares pasó de 589 a 384, una caída del 35%

– La jubilación mínima en dólares era de 455 en 2015; hoy es de 289

– Teniendo en cuenta las mentiras de los gobiernos de turno, la desocupación en 2015 era del 6%. Hoy es de 9%. Lo cierto es que muy lejos de generar empleo, la administración macrista destruyó puestos de trabajo.

– La canasta básica en mayo fue de $18.800, cifra que necesita una familia tipo para no ser pobre

– El salario promedio en Argentina es de $16.824 según el Indec, $2.000 por debajo de la línea de pobreza

– Según el Indec, el 70% de los asalariados gana menos de $17.417

– La jubilación mínima es de $8.096, más de $10.000 por debajo de la línea de pobreza.

– Siempre según el Indec, el 10% más pobre de la población se lleva el 1,2% de la masa salarial, mientras el 10% más rico se queda con el 31,4%

– Según el último informe del Observatorio Social de la UCA, el 62,5% de los niños son pobres en el país de Macri.

El acuerdo con el FMI no remediará el desquicio generado por la Alianza Cambiemos. Al contrario, profundizará las penurias de los trabajadores y el pueblo. Por eso hay que repudiarlo, dejar bien en claro que la mayoría absoluta del pueblo lo rechaza de plano y que no se cumplirá con el compromiso adquirido por el gobierno macrista.

Es por eso que, otra vez, no parece sensato esperar al 2019.

Tercera Parte

ECONOMÍA DE CLASE

En medio de ese escenario apocalíptico para las masas asalariadas y marginadas que demuestran las cifras anteriores (consecuencias), con una reducción salarial concreta del 35% en dólares y del 37% en las jubilaciones en la misma moneda, existen otras que demuestran el interés de clase de la troupe gobernante (causas y objetivos):

– Una de las primeras decisiones del gobierno que asumió en diciembre del 2015 fue quitar las retenciones a la producción agrícola (excepto a la soja, a la que van reduciéndole los gravámenes en forma gradual) y a la minería. También quitó algunos impuestos a las empresas. Eso, en aquél momento, desfinanció al Estado en más de $100 mil millones. Cuando el oficialismo se lamenta por el déficit fiscal, lo que intenta ocultar por todos los medios es que una de las causas de ello fueron estas decisiones.

– Una forma que encontró el oficialismo para tapar el agujero fiscal que había producido al quitar gravámenes, impuestos y retenciones a las corporaciones y la oligarquía, fue promulgar la nueva ley previsional que aprobó el 18 de diciembre del 2017 con la gran colaboración de casi toda la oposición parlamentaria (excepto la izquierda y el kirchnerismo), en medio de una batalla campal en la Plaza de los dos Congresos entre las fuerzas represivas de Macri y Bullrich y una impresionante movilización de más de medio millón de personas. Esa ley saqueó a nuestros viejos en más de $100 mil millones, algo parecido a lo que se le perdonó a los dueños del poder económico.

– La administración macrista decidió ir rebajando para hacerlo desaparecer en un futuro inmediato al impuesto a la riqueza por antonomasia: el impuesto a los bienes personales. Esto también desfinancia al Estado y acentuó el déficit

– Los exportadores agrícolas pueden vender su producción sin tener obligación de liquidar en el país las divisas que cobran por las operaciones que realizan. Eso significa que además de no pagar retenciones, pueden dejar las divisas en el exterior. Eso también desfinancia al fisco.

– El gobierno le perdonó a las empresas de energía deudas con el Estado por u$d 19.000 millones, a pesar de los subsidios que recibieron por 12 años durante el periodo kirchnerista, y que guardaran esos recursos en sus cajas fuertes, en vez de invertir en las obras necesarias para mejorarle el servicio a los usuarios. Por el contrario, la administración del fugador de divisas off shore implementó una criminal política de suba de tarifas para tapar ese agujero provocado por los empresarios del sector.

