Hace ya un tiempo se creó la cooperativa de unión del Mercosur. Se acordó, a través de este convenio, trabajar en la supuesta promoción de la reflexión, investigación y desarrollo de proyectos innovadores entre la economía social española y la economía social del MERCOSUR (compuesta por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). En este artículo nos […]
Hace ya un tiempo se creó la cooperativa de unión del Mercosur. Se acordó, a través de este convenio, trabajar en la supuesta promoción de la reflexión, investigación y desarrollo de proyectos innovadores entre la economía social española y la economía social del MERCOSUR (compuesta por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). En este artículo nos ceñiremos específicamente al dúo dinámico España-Argentina.
Renfe dio salida a sus trenes antiguos para hacer hueco a la alta velocidad. El ferrocarril público español suministró 416 vehículos a la Secretaría de Transporte de Argentina por 120 millones de euros. El secretario de transporte de la nación argentina es un tal Schiavi, quien casualmente fue compañero de militancia en sus años mozos de la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner. No es la primera vez que Renfe le vende trenes a Argentina. En 2004, el grupo presidido por José Salgueiro ya mandó cien vehículos, entre los que se incluían locomotoras diésel, por importe de 11,8 millones de euros.
Este tipo de operaciones no son fruto del oportunismo del mercado ya que Renfe realiza un análisis detallado del estado de su flota, los años de vida que le quedan y las necesidades de futuro. Cuando ve que va a dejar de utilizar unos trenes busca comprador antes de que dejen de estar en funcionamiento, siendo que otras veces se despistan y los trenes que venden ya no son operativos. Además de firmar los contratos de venta de material, la compañía suele encargarse también del mantenimiento de los trenes, actividad que se factura aparte. En los 120 millones de euros en los que se valora la operación no están incluidos los costes del transporte, que podrían alcanzar otros 30 millones. Claro está que esto no fue anunciado como una de los grandes logros del gobierno de los Kirchner. ¿Por qué?
Hace algunos años, la llegada de las mejores unidades de material rodante proveniente de España era motivo para un acto utilizado por el Gobierno para plantar de vuelta las banderas de una soberanía ferroviaria perdida. Pero todo cambió. Llegaron varios trenes españoles, pintados con los colores y con el logo del Bicentenario argentino, listos para ser usados. No hubo acto y los vagones fueron inmediatamente guardados en los talleres ferroviarios del barrio Remedios de Escalada. No hubo anuncio ni fotos del aparato de prensa oficialista.
Reflexionemos sobre lo anterior junto con algunos detalles para profundizar.
La administración actual de la línea de tren Roca y Belgrano Sur, desde 2007, está integrada por una unión de Ferrovías, Metrovías y TBA, que son dueños de otras líneas. Tienen 14 empresas tercerizadas, un mecanismo que surgió con la reforma laboral del comienzo de los años del menemismo. Entre estas empresas podemos encontrar accionistas empresariales españoles y la cooperativa Unión del Mercosur.
Esta Unión Ferroviaria es dueña de la cooperativa Unión del Mercosur, que como ya indicamos es una de las 14 empresas tercerizadas. Quien preside esta Unión Ferroviaria, que a su vez es sindicato de trabajadores, es José Pedraza, participante activo dentro del grupo de amigos de Cristina Kirchner, Schiavi y Hugo Moyano, este último dirigente de la CGT argentina, sindicato oficial y vertical que nació en los años 60. Es más, la esposa de Pedraza es la presidenta del Belgrano Cargas, que es otra de las líneas de tren que pertenece a la Unión Ferroviaria. Queda todo en familia. Es decir, el sindicato que tendría que defender a los trabajadores es parte de la patronal.
Seguimos.
UGOFE son las siglas de la Unión de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia. UGOFE fue creada por el ejecutivo nacional y por la Secretaría de Transporte con el objetivo de operar a cuenta y orden del estado, a partir del 2005, los servicios ferroviarios urbanos de la línea San Martin y luego Roca, ambos retirados a Sergio Tasselli. La impunidad de los concesionarios de trenes se prueba con el aumento incesante de los subsidios millonarios que Kirchner les otorga para garantizarles alta rentabilidad y sin preocuparse por la tremenda precariedad e inseguridad de ese transporte, ni por cumplir su promesa electoral de reestatizar los ferrocarriles, ni la de poner en funcionamiento los talleres ferroviarios (Remedios de Escalada). Claro, prefieren hacer negocios con España comprándole viejos trenes y encargándoles el ´´mantenimiento´´ de los mismos subcontratando mano de obra argentina.
Pedraza se negó a efectivizar a 90 trabajadores del ferrocarril vinculados a organizaciones de izquierda, lo que provocó una agresión violenta que se cobró la vida del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra.
