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Tracción a sangre: Sí señor puedo quedarme a dormir, pero no soy un caballo

Repercusiones en la niñez y adolescencia de las condiciones laborales en Argentina

Fuentes: Rebelión

Un trabajador desocupado de alrededor de 60 años, comenta en la espera para cobrar el plan jefes: «Estuve buscando trabajo y me mande a Escobar a un restaurante que necesitaba parrilleros, hablé con el encargado que me preguntó si me podía quedar a dormir, por supuesto dije que sí. Cuando me mostraron el lugar donde […]

Un trabajador desocupado de alrededor de 60 años, comenta en la espera para cobrar el plan jefes: «Estuve buscando trabajo y me mande a Escobar a un restaurante que necesitaba parrilleros, hablé con el encargado que me preguntó si me podía quedar a dormir, por supuesto dije que sí. Cuando me mostraron el lugar donde merecería dormir casi me desmayo. Era un cuartito sin luz con una lona tirada en el suelo y todo sucio, las paredes negras de chinches y de quien sabe que otro insecto. Entonces le dije: -Sí señor puedo quedarme a dormir, pero no soy un caballo».

Semejante relato tiene sus causas, sus consecuencias y sus responsables. A veces para interpretar la realidad, para establecer escenarios y encontrar respuestas para transformar la realidad, es preciso volver a leer, las benditas estadísticas, desandar el camino que nos impone los números de un país con record de crecimiento económico sometido a los intereses del imperialismo.

El producto bruto interno argentino subió en el primer trimestre del 2004 un 11,2% con relación a igual período del año pasado, mientras que según el Ministerio de Economía el PBI de este año rondaría un crecimiento del 6% y no del 5,5% como estaba estimado. Sin embargo las últimas cifras otorgadas al índice de desempleo por el INDEC nos indican, que la desocupación asciende al 14,4% (2.200.000 personas) tomando al plan jefes como trabajo genuino y a 19,5%, (casi 3000.000 de personas) sin tomarlo como tal, esta aparente contradicción entre crecimiento económico y alto desempleo solo se explicaría por el aumento de la productividad de los trabajadores que deben trabajar más horas por igual o en algunos casos menores salario y por la incorporación de trabajadores en la llamada categoría «en negro». El Ministerio de Trabajo otorgó las cifras que evidencian las bajas de los empleos registrados; en junio del 2003 esta población sumaba 4.871.000,mientras que en junio del 2004 suman 4.828.000, es de suponer que una parte de los empleos perdidos corresponden a empleos no declarados. El nivel de despidos se duplico para marzo del corriente año llegando a 1.300, mientras que en el mismo mes del 2003 los despidos fueron del orden de 700. En la actualidad las empresas buscan empleados con la menor antigüedad posible como lo demuestra el crecimiento de la rotación laboral, en un año cambiaron de empleo 800.000 personas. El efecto buscado por la burguesía, no es otro que ir consolidando la baja del costo laboral.

En tanto, la simple reproducción de la vida cotidiana es puesta a prueba a diario por los permanentes aumentos en los precios de los productos que garantizan una subsistencia mínima, desde los alimentos hasta los servicios; los precios mayoristas comienzan a llegar a los minoristas, así a cada casa y a cada boca, deteriorándose en cada nueva jornada, las estrategias de sobrevivencia que hasta el día anterior sirvieron para subsistir a niños y adultos empobrecidos al extremo, la trabajosa y endeble construcción de la subsistencia es jaqueada en un continuo denso; el mentado crecimiento es financiado con inflación y por tanto con mas población por debajo de la línea de pobreza y de indigencia, llevando el valor de la fuerza de trabajo a su depresión histórica; los salarios no están fijos sino que caen al ritmo del aumento de precios. La depreciación salarial sumada a la desaparición del salario indirecto que otrora percibiera la clase trabajadora (beneficios en salud y educación pública, turismo y recreación, capacitación, transporte público, planes de vivienda, saneamiento ambiental como red cloacal, de agua potable o de gas natural, entre otros) provocan un deterioro extremo de las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo.