– Los precios de la energía (petróleo, gas, generación eléctrica) se fijan arbitrariamente según el interés de las corporaciones y están dolarizados: se mueven al compás de la divisa norteamericana. Los salarios, mientras tanto, bajan por la escalera de la devaluación y por el techo a las paritarias

– Los precios de los combustibles están liberados, por lo que el Estado no ejerce ninguna regulación. Desde el gobierno dijeron que «era posible que bajaran»: por el contrario, no pararon de subir.

– La generadora eléctrica Central Puerto (la compañía de Nicolás «Nicky» Caputo, el mejor amigo de Macri) obtuvo ganancias por 1.060 millones de pesos, según informó en abril a la CNV.

– Otras compañías que pagaron dividendos fueron Transportadora de Gas del Norte (370 millones, según informó en abril); Distribuidora de Gas Cuyana (620 millones, en abril); Edesal Holding (136 millones, informó en octubre pasado, y otros 166 millones en 2016); y Transportadora de Gas del Sur (460 millones en 2016). La estatal YPF repartió 503 millones en 2015, 890 millones en 2016 y 715 millones el año pasado.

– Las tarifas de distribución y transporte de gas aumentaron 798 por ciento en pesos (570% en dólares) desde la asunción de Macri. Respecto de la generación y distribución y transporte de electricidad, las subas fueron de 450 por ciento (219% en dólares).

– En los últimos doce meses reportados, las empresas hicieron negocios millonarios: Camuzzi (452 millones), Gas Cuyana (588 millones), Gas Natural Ban (574 millones), Metrogas (787 millones), TGN (808 millones) y TGS (2797 millones). En el caso de las eléctricas, Edenor obtuvo 491 millones, Edesal 193 millones, Transener 2300 millones, Central Puerto 3728 millones, Central Costanera 369 millones y Pampa Energía 4716 millones.

– La cotización de sus acciones desde finales de 2015 se incrementó: Camuzzi (644%), Gas Cuyana (523%), Gas Natural Ban (189%), Metrogas (477%), TGN (378%), TGS (706%), Edenor (368%), Edesal (696%), Transener (525%), Central Puerto (197%), Central Costanera (177%) y Pampa Energía (297%).

– Los bancos, en los últimos 12 meses hasta junio de 2018, obtuvieron ganancias por $93.301 millones. En los dos años y medio de la era Macri, las utilidades totales de la actividad bancaria fueron de $133.392,56 millones.

Como se ve, en medio de la crisis, hay ganadores. «Casualmente», son los grandes capitalistas.

Es también por eso que no parece sensato esperar al 2019 para forzar un cambio de gobierno.

Cuarta Parte

RAZONES DE CLASE

Hay quienes sostienen que la política del gobierno es «errada», que está «desorientado» y «no pega una». Nada más alejado de la realidad: los grandes burgueses y Ceos que integran, fomentan y apoyan al oficialismo llegaron al gobierno exactamente para hacer lo que están haciendo: generar una monumental transferencia de riqueza desde los sectores más humildes a hacia los más ricos y estructurar la sociedad para que así se mantenga.

Es que, para las empresas, para los empresarios, su razón de vivir, su objetivo, es la maximización de la tasa de ganancia. Para lograrla, deben reducir los gastos a su mínima expresión. Para un patrón, el salario de sus trabajadores es eso, precisamente: un gasto.

Por eso intentan estructurar una sociedad que sea la que ellos siempre soñaron, tratando de eliminar aquello que existe a pesar de sus deseos y para su tormento: la lucha de clases. Un futuro sin trabajadores sindicalizados, dóciles de cabezas gachas y espaldas dobladas, complacientes con su patrón y complacidos con migajas, es el paraíso de los explotadores.

Un proceso de destrucción de trabajo puede generar un volcán en erupción social, pero también puede ser un aleccionador de clase. Los grandes patrones, grandes burgueses, «se la juegan», apuestan a que el pueblo no explote, e intentan ir a fondo con sus políticas. Si es así podrían seguir destruyendo derechos a tal punto que costaría décadas de lucha recuperarlos. Todo tiempo de retroceso para los trabajadores, aumenta las ganancias de las patronales. Y ése, siempre, es su objetivo.

