El pasado 17 de marzo estalló una huelga de 30 mil jornaleros agrícolas -organizada por la «Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social»- , en el Valle de San Quintín en el estado de Baja California. Esta zona, ubicada a 250 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos, es […]
El pasado 17 de marzo estalló una huelga de 30 mil jornaleros agrícolas -organizada por la «Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social»- , en el Valle de San Quintín en el estado de Baja California. Esta zona, ubicada a 250 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos, es alta productora de frutas y hortalizas consumidas en el país vecino. La mayor parte de los huelguistas son indígenas provenientes de los estados de Oaxaca y Guerrero.
Las condiciones de vida y de trabajo de los labriegos recuerdan la tenebrosa época anterior a la Revolución Mexicana de 1910. Salarios de 120 pesos diarios (alrededor de 8 dólares); jornada de trabajo de 50 horas de lunes a sábado; expuestos, sin protección alguna, a fungicidas y pesticidas; sin las mínimas prestaciones que marcan las leyes laborales; obligados a comprar sus alimentos con los contratistas y vivir en chozas; y sin derecho a sindicalizarse, de manera independiente y democrática, ya que los corruptos y serviles sindicatos controlados por el gobierno (Confederación de Trabajadores de México, Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, Confederación Obrera Revolucionaria de México, entre tantas otras), tenían contratos de protección a espaldas de los trabajadores.
El movimiento de huelga inició a las 3 de la mañana, miles de trabajadores salieron a las calles para animar a sus compañeros/as a sumarse a la lucha y bloquear durante 26 horas la estratégica carretera transpeninsular. De inmediato las fuerzas policiacas del gobierno estatal, al servicio del puñado de latifundistas que dominan la región, hicieron gala de violencia para intentar romper la huelga. Hasta este momento continúan detenidos alrededor de 25 trabajadores. Gracias a la combativa y digna resistencia de los trabajadores/as, y a la ola de indignación nacional e internacional por su oprobiosa situación, el gobierno y los terratenientes se vieron obligados a sentarse en una mesa de negociación.
Hasta este momento se informa que existe la intención de otorgarles seguridad social y algunas otras concesiones, pero el centro del desacuerdo está en que la parte patronal sólo ofrece un ridículo aumento salarial del 12 por ciento (un dólar al día). Los trabajadores exigen un salario de 200 pesos diarios (un poco más de 13 dólares, es decir un aumento superior al 50 por ciento). Esta pretensión es moderada si consideramos que los trabajadores migrantes mexicanos en los Estados Unidos ganan diez veces más por realizar las mismas labores, pero con mejores condiciones de trabajo y para el mismo mercado.
La huelga de los jornaleros/as agrícolas de San Quintín está llamada a ser histórica. Es una potente muestra de que la clase trabajadora mexicana está despertando de un largo letargo y se apresta a desafiar a patrones y malos gobiernos que pretenden revivir la esclavitud laboral. Las organizaciones que firmamos este pronunciamiento expresamos nuestra completa simpatía con esta lucha ejemplar y nos comprometemos a sumar nuestros modestos esfuerzos para alcanzar la victoria.
México D. F. a 30 de marzo de 2015
¡Solidaridad con la Huelga de San Quintín! ¡Libertad a los presos políticos! ¡Solución Total al Pliego Petitorio!
Colectivo de la IV Internacional en el estado de Colima. Militantes de la IV en la Ciudad de México. Liga Socialista Revolucionaria Movimiento de Unidad Socialista
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