En una economía cuyo sector informal supera el 50% de la actividad, es el trabajo no registrado el que aumenta; trabajos sin ningún tipo de control y cobertura. Este escenario es el soporte de la contratación de trabajo en negro, en la cual el otro explotado puede ser visto como un caballo y que puede hacer actividades laborales de hasta 20 horas diarias, alejado de sus afectos por varios días o semanas, a veces solo por la comida y un techo parecido a un cobertizo. Según datos del INDEC, los nuevos empleos creados en el último año tienen un promedio salarial del orden de los $394, mientras en el sector informal los salarios promedios están en el orden de los $308,70. La problemática tampoco es del orden de la calidad del empleo creado, creer esto significaría entrever bases para un desarrollo económico autónomo que orientaría el aumento del consumo de la población, constituyéndose una vuelta al Estado benefactor. La realidad de los países neocoloniales como el nuestro, indican por el contrario la acentuación y la propagación del subconsumo hasta la inanición; la salida a esta espiral de muerte, de pobres e indigentes se reconoce fuera de la relación social capitalista.

Con los niveles de explotación en un máximo histórico para Argentina, con salarios que en su generalidad cubren el 50% de la canasta básica, con horarios ilimitados de trabajo, sin descanso suficiente durante cada jornada ni semanales, sin condiciones ambientales laborales mínimas como lugares para comer o higienizarse, sin cobertura medica social alguna ni para sí ni para sus hijos, al margen de todas las reglamentaciones básicas de seguridad e higiene, sin estabilidad en el empleo, con períodos de prueba de un año y con la consecuente limitación de facto al derecho de organización sindical y de huelga; así la población desocupada y subocupada de nuestro país, obtiene un trabajo con un ingreso que permite aportar un mínimo a la ardua sobrevivencia de los miembros de cada unidad doméstica. Los hijos de los trabajadores ocupados y desocupados, niñez y adolescencia hambreada de nuestro país, muchas veces se ve obligada a incorporarse al mercado de trabajo y por su carácter, lo hace en el sector informal en peores condiciones que sus padres o mayores. Las largas jornadas laborales, la reiteración hasta el hartazgo de repertorios de acciones que implican su trabajo , el alimento insuficiente en cantidad y calidad, el frío que no tiene reparo ni de noche ni de día, las extensas horas sin compañía de un adulto que lo oriente y resignifique, la toma de responsabilidades dentro o fuera del hogar a una edad demasiado temprana , las pérdidas materiales y simbólicas que deben transitar a diario ocasionadas por su condición de indigente, como es tener que abandonar la escuela, la casa o su grupo mas próximo; van deteriorando el estado físico , psíquico y emocional de la infancia y adolescencia en Argentina. Recordemos que al inicio del presente año lectivo la matricula en Provincia de Buenos Aires había descendido de manera preocupante, ante tal hecho muchos maestros fueron a los hogares de los niños para saber que ocasionaba tal ausencia, concluyeron que los niños ausentes o bien estaban trabajando o no tenían ni zapatillas para concurrir a clase.