El gobierno apela al juego de «prueba y error», pero nunca deja de avanzar hasta donde la resistencia de los trabajadores y el pueblo se lo permite. Eso se ve claramente con la pretendida reforma laboral: intenta hacerla ley, pero ante la imposibilidad de lograrlo, genera las condiciones concretas para que se lleve a cabo de hecho.

La verdadera concepción del oficialismo amarillo Cambiemos, es la que expresó brutalmente Javier Gónzalez Fraga, no refiriéndose a una revolución socialista, sino simplemente a los 12 años del progresismo kirchnerista y a los derechos de los trabajadores:

» Venimos de 12 años en donde las cosas se hicieron mal. Se alentó el sobreconsumo, se atrasaron las tarifas y el tipo de cambio… Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior «.

Son innumerables los hechos y los dichos de la manada oficialista que confirman esa línea de pensamiento. Como la frase de la Vidal:

«¿Para qué construir universidades por todos lados, si todos sabemos que los pobres no llegan a la universidad?»

Ese es el tipo de sociedad que intentan perpetrar Macri y su banda: una donde los trabajadores sólo trabajen cada hora y cada día de su vida, produciendo riqueza para que se la apropien sus patrones, sin ningún derecho a gozar de sus días aquí en la Tierra.

Por eso, justamente, no se puede esperar al 2019 para echarlos a patadas.

Quinta Parte

CORRUPCIÓN AMARILLA

Si bien el Capitalismo es un sistema que legaliza el robo de la plusvalía que generan los trabajadores por parte de sus explotadores (es decir, es un sistema desigual, injusto y corrupto en esencia), éstos, incluyendo a las hienas que integran la Alianza gobernante, no se privan de maniobras delictivas para incrementar sus fortunas y poder. Pero claro, esas maniobras no son las de simples ladrones de gallinas: estas lacras se roban la riqueza del país.

Eso es lo que se ha visto claramente en estos dos años y medio: la exposición de las vergonzosas cuentas off shore y empresas fantasma radicadas en paraísos fiscales a nombre de miembros encumbrados del gobierno y negadas y no declaradas por ellos, son la demostración de fortunas mal habidas, fugadas y depositadas en aquellas.

Las políticas aplicadas incrementaron esas fortunas, como durante la última corrida cambiaria que le costó más de 12mil millones de dólares al país en apenas dos meses. Para detener la corrida el Banco Central le puso una tasa de más del 40% a los bonos del Tesoro a los que llamaron Lebacs, que algunos miembros del gobierno compraron meses antes, lo cual les significó otra ganancia extraordinaria a costa del Estado que dirigen.

Tampoco le hacen asco a todo tipo de corruptela, como la gobernadora Vidal encabezando una asociación ilícita para blanquear dinero negro truchando aportistas de campaña, el intendente de Paraná asociado al narcotráfico, el intendente de San Pedro robando el erario público; o Arribas, Calcaterra y Odebretch y el Lava-jato o Guilligan y su cuenta off shore no declarada en Andorra.

En realidad, qué otra cosa podría esperarse de una «banda» dirigida por quienes nunca han trabajado: siempre han sido parásitos financieros vividores del sudor ajeno, cuyas riquezas se fomentaron por corruptelas y negociados de obra pública con el Estado.

Un listado apurado de los nombres del oficialismo enchastrados por sus acciones delictivas podría ser:

Alejandro Finocchiaro. Ministro de Educación de la Nación. Acusado de violación, denunciado por su víctima, Dalia Esther Fernandez

Aída Ayala. Diputada UCR-Cambiemos. Está procesada por los delitos de lavado de dinero, asociación ilícita, negociaciones incompatibles con la función pública y enriquecimiento ilícito, entre otros

Gustavo Arribas. Jefe de la Agencia Federal de Inteligencia. Acusado de cobro de coimas de la corporación Oderbretch en el caso Lava-Jato, señalado por un arrepentido.

Valentín Guilligan. Ex subsecretario general de la presidencia. Le encontraron una cuenta no declarada en Andorra. Acusado de lavado de dinero.

