Evo Morales (EM) es el candidato de los pobres a la Presidencia de la República o del Estado Plurinacional, con sus luces y sus sombras, razón principal por la que la gente del pueblo, mayoritariamente, votaremos en diciembre por él y por quienes lo acompañen. Enseguida escogemos y resumimos las otras razones más visibles en […]
Evo Morales (EM) es el candidato de los pobres a la Presidencia de la República o del Estado Plurinacional, con sus luces y sus sombras, razón principal por la que la gente del pueblo, mayoritariamente, votaremos en diciembre por él y por quienes lo acompañen. Enseguida escogemos y resumimos las otras razones más visibles en las que se apoya esa preferencia electoral:
– El discurso de EM contiene elementos antiimperialistas a la vista: durante su gobierno dejaron de aplicarse los ajustes económicos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Él dijo que éstos y otros organismos internacionales, que son del imperio, en ningún momento pretendieron imponer (como antes) condicionamientos a la cooperación para Bolivia.
– El Presidente de la República, al comienzo de su mandato, en un mensaje a Fidel Castro, señaló que sentía orgullo al acompañar la lucha antiimperialista del líder de la Revolución Cubana y Comandante en Jefe no sólo de los cubanos sino de innumerables luchadores de nuestra América y del mundo. Declarar persona no grata al Embajador de Estados Unidos, en La Paz, que sí comandaba a los conspiradores de la media luna, es un mérito de EM que destacan incluso dirigentes de la oposición. Tenemos un gobierno que ejerce la soberanía y postulamos que siga por esa ruta.
– Pese a las concesiones hechas a la derecha, EM, alentó como el que más la aprobación de la nueva Constitución Política, por la que votamos la mayoría de los bolivianos, la que a la vez constituye la reforma jurídica y política más importante de las 10 últimas décadas. Una Constitución que en mucho es de los pobres y, precisamente por eso, no puede ser de todos los bolivianos. Una Constitución Política de transición, y por esto reformable y perfectible, para servir al pueblo preferentemente. Y la tarea que deriva de aquella reforma, que cobra fuerza de mandato, es su aplicación; por ello, vale que también se defina, a la reciente Carta Fundamental, como programa político, social, económico y cultural.
– En nuestro país, de una manera que resulta posible, cambian algunas de las formas de la distribución de la riqueza nacional (del producto interno bruto), mediante los bonos, aunque los modos de producir siguen inalterables, es decir, los cambios en la economía ocurren dentro de las estructuras y no son de las estructuras. El actual gobierno administró la crisis con cierto dominio, pero las medidas para modificar positivamente el modo de producción capitalista, dependiente y atrasada, casi son inexistentes. Lo que reitera el Presidente de la República: «Queremos socios y no patrones» para producir en nuestro país, configura una línea de política económica que nos ayuda a entender el lugar en el que se encuentra la economía boliviana.
– Sin embargo, tenemos que buscar una economía para la transición que tenga como centro de sus preocupaciones los intereses colectivos de la sociedad boliviana y, en primer lugar, los de la población empobrecida.
– En la sociedad boliviana a las modificaciones avanzadas no siempre se las ve claramente. Es que la desocupación (del 8 por ciento, según el gobierno) nos sigue azotando y los sueldos y salarios todavía no aseguran la aspiración legítima de «vivir bien». No obstante existen, por gestión del gobierno, ingresos indirectos como la rebaja de servicios de luz, gas natural, teléfonos celulares; gratuidad del título de bachiller, la ampliación del seguro de salud para los hijos (hasta los 25 años)… A lo dicho se añade la constitucionalización de ciertos derechos que fueron burlados antes o que no se los reconocía. Es también una sociedad dividida en clases sociales (reafirmó EM en su discurso del último 6 de agosto), y aunque la lucha entre aquéllas, como motor de los cambios, actualmente esté un tanto velada, depende de cuál de esos contingentes sociales venza para avanzar o retroceder. Estamos, pues, entre los que postulamos que la marcha hacia delante siga sin detenerse.
-Lo que en este tiempo se hace en el ámbito de la cultura no alcanza como para que en Bolivia se configure una revolución cultural. Sin embargo, si por cultura entendemos todo lo que los bolivianos producimos, los cambios son una gesta cultural con la que, sin embargo, no debemos sentirnos realizados porque queda mucho más por hacer, en la materia descrita, respecto de lo abarcado estos últimos más de tres años de gobierno democrático y popular de EM.
