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Reflexiones en torno al Software libre

Fuentes: Rebelión

A toda hora y en todo el planeta se desarrolla una sorda batalla de ideas, en la que el músculo no duerme ni la ambición descansa. Como en toda batalla está en juego la libertad, en este caso la libertad del conocimiento. El campo de lucha abarca a toda la sociedad humana aunque millones de […]

A toda hora y en todo el planeta se desarrolla una sorda batalla de ideas, en la que el músculo no duerme ni la ambición descansa. Como en toda batalla está en juego la libertad, en este caso la libertad del conocimiento. El campo de lucha abarca a toda la sociedad humana aunque millones de sus integrantes ignoren que está en juego su futuro cercano: vivir en una sociedad controlada o vivir en una sociedad libre.
Las dos posiciones enfrentadas y antagónicas están perfectamente definidas: los partidarios del software libre y los defensores del software propietario, los programadores libres y las corporaciones que lucran con la venta de las licencias. Unos utilizan sus conocimientos por la libertad, la igualdad y la fraternidad y los otros por la ganancia, el mercado y el poder. Unos tienen como bandera: para todos todo  y los otros la irónica máxima acuñada por Adam Smith para los amos de la época: «Todo para nosotros y nada para el resto de la gente».
Richard Stallman, el iniciador del movimiento creó en 1984 la Free Software Foundation, para difundir su ideario de liberar los programas de los sistemas operativos de las computadoras, con códigos abiertos para todo el mundo, sin costo de licencia propietaria. Con el aporte posterior de Linus Torvald, se creó el GNU/Linux, que es el sistema operativo de libre acceso, que hoy funciona en millones de computadoras y servidores de todo el mundo.
El sistema de desarrollo del software libre es la cooperación voluntaria entre miles de programadores de todo el mundo que coordinan su trabajo a través de la red Internet. El trabajo y el perfeccionamiento de los programas es contínuo, se liberan versiones mejoradas de cada programa o nuevos programas casi a diario. Ninguna empresa privada puede hacer esto.
Las empresas privadas mantienen en secreto los códigos fuentes de sus programas, con lo cual transforman en esclavos a sus usuarios, que deben recurrir a ellos para cualquier perfeccionamiento o desarrollo.
Las 4 libertades definidas por Stallman para saber si un programa es libre o no, son las siguientes:
1ª La libertad de usar el programa con cualquier fin, 2ª La libertad de ver como funciona y adaptarlo a las necesidades de cada uno (para lo cual hay que tener acceso al código fuente), 3ª La libertad de ayudar a los demás distribuyendo las copias del mismo, 4ª la libertad de mejorar el programa y liberarlo sin restricciones para beneficiar a toda la humanidad (es obligatorio tener acceso al código fuente).
El movimiento de software libre tiene algunas características singulares dignas de destacar: es antimonopólico, se opone a las patentes de software, cuestiona la propiedad privada del conocimiento, su estructura es horizontal y no tiene un centro rector o país hegemónico porque está en todas partes, su método de trabajo es cooperativo y lo más importante es que trasciende el modo de producción en el que fue engendrado cuya contradicción principal se da entre la producción social y la apropiación privada de sus resultados, porque tanto la producción y la apropiación del software es social.
Otra singularidad manifiesta es que en la relación entre desarrolladores y usuarios del software libre, se cumple desde su origen con un principio humanista y solidario:  de cada cual según su capacidad y a cada cual según sus necesidades.
(Copyleft)
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Vladimir Sebriano