Joanna Picetti – candidata a diputada Cambiemos. Acusada de violencia contra menores

Nestor Grindetti. Intendente de Lanús. Imputado en los Panamá Papers

Claudio Avruj. Secretario de Derechos Humanos. Poseedor de cuentas off shore en Panamá (Panamá Papers)

Cecilio Salazar. Intendente de San Pedro. Acusado de corrupción por desvío de fondos públicos

Sergio Varisco. Intendente de Paraná. Procesado por narcotráfico

Nestor Berardozzi. Apoderado de Cambiemos en Malvinas Argentinas. Procesado por tenencia de un arsenal de armas de guerra en su domicilio y acusado por cobro de coimas

Juan José Gomez Centurión. Ex director de la Aduana y vicepresidente del Banco Nación. Acusado de cobro de coimas en la Aduana

Mateo Nicholson. Director de Infraestructura de Escuelas de la provincia de BsAs. Funcionario de M.E. Vidal. Cobro de sobreprecios presupuestarios

Fernanda Inza. Apoderada del PRO en la pcia de BsAs. Responsable de la recaudación de la campaña de Cambiemos en la pcia de BsAs. Acusada e imputada de lavar dinero sucio con los aportes de campaña, utilizando aportantes truchos.

Miguel Del Sel. Ex Embajador en Panamá. Ex candidato a gobernador de Santa Fe por Cambiemos. Condenado por la Justicia por no poder explicar el origen de los fondos de campaña.

Pedro Lacoste. Secretario de política económica. Negocios incompatibles con la función pública. Acusado de fraguar un plan de inversión tercerizada que les permitiría obtener ganancias económicas a costa del patrimonio del FGS del ANSES

Gustavo Marconato. Secretario de Hacienda. Negocios incompatibles con la función pública. Acusado de fraguar un plan de inversión tercerizada que les permitiría obtener ganancias económicas a costa del patrimonio del FGS del ANSES

Luis María Blaquier. Subdirector ejecutivo del FGS. Negocios incompatibles con la función pública. Acusado de fraguar un plan de inversión tercerizada que les permitiría obtener ganancias económicas a costa del patrimonio del FGS del ANSES. Procesado por el Memorandum con Qatar

Emilio Basavilbaso. Director ejecutivo de ANSES. Negocios incompatibles con la función pública. Acusado de fraguar un plan de inversión tercerizada que les permitiría obtener ganancias económicas a costa del patrimonio del FGS del ANSES. Procesado por el Memorandum con Qatar

Federico Struzzenegger. Ex presidente del Banco Central. Procesado por negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública.

Susana Malcorra. Ex Canciller de la Nación. Acusada de ocultar denuncias por abusos sexuales a menores perpetrados por soldados de Cascos Azules de la ONU. También procesada por el Memorandum con Qatar

Gladis Gonzalez. Senadora nacional Cambiemos. Acusada de administración fraudulenta, coimas, desvío de fondos. Involucrada en el escándalo de aportantes truchos en las campañas electorales 2015 y 2017

Graciela Ocaña. Diputada nacional. Procesada por enriquecimiento ilícito. Involucrada en el escándalo de aportantes truchos en las campañas electorales 2015 y 2017

Esteban Bullrich. Senador nacional. Acusado de beneficiar con contratos millonarios a dos empresas aportantes de Cambiemos cuando fue ministro de educación de CABA. Involucrado en el escándalo de aportantes truchos en las campañas electorales 2015 y 2017

Jorge Triaca. Ministro de Trabajo de la Nación. Acusado de negrear empleados. A su empleada doméstica la puso al frente de la intervención del SOMU. En medio de un escándalo, la despidió con actitudes propias de violencia de género

Gabriela Michetti. Vicepresidenta de la Nación. Denunciada por el memorándum firmado con Qatar que pone en riesgo los fondos del Anses. Procesada por no poder explicar el origen de un dinero que, dijo, le sustrajeron de su domicilio.

Luis Etchevehere. Ministro de Agricultura de la Nación. Acusado de cobro de coimas, entre otros, por su propia hermana

Mario Quintana. Subsecretario de Coordinación interministerial. Procesado por la firma del memorandum con Qatar. Acusado de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública por intentar introducir su empresa Farmacity en la pcia de BsAs. Imputado por favorecer a su hermano con ganancias millonarias desde su función pública.