En el mundo existen 200 millones de trabajadores infantiles (OIT); en América latina la cifra hoy supera los 20 millones mientras y en Argentina supera los 2 millones. La cifra de trabajadores infantiles en Argentina ha crecido de manera exponencial y » en su mayoría no asiste a la escuela» (González Arredochea – responsable de la OIT en Argentina), en el caso que concurran no disponen del descanso suficiente ni del tiempo para dedicarse al estudio, cada vez más son las unidades domésticas que el único ingreso que perciben es obtenido por un trabajador infantil. Existe una niñez trabajadora que están alejada de las estadísticas, son las niñas, niños y adolescentes que habitan en las calles de las grandes ciudades y también en zonas rurales, es la infancia esclava que no es percibida por ninguna política pública que no sea la inacción, ésta población además de ser víctima de los peores maltratos, es prostituída y comercializada en el circuito del tráfico de personas, el tráfico es un negocio que reporta al año unos 8.500 millones de euros de beneficios(UNICEF).De acuerdo con la definición de la OIT un niño es objeto del tráfico cuando ha sido trasladado y explotado; según el citado organismo 1,2 millones de niños de todo el mundo a realizan trabajos indeseables, extenuantes, peligrosos o relacionados con alguna forma de explotación sexual. De este universo los de mayor visibilidad y que cada día son más, son los llamados «niños de la calle». Se encuentran viviendo, por ejemplo, en las calles de Buenos Aires, San Pablo, Río de Janeiro Bogota entre otras grandes ciudades; sobreviven en extrema pobreza, su salud es ínfima y su maltrato extremo. El BID realizó en un estudio en Honduras en el cual señala que el 60% de los 20.000 niños en esa condición en Tegucigalpa tienen depresión y 6 de cada 100 optan por suicidarse, mientras que la ONG Casa Alianza denunció que 1300 niños y jóvenes han sido asesinados allí en los últimos cuatro años, según ha denunciado Casa Alianza. En Argentina, hasta el 18 de abril del 2004 los chicos denunciados como perdidos fueron 1275, de ellos 118 permanecen sin ser encontrados y 20 chicos aparecieron sin vida, cada 3 meses se comete el crimen de un chico. (Missing Children Argentina)

En América latina , el 36% de los menores de dos años de edad están en situación de alto riesgo alimentario (BID), la deuda externa de esta región representa el 38% de la deuda externa mundial y transfiere de su riqueza el 45% de sus ingresos originados en conceptos de exportación, como pago de intereses. Es una región productora en gran escala de alimentos, por ejemplo; Argentina es el quinto productor de alimentos del mundo, tiene uno de cada cinco niños desnutrido.

Hasta la década del 90 los niños que sobrepasaban la edad de 5 años eran llamados para los especialistas «sobrevivientes», pues el mayor riesgo de muerte se localizaba desde los 0 años de vida hasta los 5 años. Hoy, espanta observar como se instala el aumento comparativo de la cifra de muerte por desnutrición infantil o por enfermedades prevenibles en niños mayores de 5 años; niñas y niños que debieran transitar la escuela primaria.

La provincia de Buenos Aires, es el territorio con mas niños y adolescentes del país y sus datos nos pueden hablar de una mayoría muy joven que pugna por sobrevivir. Existen 13 millones de habitantes bonaerenses, mas de la mitad bajo la línea de pobreza, un cuarto de ellos sobrevive en la indigencia; existen 380.000 de niños y adolescentes entre 5 y 14 años que no estudia ni trabaja Los hijos de los trabajadores ocupados y desocupados que aún concurren a una de las 4000 escuelas que sostiene la provincia, componen la población de 2 millones de niños que tienen alguna ayuda alimentaria, 800.000 de ellos almuerzan y reciben merienda reforzada, mientras en la población rural también desayunan. Sin embargo parece que esta alimentación no es suficiente para mantener saludable a un niño o adolescente que necesita además de recomponer fuerzas, alimento para seguir creciendo. Para sostener los largos días de invierno cuando hay que estudiar y/o trabajar dentro o fuera del hogar, aunque el sol se ausente temprano, se necesitan mas calorías, mas alimento simplemente. El 70% de la infancia y adolescencia en nuestro país es pobres, no llegan a consumir los alimentos básicos para su reproducción, superando el índice de pobreza de Latinoamérica en el cual el 50% de niños y jóvenes son pobres. La desnutrición infantil en sus distintos grados ocasiona un estado de inmunodepresión y se es presa fácil de cualquier tipo de enfermedad. Los distintos focos de enfermedades y epidemias que estamos escuchando a diario en distintas zonas del país y de manera especial en la Provincia de Buenos Aires, son parte de este macabro escenario con niños y adolescentes en riesgo por hepatitis A, enterocolitis, meningitis con líquido claro, infecciones generalizada, infecciones respiratorias agudas, sarna, tuberculosis, entre otras.

