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Rebrota la lucha por la nacionalización

Fuentes: www.econoticiasbolivia.com

Trabajadores y pilotos de la privatizada línea aérea bandera de Bolivia reabrieron hoy con fuerza la lucha popular por la renacionalización de empresas y recursos naturales al tomar los principales aeropuertos del país, paralizando gran parte de los vuelos nacionales e internacionales. La respuesta del gobierno del presidente Evo Morales fue inmediata: tropas del Ejército […]

Trabajadores y pilotos de la privatizada línea aérea bandera de Bolivia reabrieron hoy con fuerza la lucha popular por la renacionalización de empresas y recursos naturales al tomar los principales aeropuertos del país, paralizando gran parte de los vuelos nacionales e internacionales. La respuesta del gobierno del presidente Evo Morales fue inmediata: tropas del Ejército recuperaron por la fuerza varias pistas de aterrizaje, mientras que contingentes policiales apaleaban y gasificaban a los trabajadores.

«Hemos sido duramente reprimidos por el Ejército y la Policía, pero estamos firmes para recuperar la línea áerea de bandera nacional», denunció el líder de la Coordinadora de Defensa del Agua y el Gas, Oscar Olivera, en el epicentro del conflicto, en la ciudad de Cochabamba, donde sindicatos y organizaciones populares han comenzado a hacer causa común con los trabajadores movilizados.

«Hemos tenido contacto con el vicepresidente Alvaro García Linera, cuando la represión era muy dura (…) Le hemos dicho que no puede dar la espalda al pueblo, pero él ha indicado que el Estado no puede hacerse cargo de la millonaria deuda del Lloyd (Aéreo Boliviano, LAB). Le hemos explicado que no es así y que el Estado no puede estar ajeno a esta preocupación para recuperar el patrimonio del pueblo», dijo.

Según Olivera, «Evo Morales tiene que darse cuenta que debe golpear a los que han saqueado al país y no golpear al pueblo». La represión militar y policial se concentró en los aeropuertos de Cochabamba, La Paz, Tarija y Santa Cruz, con un saldo de una veintena de heridos y contusos.

TOMA DE AEROPUERTOS

La toma de aeropuertos fue definida por un centenar de pilotos y casi dos mil trabajadores del LAB, que exigen la renacionalización de la línea aérea, creada hace 80 años, privatizada en la segunda mitad de los años 90 y saqueada impunemente por empresarios brasileños y bolivianos. En virtual quiebra, la línea aérea adeuda más de 140 millones de dólares y confronta graves problemas económicos, técnicos y administrativos, aunque posee líneas y rutas comerciales de alto valor que la hacen muy atractiva en el mediano y largo plazo.

Los trabajadores exigen que el gobierno de Morales tome el control inmediato de la empresa y, simultáneamente, encarcele y confisque todos los bienes y activos del millonario empresario boliviano Ernesto Asbún y del brasileño Wagner Canhedo, dueño de la VASP.

Pero Morales, comprometido en la total defensa de la propiedad privada y la seguridad jurídica para los empresarios nacionales y extranjeros, rechazó de plano la idea de la nacionalización. «No vamos a nacionalizar la corrupción», dijo al advertir que el tema del LAB era esencialmente de carácter privado y no público.

«Al compañero Evo Morales le ha temblado la mano para enfrentar a los empresarios corruptos», replicó desde Tarija el dirigente de los trabajadores del LAB, Ronald Buchón, quien aseguró que la lucha de los trabajadores no se detendrá por las «vacilaciones del Presidente».

«No va volar una mosca mientras el Gobierno no avale la intervención y retire al delincuente de Asbún (presidente del LAB). No vamos a permitir que se muera el LAB, hay más de 2.200 trabajadores que viven del LAB», dijo al cuestionar la conducta de Morales.

LEJOS DEL ESTATISMO

El pasado 9 de febrero, una huelga de pilotos que paralizó por más de una semana los vuelos nacionales e internacionales, junto a crecientes presiones sociales, obligaron al presidente Evo Morales a ordenar la intervención temporal del LAB, la línea bandera de Bolivia que tiene como accionista mayoritario a un sinuoso empresario nacional y como socios minoritarios al conjunto de la población.

La intervención, prevista inicialmente por 90 días, fue suspendida el 24 de marzo tras que el Tribunal Constitucional admitiera un recurso legal presentado por los ejecutivos de la aerolínea.

La decisión del Tribunal Constitucional, criticada acremente por Morales («cuánto les habrán pagado por dar ese fallo», dijo al acusar veladamente de corrupción a los magistrados), fue acatada de inmediato, posibilitando el retorno de Asbún, al que el propio Presidente calificó como «empresario corrupto» y que debía estar en la cárcel.

Durante la intervención, el delegado de Morales, Angel Zavalla, logró la reanudación de los vuelos y la entrega gratuita de combustible a la línea aérea, aunque no pudo viabilizar un millonario crédito estatal para reactivar al LAB y a su administración privada. La idea del crédito fue rechazada por los sindicatos, la población y dejada de lado por el propio Morales.

UNA HISTORIA DE SAQUEO

En 1996, el LAB, valuado en más de 60 millones de dólares, fue privatizado parcialmente, en una operación irregular y dolosa que favoreció al empresario brasileño Wagner Canhedo de la línea aérea brasileña Viacao Aérea Sao Paulo (VASP).

Con la promesa de invertir cinco millones dólares, Canhedo tomó el control de la empresa y virtualmente la saqueó, en un escandaloso proceso que obligó a las autoridades bolivianas a iniciarle un proceso judicial, que fue desactivado tras que el empresario brasileño entregara sus acciones en el 2001 al boliviano Asbún, en otro proceso viciado de nulidad porque estas acciones ya estaban embargadas, a cambio de un millón de dólares y la promesa de extinguir todo proceso judicial contra la VASP.

Así, con un escaso capital, Asbún completó la obra de Canhedo, exprimiendo aún más al LAB hasta dejarlo con un patrimonio neto no mayor a dos millones de dólares y deudas con el fisco y la seguridad social por encima de los 30 millones de dólares. Sin balances auditados oficialmente, se estima que otras deudas del LAB llegan a más de 140 millones de dólares.

Cerrada la posibilidad para que el Estado subvencione a la administración privada del LAB, tal como planteaba el interventor designado por Morales, el retorno de Asbún a la presidencia de la línea aérea desencadenó otra vez la lucha de los trabajadores en pos de renacionalizar las empresas, los recursos naturales y los servicios.