Alfonso Prat Gay. Ex ministro de economía de la Nación. Imputado por la ampliación al blanqueo de capitales para favorecer a familiares de los funcionarios.

Guillermo Dietrich. Ministro de Transporte de la Nación. Imputado por favorecer a Avianca y la empresa Flybondi

Oscar Aguad. Ministro de de Defensa de la Nación. Ex Ministro de Telecomunicaciones de la Nación. Imputado por la causa del Correo Argentino.

Nicolás Dujovne. Ministro de Economía de la Nación. Acusado de blanquear 20 millones de pesos. Imputado en la causa de beneficiarse con el dólar futuro. Vive en una mansión que figura como baldío en una de las zonas más caras de la CABA

Laura Alonso. Presidenta de la Oficina Anticorrupción (una contradicción aberrante de por sí, ya que es parte del oficialismo). Benefició con contratos millonarios a empresas afines al gobierno. Esta persona tiene la función de «controlar» las tropelías de sus compañeros del oficialismo. Un chiste

Gustavo Lopetegui. Vicejefe de Gabinete. Imputado por la causa del dólar futuro. Denunciado por favorecer a laboratorios extranjeros. Imputado por negociaciones incompatibles con la función pública.

Patricia Bullrich. Ministra de Seguridad de la Nación. Imputada por la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

Juan José Aranguren. Ex Ministro de Energía de la Nación. Imputado por actividades incompatibles con el ejercicio de la función pública. Imputado por la suba ilegal de tarifas. Imputado por sobreprecios en la compra de gas a Chile

Luis Caputo. Ex Ministro de Hacienda de la Nación y actual presidente del Banco Nación. Tiene innumerables causas. Acusado por ocultar empresas y cuentas off shore y evasión agravada. Acusado por negocios incompatibles con el ejercicio de la función pública. Involucrado en el caso Odebretch Lava jato. Imputado por endeudar al país con el bono a 100 años

Marcos Peña Braun. Jefe de Gabinete Nacional. Imputado por endeudar al país con el bono a 100 años. Imputado por la ampliación al blanqueo de capitales para favorecer a familiares de los funcionarios. Imputado por el traspaso de las bases de datos de Anses al Poder Ejecutivo para «llegar a la población con información de acciones de gobierno». Imputado por la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

María Eugenia Vidal. En la actualidad es la responsable de un escándalo mayúsculo en la provincia de Buenos Aires por la utilización de miles de aportantes truchos para la campaña electoral del 2017, en una evidente maniobra de lavado de dinero sucio. Está imputada por cohecho y usurpación de datos privados.

Mauricio Macri. Presidente de la Nación. Ya han sido descriptas varias de sus causas en esta nota. Asumió la presidencia con 214 causas penales en su contra, a las que se sumaron muchas en las que fueron imputados sus socios de gabinete

Estos son sólo algunos de los casos, tal vez los más resonantes, del gobierno que asumió con el relato de la honestidad y las políticas contra la corrupción.

Más razones que dejan en claro que es una locura dejar durar al gobierno amarillo hasta 2019.

Sexta Parte

EL MODELO NO CIERRA SIN REPRESIÓN

Todo ese engendro antiobrero y antipueblo no puede desarrollarse sin un aceitado aparato represivo y un poder judicial adicto. Así es cómo se cegaron las vidas de los jóvenes que mencionamos al comienzo de la nota. Son tan agresivas las políticas, tan nefastas sus consecuencias, que no puede esperarse otra cosa que la indignada reacción popular.

La doctrina Chocobar no es un efecto entonces, sino la metodología elegida. Para ponerla en práctica es necesario poner al frente de los uniformados a un sujeto de la peor y más baja calaña, condiciones de sobra en la ministra de seguridad Patricia Bullrich.

También es necesario que el Poder Judicial esté compuesto y estructurado para «mirar para otro lado» ante la represión estatal, o, en casos extremos, fraguar pruebas y poner trabas a los procesos para preservar la libertad de los represores. Y, al mismo tiempo, sancionar y encarcelar a todo aquél que se atreva a protestar contra las injusticias impuestas por las políticas gubernamentales.

