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Reflexionar desde los desaciertos

Fuentes: Rebelión

Defender y seguir llamándolo «Demócrata» a Leopoldo Fernández, (prefecto de Pando), después de cientos de testimonios sobre su participación intelectual y material en la masacre (12 de Sep) de campesinos del municipio de Filadelfia y el Porvenir en el departamento de Pando,  es un absurdo que solo puede darse en el seno del Consejo Nacional […]

Defender y seguir llamándolo «Demócrata» a Leopoldo Fernández, (prefecto de Pando), después de cientos de testimonios sobre su participación intelectual y material en la masacre (12 de Sep) de campesinos del municipio de Filadelfia y el Porvenir en el departamento de Pando,  es un absurdo que solo puede darse en el seno del Consejo Nacional por la Democracia (CONALDE).

Después de los niveles de violencia extrema que propiciaron en el Chaco Boliviano, en las ciudades de Cobija, Trinidad y Santa Cruz, es explicable que quieran deslindar responsabilidades  ignorando los hechos que culpan a uno de su más «aguerrido» aliado, pero querer convencer al pueblo peca ya de cinismo.

Desde el genocidio en Pando (desde las circunstancias y los fines perseguidos) la estrategia política y de violencia de la oligarquía cruceña y el CONALDE, solo es posible entenderla si se la asocia a un plan del Imperialismo Norteamericano que buscó  generar un alto grado de conflictividad en el corazón de América.

Es evidente que el Comité Cívico de Santa Cruz y la prefectura, pusieron por encima de los intereses regionales los intereses del país del norte. Este hecho plantea la imperante necesidad de que la población cruceña (y de hecho tendría que hacerlo) reflexione y replantee la estrategia representativa en la conducción de las demandas y el carácter de la autonomía departamental.

De muchas maneras el CONALDE demostró falta de objetividad para conducir a las fuerzas reaccionarias de la oposición, en el orden establecido y con sus propias leyes, e inútilmente quiso tirarle toda la responsabilidad a PODEMOS al extremo de poner en evidencia que las cosas no le fueron saliendo como hubiesen querido, primero porque el 10 de agosto, Cochabamba dijo NO a la violencia y al enfrentamiento entre cochabambinos, de la misma manera que en La Paz; y segundo porque en Tarija, Pando, Santa Cruz y Beni, la población poco a poco empezó a confiar mas en un proyecto democrático nacional popular que en un proyecto transnacional oligárquico.

Esta realidad, tampoco los cívicos quisieron leerla de manera adecuada, y tuvo que haber muertes con responsables plenamente identificados para que el CONALDE se obligue a un descanso después de tanta violencia, «victimizando» a  Leopoldo Fernández y justificando la injerencia de  Philip Goldberg  en el conflicto.

Al CONALDE ya nada de esto le fortalece  y por el contrario le pone al frente un escenario de conflicto interno con los cívicos duros del chaco boliviano. CONALDE está en terapia por sus propios errores. El prefecto de Tarija Mario Cossio, muy hábilmente puede salvar su espacio político, pero los demás… Quien sabe. Los prefectos y cívicos de Beni y Pando se están quedando solos.
Posibilidad de pacificar las regiones.

La pacificación debe estar por encima de cualquier otra demanda, y el curso de esta pacificación debe ir a enriquecer la democracia con la restauración de la institucionalidad en el marco de su debida jerarquía, tal como establece nuestra norma jurídica, sin ignorar (por cierto) los avances democráticos en la elección de autoridades y por supuesto negando lo intentos de institucionalizar lo inconstitucional.

La pacificación encierra la esperanza de que la población pueda tener una lectura crítica de la realidad y en particular del rol que han venido jugando los representantes elegidos y los líderes cívicos. Lo dijimos antes del 10 de agosto que la pacificación de los departamentos pasaba por el cambio de los prefectos, se tuvo la oportunidad hacerlo, pero en la media luna la mayoría consideró que no era necesario.

¿Ganó algo la población de Pando al ratificar  a Leopoldo Fernández en la Prefectura?

Y ¿En tres años el Comité Cívico, subvirtiendo el orden, ha logrado conquistas significativas regionales, algo mejor a las políticas de desarrollo planificadas por el gobierno central?

Los cívicos y las prefecturas de no haber interferido la agenda nacional (a estas alturas de profundización democrática) en  la media luna se estaría experimentando las ventajas de un régimen de autonomías departamentales, municipales e indígenas originarias campesinas.

Al CONALDE y los cívicos cruceños, por  sus errores y sus desatinadas opciones de crecimiento político alguien debe pasarles la factura.