Podríamos decir que acá comenzó todo, en aquel 20 de octubre de 2010, cuando militantes y trabajadores intentaban manifestarse en las vías del tren, pero después de lo anteriormente explicado nos damos cuenta de que no es así.
Mariano Ferreyra era un pibe comprometido, no era un boludo de esos que se toman un café en la terraza de un bar mientras a tres cuadras los obreros se manifiestan por dignificar su trabajo. Ese día fue a luchar, pero a luchar de verdad, codo a codo, solidarizándose con los ferroviarios, sin saber que la organización de una burocracia sindical estaría dispuesta a terminar con su vida por defender un negocio. Era un negocio redondo que mantenía las cinco propiedades de Pedraza, el contento de José Salgueiro y luego de Teófilo Serrano (presidentes de la Renfe Operadora), el verticalismo sindical y con él una tela de araña que va desde dirigentes sindicales hasta el mismo gobierno, pasando por un sistema judicial y ejecutivo corruptos.
Al llegar los manifestantes se encontraron con un grupo de matones armados. En medio, un cordón policial que debía evitar el enfrentamiento. Desde las oficinas de la Unión Ferroviaria, Pedraza dio la orden a la policía de abrir el cordón y liberar la zona, orden que acataron al pie de la letra. Caos y confusión. Una bala que debía proteger el negocio millonario explicado anteriormente se llevó la vida de Mariano Ferreyra.
Su asesinato abrió 12 expedientes, evidenciando el ultraje a la clase obrera. La falta de accionar de la policía, el abandono de persona de la misma, el soborno de los jueces, la precarización laboral mediante la subcontratación, la complicidad del perito al golpear la bala que le sustrajeron a Mariano para así alterar la prueba del delito, y esto continúa. Por primera vez en la historia de la democracia argentina se pone en tela de juicio el sistema judicial. Nunca antes un caso de tales dimensiones había llegado hasta la cúpula empresarial. Sin embargo, esta aparente justicia milagrosa cedida por la santa intelectualidad kirchnerista ni siquiera roza la chatarra pintada que viene de Europa, con aires de promover la infraestructura desde unos talleres clandestinos donde los obreros ni siquiera son reconocidos por el Ministerio de Trabajo. Y así, frente a esta justicia, se pasean impunemente las fotos de los asesinos jactándose entre sonrisas de la compañía de su amiga la presidenta. ¿Acaso no sabe la señora Cristina Kirchner de los negocios de sus amigos?
La intransigencia a los tiros de la burocracia sindical a que se corten las vías es la brutal expresión del afán por mantener la rentabilidad que deja la explotación laboral.
Con sólo 20 millones de pesos se reconstruiría totalmente todo el ferrocarril argentino, tanto de carga como de pasajeros, generando así fuente de trabajo. ¿Por qué, entonces, negociar con España?
El reclamo de los ferroviarios era la piedra en el camino. ¿Qué tan grande sería la estafa que en el proceso estaban dispuestos a masacrar literalmente a los trabajadores?
Pero el pueblo salió a la calle. Una vez más, cien mil personas movilizadas en todo el país por un asesinato que desnudó la organización de un plan armado, la complicidad del estado, poniendo en jaque el modelo sindical vigente.
Por aquellos días de octubre de 2010 se manifestaron obreros de más de 17 países, repito, más de 17 países, sin contar los que no se manifestaron pero sí llevaron la noticia a los medios de comunicación. Frente a un crimen a la clase obrera con una repercusión a nivel mundial, ¿no es extraño que España haya enmudecido? Teniendo en cuenta los negocios millonarios con la Unión Ferroviaria argentina no, no es de extrañar.
Apenas dos raquíticas manifestaciones frente a la embajada Argentina en Madrid lograron incomodar al señor embajador Bettini, también amiguito y compañero militante de Cristina Kirchner y Cia., imputado por asesinato en tiempos pasados.
¿Qué sucedía en octubre del 2010 en España como para que la solidaridad brillara por su ausencia?
Este 20 de octubre de 2011 tenemos revancha. Se cumple el primer aniversario de la muerte de Mariano Ferreyra, un aniversario que viene acompañado de un movimiento asambleario en toda España, con varios meses de vigencia, que ha vuelto a colocar en las calles la solidaridad y el apoyo mutuo. Algo para reflexionar.
Que se haga justicia sólo depende de la presión y conciencia popular. Este 20 de octubre hacemos un llamado internacional por el esclarecimiento, el juicio y castigo a TODOS los responsables de la muerte de nuestro compañero. No permitamos que la muerte de un obrero pase por alto ante nuestros ojos.
Es el mejor homenaje que podemos brindar a Mariano.
Concentración en Madrid:
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Jueves 20 Octubre a las 18h. Concentración frente a la Embajada Argentina C/Serrano 90. Metro Rubén Darío.