La compra de moderno armamento para tal fin, el entrenamiento por parte de agentes israelíes y del propio Estado Sionista a las fuerzas represivas, la pretensión de hacer intervenir a las Fuerzas Armadas en el conflicto interno, la concepción de que ni el ministerio de defensa ni las fuerzas de represión «deben dar explicaciones sobre su desempeño» y que los dichos de los uniformados deben ser tomados como «verdad», son lineamientos que mucho tienen que ver con las peores épocas de este país.

Ante este oprobio, cabe preguntarse cómo algunos todavía sostienen que hay que esperar al 2019 para echar a Macri de la Casa Rosada.

Séptima Parte

NO HAY 2019 PARA LOS OPRIMIDOS

Todos los datos y argumentaciones vertidos en esta nota, que son sólo parte del infierno desatado por los Ceos de Macri y su Cambiemos sobre el pueblo que habita este suelo, sirven para demostrar la urgencia de terminar con este nefasto periodo de nuestra historia.

No en 2019, sino AHORA

Los que aún defienden el desquicio amarillo, sobre todo desde la corporación mediática que le hace de vocera, declaman respeto por la institucionalidad de la democracia que muchas veces despreciaron a lo largo de la historia. Ese mismo respeto que no exigen a los que incumplen las promesas de campaña, y no sólo incumplen, sino que engañan planificadamente a las masas para luego hacer todo al revés.

¿Quiénes son los que se erigen como faros de legitimidad y verdad para defender el oprobio? ¿Lanata? ¿Majul? ¿Feinmann? ¿Laje? ¿Bonelli? ¿Pagni? ¿Los impresentables Intratables? ¿Magneto? ¿los Mitre? ¿Clarín, La Nación, el Grupo América? ¿Mirta Legrand, Tinelli, Susana Gimenez, Carrió? ¿de verdad la dignidad de un pueblo puede descansar en semejante escoria?

¿Qué democracia es la que permite que se haga exactamente lo contrario de lo que el pueblo votó?

¿Cuánto sufrimiento de millones vale la República que lo provoca?

¿Cuánto tiene de democrático gobernar en contra de los intereses de las mayorías populares?

¿Qué tan democrática es una institucionalidad que miente sobre los triunfos electorales, y que permite que una minoría gobierne sobre la mayoría?:

En el balotaje 2015, la fórmula de Cambiemos sacó 12.903.301 votos sobre 32.064.684 posibles. Es decir, el 40%. Un 60% se expresó EN CONTRA de Macri-Michetti.

En 2017, una elección donde se ponía en cuestión el «apoyo» a las políticas gubernamentales, el oficialismo obtuvo 10.161.053 votos, el 30% del padrón. UN 70% se expresó EN CONTRA del gobierno. Es más: 2.742.248 personas que votaron a Macri en 2015, no volvieron a hacerlo en 2017.

A pesar de esta realidad CONCRETA, el oficialismo, la oposición, los medios de comunicación y aún la mayoría de la izquierda electoralista, se refirieron y aún se refieren a aquél proceso electoral como un «categórico» triunfo del macrismo.

Sin dudas, cuando la realidad institucional no tiene nada que ver con la realidad real, pasa lo que pasa en este país y en cualquier parte del planeta: se produce la crisis social que hoy estamos viviendo.

Es por eso que no sólo es urgente y necesario, sino LEGÍTIMO, que el pueblo se organice para terminar con esta administración nefasta no en 2019, sino AHORA.

Octava Parte

SE IMPONE UN URGENTE CUESTIONAMIENTO A LA ORGANIZACIÓN POLÍTICO-SOCIAL-ECONÓMICA

Quienes comulgan ideológicamente con la Alianza gobernante, apelan a los valores «democráticos» y su institucionalidad republicana -esos mismos que históricamente han despreciado para golpear las puertas de los cuarteles-, para sostener que no se puede echar a la administración macrista por una pueblada, sino que hay que esperar a 2019 para, elecciones mediante, intentar cambiar el signo del gobierno.

Sin embargo, el hambre, el desamparo, la angustia, no pueden esperar. Ninguna institucionalidad vale más que la voluntad de un pueblo unido en pos de un objetivo. Tampoco más que la justicia social.