-La recuperación de los recursos naturales, más allá de que haya nacionalización o no, sigue por buen sendero. La recuperación de los hidrocarburos, del gas natural en particular, no es lo que algunos proclaman: «nacionalizar sin indemnizar», pero es mucho más que ese discurso inflamado el que, ahora, ni siquiera asusta a las beatas de viejo cuño.
-El saneamiento de tierras concluido en Pando y avanzado en departamentos como Santa Cruz arroja hasta este momento la recuperación de tierras por el Estado, las que se redistribuyen en propiedad colectiva y entre las familias de indígenas y campesinos, operación que lleva a esperar que ese proceso merme aún más el poder económico y político de los latifundistas y de los empresarios agroganaderos. Así, tiende a concluir la esclavitud moderna a la que se sometió a los guaraníes sobre todo en el chaco boliviano. Con razón una guaraní, de 85 años y de Alto Parapetí, cuando Evo Morales entregó títulos de propiedad, dijo que luego de recibir aquel documento, que esperó décadas, iba a morir tranquila.
-El discurso de la defensa de los recursos forestales y de la biodiversidad, desde el gobierno, debe tener correspondencia con lo que se hace. Sobre todo en la amazonía pandina, los lugareños y migrantes, esperan que se ponga freno a la tala indiscriminada de árboles maderables y, por tanto, al contrabando de troncas por los ríos, los que facilitan el transporte gratis y la omisión del pago de impuestos. Junto con el saqueo de los bosques se liquida la biodiversidad, esos recursos genéticos a los que es imposible reponer. Se agravaría ese cuadro depredador si se diera paso a la propuesta de empresas transnacionales y sus socios brasileños que pretenden instalar megaempresas, en el río Madera, para producir energía eléctrica, especialmente, para la exportación; actividad que tendría como contrapartida: inundaciones, enfermedades, mortandad de peces, entre otras secuelas. Sin embargo, los entendidos consideran que todavía hay tiempo para que el gobierno impida la ejecución de aquel proyecto que sería funesto, acción que contaría con el apoyo comprometido de la mayoría de los amazónicos y bolivianos.
-Tomamos nota de los errores e insuficiencias del gobierno. Explicamos algunos que merecen ese tratamiento y señalamos el porqué de ellos cuando es posible, así como dejamos constancia de nuestro desacuerdo con los que lesionan al proceso y al gobierno. Tal comportamiento crítico (que debe señalar lo positivo y lo negativo de una política y decir por qué) debe tener como propósito la rectificación de los errores. Asumir el silencio frente a estos últimos sería dañar al proceso y al gobierno que los impulsa. (El avestruz, se sabe, oculta su cabeza debajo de la tierra hasta que pasa el peligro. Ese comportamiento no tiene que ser el de los que votaremos por Evo Morales el 6 de diciembre.
-La campaña electoral que realicemos para que ganen nuestros candidatos con el mayor respaldo posible debemos evitar que sea mentirosa, para lo que se debe tener en cuenta lo que advierte un estudioso cundo dice que la publicidad comercial y la propaganda política tienen una crecida dosis de mentiras. Por ello, nuestra propaganda por Evo no debe cobrar ese deleznable contenido.
-La urgente ampliar la unidad y resolver las «contradicciones en el seno del pueblo» sin divisiones. La unidad (las alianzas) casi siempre es entre diferentes, pero debe tenerse presente que es más fuerte lo que nos une a los que ayudamos a generar la actual transición y que la gestión positiva del gobierno es lo principal. (La fuerza de los pobres, paloma, siempre será la unión, dice una canción popular).
-La organización de los electores de Evo, en lo fundamental, se apoya en hábitos de la comunidad, de los sindicatos y en la herencia que conservan los llamados relocalizados. Empero, en medio de esta realidad cambiante, es recomendable asumir y generalizar las nuevas formas de organización. A los que apuestan al accionar espontáneo de las multitudes hay que decirles que incluso aquéllas tienen que organizarse mejor. Importa agregar que en este momento se necesita más organización y cada vez menos espontaneidad.
-La difusión de ideas, para lo que hay que elaborarlas con mayor puntualidad, debe tener como misión ideologizar al pueblo, auque éste sigue aprendiendo en la lucha diaria. Y la lucha de ideas es para «crear conciencia», como dice Fidel. Debemos tener en cuenta, asimismo, lo que anota la Federación Latinoamericana de Periodistas: las ideas que no se conocen no luchan».
-Cada uno de nosotros debe aportar para la victoria de Evo. Y los recursos humanos tienen que ser mejor empleados y eficientemente dirigidos.
Aquellas gigantescas tareas deben dar por resultado una gigantesca victoria de Evo Morales y de los pobres el 6 de diciembre próximo.