Sudamérica es la zona del mundo más rica en recursos hídricos renovables; sin embargo la hepatitis A en los países llamados «subdesarrollados y en vía de desarrollo, la incidencia de la infección es elevada en la población general y se puede detectar brotes epidémicos de diversa magnitud que están relacionados con la contaminación fecal del agua que posibilita la transmisión hídrica de este agente infeccioso. En estos casos, la incidencia elevada de la infección en la población general es un marcador de las condiciones defectuosas a nivel sanitario que posee la comunidad». (Oubiña Jose-1998)

La organización política, la última estrategia efectiva para el cambio de las condiciones de vida, se manifiesta por ejemplo en los distintos movimientos de trabajadores desocupado para exigir por la salud, por la vida de sus hijos. A mediados de junio, en Florencio Varela, marcharon para exigir la implementación de planes de vacunación masiva contra la hepatitis, la renuncia de los responsables de las muertes y la prevención en todas las escuelas del distrito, alimentos para los comedores comunitarios, cupos para la totalidad de la matrícula en los comedores escolares prevención en todas las escuelas del distrito, desinfección, limpieza de tanques, cloradores, elementos de limpieza, agua corriente y cloacas.

La carne de los números

En la escuela N°6 del Barrio San Martín de Florencio Varela se produjeron 25 casos de hepatitis A, desbordaba el pozo ciego y el agua del tanque estaba contaminada, los casos triplicaron los del año pasado cuando hubo 9 casos en todo el año escolar. En este municipio, se enfermaron 800 personas y murieron 2 chicos, Damián Gauna de la escuela N° 32 y una niña de 2 años en el asentamiento 4 de Junio.

En el mes de mayo en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires se observó un 20% de ausentismo entre los alumnos, con relación al mismo mes del año por pasado; los funcionarios adujeron como causa a un brote de gripe.

En el Hospital Ludovica de la ciudad de La Plata, murieron tres niños y otros permanecían internados por posible casos de meningitis. Los profesionales del hospital, manifestaron lo inusual que era observar estos casos de meningitis con líquido claro en esta época del año.

En el Barrio del Carmen de la Plata hay mas de 20 familias con distintos grados de desnutrición algunos miembros con grado tres, al pedírsele ayuda a las autoridades desconocieron el pedido por no creerles a los intermediarios que se dirigieron hasta sus oficinas o por no tener soluciones para estos problemas. (MTD Barrio del Carmen)

Preocupa el aumento de sarna y de tuberculosis en distintas provincias, en particular en los hospitales dependientes del GCBA la preocupación se observa en madres y niños leprosos, que aún pueden llegar a una consulta pediátrica, es población local o venida de provincia de Buenos Aires. (Personal Htal Niños.GCBA)

Desde Enero que estamos viendo casos de hepatitis A alarmantes, llegados de provincia de Buenos Aires, pedíamos a las madres que exijan a las escuelas o a los pequeños centros de salud que hagan la correspondiente denuncia sanitaria, pero contestaban que ya saben y no se hace nada. (Personal del Hospital de Niños.GCBA)

En el 2001 llegaban al hospital familias escuálidas, madres llorando con sus hijos sin comer, llegaban. Pensamos que estos casos ya no llegan al hospital. Están llegando muchos casos con sarna acentuado en ésta época de frío estimamos que la carestía de los combustibles ocasiona que la gente ya no caliente agua para limpiarse y opte por no higienizarse, a ésta población no le llega el promocionado plan Federal de Salud que contará con 73 millones de pesos como presupuesto, cifra que gana una pre-paga en un mes. (Personal Hospital de Niños. GCBA)

Movimientos de trabajadores desocupados de Tucumán denunciaron promediando el mes de junio del corriente año, el aumento de las internaciones por desnutrición de niños, dos de ellos murieron.