Si las instituciones y los poderes republicanos sirven para que una minoría oprima a las mayorías laboriosas, esa República no debe respetarse y debe ser reemplazada por otra. Mucho menos si están corrompidas como lo están.

El concepto de democracia no puede ser el que le atribuyó la burguesía para proteger sus intereses y privilegios. No hay democracia cuando unos pocos deciden cada día sobre la vida de todo un pueblo, al que convocan para cambiar de verdugo cada dos o cuatro años.

Se debe avanzar hacia una institucionalidad distinta, una donde el pueblo delibere y gobierne desde órganos de base como las asambleas populares.

Donde todos los funcionarios sean elegibles y revocables, desde el ejecutivo, el legislativo y sobre todo el poder judicial.

Donde no se permita nunca más la explotación del hombre por el hombre

Novena Parte  

LA CUESTIÓN DE LA VIOLENCIA

Violencia es hambrear

Violencia es empobrecer

Violencia es destruir derechos

Violencia es destruir puestos y fuentes de trabajo

Violencia es oprimir

Violencia es reprimir a los oprimidos

Violencia es fusilar por la espalda a los que protestan

Violencia es la desigualdad

Violencia es la injusticia

Violencia es engañar

Violencia es mentir

En nuestro país ha surgido, luego de la derrota de las organizaciones armadas del pueblo en los años 70 y 80, después de la Dictadura, una concepción que se ha hecho cultura de «la no violencia» para resolver los problemas surgidos de las contradicciones de clase. Cómo intención filantrópica suena muy lindo, pero esa bucólica mirada de los conflictos sociales determina que la hegemonía quede siempre en las manos de la clase dominante -hoy la capitalista-, que es la que genera la violencia al someter a sus dominados a escenarios de angustia, pobreza, hambre, injusticia y desesperación. Nos piden «mansedumbre» a los que no sabemos cómo llegar a fin de mes, cómo llevar el pan a nuestras mesas, cómo pagar nuestras cuentas. Nos piden agachar la cabeza ante las injusticias a las que ellos nos someten para enriquecerse a costa de nuestro sufrimiento. Privar a los seres humanos de una vida digna es violento, no la reacción de los marginados. La sociedad burguesa se desarrolla sobre relaciones basadas en la hipocresía más abyecta: pondera a héroes populares de leyenda o de la historia, pero sanciona a los que asumen las causas populares en el presente. Robin Hood sería encarcelado en los peores penales de la actualidad. Pero no sólo él: también serían declarados subversivos próceres como Mariano Moreno, San Martín, Belgrano o Güemes, que supieron conspirar, organizarse, tomar las armas, organizar ejércitos rebeldes y populares y hacer uso de la violencia para solucionar los problemas de la sociedad en la que vivieron.

Hoy se castiga al que reacciona ante la violencia estatal, y se fomenta o se apela a una especie de «apología de la victimización y la impotencia» como método de protesta, para, a partir de la lástima, intentar cambiar las cosas. Esa concepción es la que lleva a que las víctimas siempre las ponga el pueblo. Ahí están, por ejemplo, los nombres de Santiago, Rafael, Facundo y tantos otros.

El pueblo tiene derecho a defenderse de las injusticias, pocas veces tan claras como el presente que nos toca vivir. Si no logra una mínima organización popular para hacerlo en lo concreto, entonces al menos es necesario declamarlo con fuerza en el campo de las ideas y denunciar la violencia estatal y a sus sostenedores ideológicos, ya sean funcionarios, políticos, empresarios, banqueros, latifundistas o periodistas, dejando en claro que las masas sólo se defienden como pueden, con lo que tienen a mano, con dignidad e inteligencia, ante los que les impiden tener una vida digna de ser vivida.

Décima Parte  

LAS TAREAS DE LA IZQUIERDA Y LOS REVOLUCIONARIOS

Lamentablemente, la gran mayoría de la izquierda en este país ha sido cooptada por concepciones electoralistas y pacifistas a ultranza, como si las palabras de Marx sobre la «partera de la historia» hubiesen perdido vigencia y las hubiesen tirado al basurero de las eras. Eso, sumado a la autoproclamación sectaria, hace imposible una revisión crítica de las formulaciones pasadas y presentes, y mantiene a la división como característica fundamental del espectro ideológico, lo que hace imposible la concreción de los objetivos estratégicos.

Por supuesto que nadie en su sano juicio puede fomentar la violencia sin motivo alguno. Nadie quiere arriesgar su salud y su vida en su paso por la Tierra. Sólo ante las injusticias, y al no poder resolverlas por otra vía, el ser humano opta por quebrantar la paz impuesta por las clases dominantes. En ese sentido, hoy sobran motivos para rebelarse.

Por otra parte, la mayoría de la izquierda ha sido cooptada por el respeto a la institucionalidad burguesa, lo que la lleva a ser «políticamente correcta» en los términos de la burguesía. Es lo que la lleva a ser estratégicamente electoralista y a, por ejemplo, pedir disculpas si se les escapa un «¡¡hay que echar al gobierno (cipayo, antiobrero, antipueblo, fusilador y hambreador) ya!!», como ha ocurrido recientemente.

La realidad concreta es que la gran mayoría del pueblo repudia las políticas gubernamentales y al gobierno mismo. Está golpeado, humillado, angustiado, desesperado, precarizado, empobrecido y en muchos casos hambreado. La indignación es creciente y se siente en los barrios y en las calles. Las necesidades y la bronca van más allá de los colores partidarios. Es necesaria una política clara desde las organizaciones populares que pueda canalizarlas.

La izquierda debe generar un espacio donde organizar la resistencia sin aislarse del movimiento real de masas, sin perder su identidad, independencia y objetivos ideológicos. Generar una agenda propia para constituirse en interlocutor válido en el escenario político de la lucha de clases actual en nuestro país, sin cesar de intentar sublevar a las masas desde las fábricas, el estudiantado y los barrios por encima de la institucionalidad establecida.

Ese espacio no es un Plenario amañado, cooptado políticamente por un acuerdo cupular de un puñado de orgas. La izquierda debe tener la valentía de asumir sus diferentes concepciones y matices e intentar una síntesis (así sean 10 puntos de acuerdo o uno solo), y enfrentarse en el debate al nivel de conciencia de las masas ; plantear un Plenario amplio no para «convencer a los convencidos» (es decir, para cocinarse en su propia tinta), sino para convencer a los que no tienen concepciones antiimperialistas, anticapitalistas, antiburocráticas y clasistas, que son la inmensa mayoría de los trabajadores de este país.

Cuando se tiene un objetivo, hay que medir las condiciones y las relaciones de fuerza para intentar concretarlo. Derrotar al gobierno es una tarea que toda la izquierda junta no está en condiciones de realizar. No queda otra que generar un frente de lucha que exceda el espectro ideológico que la contiene.

CONCLUSIÓN

El proceso que se ha abierto con la asunción del gobierno de la Alianza Cambiemos (PRO-CC-UCR) el 10 de diciembre de 2015, es un periodo negro para las masas asalariadas. La administración del Estado quedó en manos ya no de una representación política de la burguesía y la oligarquía, sino que fue asumida por ellas mismas. Las políticas oficialistas se han pergeñado para arrasar los derechos adquiridos por la clase trabajadora, destruir las organizaciones gremiales y acabar con la sindicalización de los trabajadores, aumentar la productividad por menores pagos, reducir salarios a la mínima expresión, terminar con las indemnizaciones y los aguinaldos, otorgar vacaciones a cuentagotas, eliminar las cargas patronales sociales y de salud. Las jubilaciones futuras deberán ser consecuencia del ahorro individual de los propios asalariados y no de la sumatoria de la contribución social de patrones y empleados ocupados.

En el plano económico, el macrismo estructura al país como un proveedor de materias primas, dependiente del capital extranjero y del sistema financiero internacional para desarrollarse, geopolíticamente alineado detrás los intereses del eje Washington-Londres-Tel Aviv.

Es por eso que, hay que recalcar hasta el cansancio, esperar al 2019 con este gobierno es una locura.

¡¡Fuera Macri ya!!

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