En enero del 2004 existían en Entre Ríos 13000 desnutridos; hoy en el mes de junio la cifra aumentó a 20.000 desnutridos, también en zonas como Federación que creció por el turismo. La mayoría de estos nuevos desnutridos son recién nacidos, también abarcan a niños de hasta 14 años, discapacitados y a mujeres embarazadas. (Diana Olivera- Secretaria de Justicia Social la Municipalidad de Paraná).

Comenzando el mes de julio del presente año se detectaron 30 casos de sarna en Paraná en una escuela pública.

La defensora de menores de la Plata, durante el mes de junio, pidió a la justicia que se trasladen a los adolescentes de las comisarías por estar en un ámbito sin luz, sin baños y hacinados.

Trabajadores desocupados de la Ciudad de Salta, durante el mes de mayo, denunciaron que 70 familias de la comunidad Colla-Guaraní han sido desalojadas de sus tierras de manera violenta, por orden de Cristina de Morales, hija del intendente, quien ordenó el desalojo por pedido de la empresa Ingenio San Martín Tabacal. En el desalojo voltearon casas, se apropiaron de cosechas y dejaron a los animales que se mueran sin su alimento. Hay niños pertenecientes a esta comunidad internados con distinto grado de desnutrición.

Un adolescente de 13 años, en el mes de mayo, que se había fugado del internado «Hogar Convivencial para Menores» ubicado en las calles 155 entre 45 y 46 de La Plata, se suicidó prendiéndose fuego en el barrio de Retiro.

Sobre 144 chicos de Villa Inflamable sometidos a análisis, 57 presentaron un alto nivel de plomo en la sangre. El plomo actúa sobre los niños afectando el sistema nervioso central de manera irreversible como problemas renales y retrasos mentales. Las sustancias también aparecieron en el suelo de las viviendas. Y en el aire impuro de las horas encontraron más de 15 gases que contaminan la vida (Agencia de Cooperación Japonesa, marzo 2003). En el año 2001 -en varias escuelas del Dock Sud- las emanaciones tóxicas afectaron en forma aguda la salud de docentes y alumnos que sufrieron diversos trastornos.

En el Barrio de Constitución bajo la autopista (Avda. San Juan y Lima) viven familias con mujeres embarazadas, niñas niños y adolescentes trabajadores infantiles que presentan diversas enfermedades: bronqueolitis, gripe, dolor de cabeza, bajada de peso, sarna, piojos, anemia, granitos, convaleciente por accidente, sida. Muchos de estos chicos manifestaron querer concurrir a la escuela pero «no nos anotan porque no tenemos domicilio». Estas familias empezado el mes de julio fueron desalojadas por la fuerza pública, sin poder obtenerse información de su traslado.

En el término de un año, diez mamás que trabajaban de prostitutas en Constitución y concurrían a un comedor de la zona, han muerto cinco de Sida en el Hospital Muñiz.

En Palermo chico, en el cruce de las calles Tedín y Mariscal Castilla y a 5 metros del terraplén, fue encontrado el jueves 17 de junio un niño de 10 años muerto a golpes en la cabeza. Cuenta el relato periodístico que «por la ropa se cree que era un niño de origen humilde» y que «el estudio de las huellas digitales no dio resultado, el chico no tenía ni cédula ni pasaporte». La red solidaria busca a 124 chicos perdidos y quieren determinar si la victima podría ser alguno de ellos.

«Sabes que se siente cuando hace frío y no tenés que comer». (Trabajadora infantil de 14 años de ranchada de Constitución). Otras adolescentes en el mismo barrio las encontramos entre las avenidas Garay y Caseros, trabajan desde los catorce años como prostitutas a partir de las dos de la madrugada.

En la última semana de junio comenzaban entrenamientos en la Provincia de Santiago del Estero, los Cascos Blancos de Argentina, podrían hacer investigaciones respecto al Chagas en conjunto con las FF.AA…

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